Así vivimos la Gamescom desde allí (Parte II)

Reportaje

La feria tocó a su fin, las luces se apagaron y ya se había puesto fecha a la edición del año que viene. Quedaba mucho trabajo por delante en forma de fotos, vídeos, impresiones y

24/08/2010 17:30
Continuamos con la segunda y última parte de este breve recorrido por la feria bajo nuestra propia experiencia, aquí tenéis la primera por si no la has leído y te interesa este serial personal y trasferible. Tres compañías han querido adelantar su carnaza un día y ahora se juntan con el resto de la manada en un recinto ferial gigantesco, el Koelnmesse, donde se han habilitado siete pabellones, dos exclusivos para prensa y negocios - El Área Business -, cuatro para todo el público - uno de ellos dedicado al PC y el mundo de los juegos online - y un último de avituallamiento (salchichas, hamburguesas, pizzas y demás lindezas para estómagos resistentes)

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 El primer día la feria únicamente abre para la prensa, el año pasado fuimos de público y pensamos que deberían ser todos los días abiertos a todo el mundo, ahora la queja cambia, y es que un día para probar todo con tranquilidad es una locura... pero ya llegaré a eso.

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La zona de prensa por desgracia se forma de cientos de cubículos, más o menos grandes dependiendo del tamaño de la compañía que represente, algunas desarrolladoras (alemanas en su mayoría) se conformaban con poco más de un mostrador, una mesita y un par de sillas - y qué grandes posibilidades de hacer negocio esos días en esa mesa - mientras que otras como Ubisoft, Koch Media o Electronic Arts gozaban de recintos mucho más amplios, con zonas para relajarte, tomar algo, entrevistar a los desarrolladores cómodamente y, por supuesto, poder probar sus juegos, algunos "a puerta abierta" y otros sólo bajo cita previa. En una feria así todo funciona con citas y uno debe hacer malabarismos con los horarios para poder ver todo lo que pueda ese día y los próximos hasta el viernes, y como todas las compañías tienen recepción, si no estás en lista no puedes pasar. Contando con otros dos factores importantes os daréis cuenta de lo difícil que es poder ver todo lo que uno quiere para tener a todos los usuarios de su página contentos. A saber:

  1. Algunas compañías, como Sony o Capcom, sacaron sus presentaciones a puerta cerrada en distintos hoteles alrededor de la feria (quien dice alrededor dice 10-15 minutos mínimo andando rápido).
  2. Las horas de las citas a veces las puedes elegir, a veces te dan varias opciones y otras te dicen "esto es lo que hay".

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Con todo esto, y tras mirar nerviosos el reloj mientras el señor Yamauchi, director de Gran Turismo 5 termina su conferencia hablando de Karts y enseñando pantallas en una pequeña sala de conferencias de un hotel bastante apañado, Bioshock Infinite nos espera en apenas 10 minutos. Si llegamos tarde probablemente no podramos ver el juego, y eso debe estar pensando Alvaro mientras sus uñas se clavan en mi brazo. ¡Que tensión mañanera! Encontramos el Stand de 2K casi a tiempo, pero la presentación ya empezó y no podemos entrar. Por suerte nos pueden meter en la siguiente, pero eso retrasará la siguiente y a su vez descolocará un poco el resto de citas. No importa, toca Bioshock, toca sentarse en un sillón de época en un cuarto decorado como si viajásemos cien años atrás. Toca maravillarnos con su demo ingame y toca anotar montones de cosas para poder explicar lo que nuestros ojos están viendo... o al menos intentarlo. Termino ya con Bioshock - creo que no se ha notado que nos gustó el jueguecillo - no sin antes recordar el encuentro con Ken Levine, se tomó una foto con nosotros y nos preguntó qué nos había parecido el juego. Quizás la baba que caía de nuestras bocas abiertas debió servir como respuesta pero farfullamos un "it's cool" y un "looks great", había que parecer profesionales, y tampoco nuestro inglés da para mucho más.

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El resto del día transcurrió de aquí para allá, moviéndonos entre la zona Business y la General, probando a puerta cerrada y viendo los pabellones listos para recibir al día siguiente miles de visitantes. Entre el catering y los puestos calmamos nuestros estómagos, allí está Kinect y su catálogo de lanzamiento al completo, allí Move para jugar al tenis o blandir una espada virtual, Donkey y Diddy Kong pegan saltos en coloridos 2D y aunque ese día sólo haya gente del sector ya se forman colas en algunos juegos como Call of Duty: Black Ops, Starcraft 2 o Zelda: Skyward Sword. A media tarde nuestros pies volvían a pedir clemencia mientras cientos de juegos lanzaban sus cantos de sirena en cada rincón, obligándonos a dejar uno para coger el siguiente, algo así como citas rápidas (algunas más que otras, eso sí) que te dejan con ganas de más. Me consolaba en parte ver que todo el mundo, desde el medio más poderoso al más humilde mostraba claros signos de desgaste, y para ello los alemanes, muy previsores, ofrecían sillones de relax y masajistas que te daban un repaso gratis y que, inexplicablemente no probamos. Pese al cansancio, ese miércoles se me pasó volando y desearía que no se hubiese acabado nunca, pero acabó. El resto de días la afluencia del público se dejó notar y de qué manera, cada pabellón pasaba de cientos a miles de personas, niños con sus padres, jóvenes nerviosos, mucho cosplay (igual te cruzabas con Ezio, veías a un grupo de Narutos o varios soldados imperiales escoltaban a un Jedi) y colas, laaaaargas colas por todas partes, algunas de varias horas de espera, lo que reducía drásticamente el número de juegos a probar y nos limitaba a verlos y grabar si los codazos y empujones alrededor de la pantalla lo permitían.

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