(Ps3, 360)
Si a ello le sumamos unas físicas cuanto menos mejorables que convierten el más simple salto en todo un deporte de riesgo, una irritante tendencia a no explicar demasiado bien qué es lo que se supone que el juego espera que hagamos en cada nueva zona y una dificultad en general deplorable salvo algún que otro jefe final repentinamente frustrante e insufrible, no es difícil constatar que 'Epic Mickey 2' queda lejos de ser el juego épico que Warren Spector lleva dos años pretendiendo vender.
No es que el juego no tenga sus momentos divertidos o añadidos interesantes como lo son las fases de plataformeo en 2D que ejercen a modo de transición entre distintas zonas, pero a medida que pasan las 6 u 8 horas que componen la aventura principal, la pérdida de fuelle es constante. Jugar a 'Epic Mickey 2' llega incluso a resultar pesado por lo fácil y simplón del conjunto, mientras que sus insulsas misiones secundarias -sacar algunas fotos y recoger algunos coleccionables- y el resto de problemas ya comentados no hacen nada por mejorarlo.
En términos estrictamente jugables, 'Epic Mickey 2' queda lejos de hacer justicia a las enormes expectativas generadas por sus propios creadores, siendo Warren Spector el primero de los culpables. Pero tampoco sería justo decir que todo es malo.
Tal y como sucedía en el título original de Wii, el Páramo representa como pocas veces se ha visto el concepto de mundo de fantasía surgido de las raíces históricas de Disney y hace gala, una vez más, de un diseño de entornos sencillamente exquisito. Ya sea en el interior de un castillo, en una pradera o una zona cavernosa, los escenarios se encuentran siempre salpicados de detalles directamente destinados a despertar la nostalgia de los más conocedores de la historia de la compañía, mientras que la paleta de colores, tan vivos como atrevidos, se antoja tan rematadamente acertada que se hace imposible imaginar que dicho mundo pudiera haber sido de ningún otro modo.
A nivel de modelados y texturas, sin embargo, es bien cierto que el hecho de encontrarnos ante un juego originalmente desarrollado para Wii aleja el resultado final de lo que podría esperarse de un título directamente diseñado para las actuales sobremesas de Sony y Microsoft. Aun así estamos ante uno de esos apreciados casos en los que los aspectos puramente artísticos rayan a un nivel suficientemente elevado como para relegar lo puramente técnico a minucias de poca relevancia.
Lo mejor
Sublime apartado artístico
Gran nivel sonoro, con buen doblaje y geniales melodías
La posibilidad de afrontar todo el juego de forma cooperativa
Enorme factor nostálgico
Lo peor
Oswald y su obsesión por fastidiarnos en todo momento
Excesivamente simple y genérico
Los objetivos suelen estar muy mal explicados
Se hace aburrido por momentos
Plataformeo bastante impreciso debido a las malas físicas
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