Análisis DiRT 4

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DIRT 4: Barro, asfalto y adrenalina

Codemasters devuelve a consolas y PC una de sus franquicias estrella, aunque eso sí, con importantes cambios en ella

Plataforma analizada: PC
09/06/2017 18:57
Dirt se ha convertido en una de las sagas más queridas dentro del género de la conducción. Su apuesta por el usuario que no desee complicarse con parámetros técnicos y un control duro se ha ganado a pulso el estar entre las marcas de su estilo mejor valoradas. Con su cuarta entrega el estudio nos deja grandes cambios, pero en cierta manera manteniendo la esencia. Análisis DIRT 4.
DiRT 4

Los “macarras” se quedan fuera de Dirt 4

Dirt 4 supone, en cierto modo, un punto de inflexión en la saga. Tras Dirt 2 y Dirt 3, los títulos más queridos de la marca por parte de los amantes de la conducción ya sea en su vertiente realista o arcade, el cuarto episodio de la IP llega con aires de colarse como el producto ideal para ambos jugadores pero con el ambiente profesional y serio de otras marcas. 

Dicho esto, en Dirt 4 no encontraremos precisamente esa estética “macarra” en la que alocadas carreras en estadios, gymkhanas, música metalera y otros elementos tenían su importancia; mientras que la jugabilidad quedaba restringida a dos factores: espectacularidad y sencillez. Aunque pueda no gustar en un principio, Dirt 4 aboga más por el rally y diferentes variantes que no se alejan demasiado de ésta.

El jugador encontrará en Dirt 4 un abrumador número de opciones propias casi más de un simulador que de un título que, previamente en otras entregas, sólo nos incitaba a convertirnos en el auténtico rey del mambo de las competiciones patrocinadas por estrellas del motor como Ken Block. Es precisamente el modo Carrera una de las vertientes que más nos atraparán dado su alto nivel de detalle.

El editor de etapas promete horas casi infinitas a los jugadores que disfruten compartiendo y jugando material creado por la comunidad

Deberemos de abrirnos paso en competiciones, pero también tener un ojo puesto en fichajes para nuestro equipo (teniendo presente su sueldo y moral), la creación de éste, firmar con patrocinadores…. Dirt 4 saca pecho en el modo Carrera, mucho más serio que lo visto en anteriores capítulos de la saga, pero no por ello menos adictivo. No nos olvidemos que una de las peculiaridades de la IP es el hacernos correr a lo largo de diferentes categorías alrededor del mundo. Por desgracia, el producto se queda algo parco en lo que a variedad se refiere en este aspecto.  

Imagen asociada al video 36660

Como bien decíamos líneas atrás, el rally es el gran protagonista de Dirt 4. Tenemos a nuestra disposición varias disciplinas, pero la gran mayoría de éstas giran en torno al rally. Una lástima pues no tardamos en echar de menos ciertas variantes que sí teníamos, por ejemplo, en Dirt 3 como Head2Head o TrailBlazer, ambas espectaculares.

El apoyo de Codemasters a esta disciplina es casi total en Dirt 4. El que se sienta atraído por ella y no quiera una experiencia tan dura como la de Dirt Rally, enhorabuena, estás posiblemente ante tu título ideal. La obra nos permite elegir entre Control Gamer (arcade) o Simulación, habiendo grandes diferencias entre ambos y ofreciendo en líneas generales una forma de acceder a Dirt 4 para todos los públicos.  

Junto a la vertiente de Rally, el apasionado seguidor de esta disciplina está de doble celebración. Hablamos del editor de etapas, una herramienta tan poderosa como infinita. Con sencillos pasos podremos dar rienda suelta a nuestra imaginación para crear etapas de todo tipo, compartirlas con el resto de la comunidad y por supuesto jugar otras ya generadas por los usuarios. 

Igualmente destacable es la Academia Dirt, una suerte de modo que mezcla lo ya visto en Dirt 3 con Gymkhana y el juego libre. Tendremos a nuestra disposición un gran mapa en el que realizar todo tipo de “diabluras” con el vehículo, superar pruebas y en definitiva demostrar nuestra habilidad al volante.

DiRT 4

Dirt 4 se convierte en Dirt Rally

'Dirt 4' llega al mercado como una de las mayores y mejores propuestas de la conducción off road de los próximos meses, sin embargo y pese a algunos añadidos positivos, la sensación a la hora de jugarlo, la diversión que veíamos en 'Dirt 2' o 'Dirt 3', ha empeorado un poco. Somos grandes fans de la licencia en la redacción y, tras horas de juego con 'Dirt 4', creemos que la esencia clásica de 'Dirt' se ha perdido en esta cuarta entrega numerada, mezclándose por el camino con 'Dirt Rally'. 

'Dirt Rally' era o es una propuesta quizás algo más realista dentro del mundo de los rally, un juego pensado para aquellos que gustan de un poco de gestión y control sobre el equipo, y quizás una conducción un tanto menos arcade. Sin embargo, la esencia de la conducción, su jugabilidad, cambió por completo. No era mejor ni peor, era diferente, apropiada para un juego que iba con un enfoque más realista. Sin embargo 'Dirt' siempre ha tenido una marcada esencia arcade, una jugabilidad que te permitía apurar hasta el límite en las curvas y que te daba una segunda oportunidad cuando te equivocabas.

Dirt 4 cumple con creces en el terreno del rally, pero pasa por alto la auténtica esencia de la franquicia

Pistas enrevesadas pero amplias, que te permitían atacar las curvas por interior o exterior sin que esto te penalizase demasiado, y en donde la conducción era pura adrenalina al tener que tocar el freno un segundo para colocar el coche en el vértice y salir acelerando con las ruedas soltando graba en la parte trasera del coche. Esta, que era la esencia de 'Dirt 2' o 'Dirt 3', no se puede hacer en 'Dirt 4'. Y la culpa no la tiene la jugabilidad, que sigue siendo divertida -aunque algo más real-, la culpa es del diseño de las pistas. Aunque el juego permite diferenciar entre dos modos de jugabilidad apreciables, uno más realista y el segundo más arcade, lo cierto es que le pesan, y mucho, los "circuitos ratonera". Pistas en donde la carretera es un pasillo, en donde la jugabilidad se basa en clavar frenos, pasar la curva, acelerar hasta la siguiente, clavar frenos, pasar la curva y... todo el tiempo igual. No hay curvas anchas en donde poder deslizar el vehículo, en donde existan 10 trazadas diferentes; sabemos que esto no es realista, pero es lo que nos gustaba de 'Dirt', que ya no vimos en 'Dirt Rally' y que se ha contagiado a 'Dirt 4'.

DiRT 4

Salirte un poco de la trazada ideal, arriesgar más de la cuenta en una curva, significa pegarse contra una roca, un borde o un árbol, terminando el coche destrozado.  Por encima, esa sensación del cambio de asfalto a carretera, barro o grava en un circuito, parece haberse desmejorado en esta ocasión. La misma sensación tenemos a la hora de controlar otro tipo de vehículos como los buggy; su control es tedioso, complicado y con mecánicas más realistas pero menos impactante en la serie. Aprendes a controlarlos y puedes ir rápido con ellos sin problemas, pero su mecánica de conducción es menor divertida. El efecto no es el mismo, al menos no igual de divertido.

En este caso creemos que un paso atrás en el diseño de circuitos haría mejorar la jugabilidad, la diversión que, ojo, no estemos diciendo que sea mala. Sin duda 'Dirt 4' es divertido, no defraudará a quienes buscan un buen reto de conducción, pero a nuestro modo de ver no es lo más divertido que hemos disfrutado en la licencia a nivel jugable.

Conservador en lo visual

Dirt 4 se queda corto en lo técnico. Aunque el título ha sido analizado en PlayStation 4 Pro y en términos de texturas no está nada mal, otros elementos sacan los colores. Hablamos más concretamente de la iluminación y ciertos detalles que afean el producto final, mención especial para los árboles.  

Otro cantar es el sonido, siendo este uno de los puntos fuertes en Codemasters. Todos y cada uno de los parámetros que encontraríamos en un Rally están presentes en Dirt 4 con un acierto simplemente demencial. Desde el petardeo del tubo de escape, el rugido del motor, la grava saltando por los aires a nuestro paso, como el golpe seco contra el resto de vehículos o elementos del escenario.  

DiRT 4

Giro innecesario en la franquicia

¿Es Dirt 4 el título que necesitaba la saga tal y como lo ha concebido Codemasters? Nuestra opinión es que no. Antes y después de nuestra experiencia con el cuarto episodio de la marca no hemos podido resistir disfrutar de algunas partidas a la segunda y tercera entrega numerada; además de por supuesto Dirt Rally.  

El que Dirt 4 se haya querido posicionar en un término medio, precisamente entre los títulos citados, ha desencadenado que finalmente tengamos un producto con menos carisma que previos productos a cargo del estudio. Hasta ahora Dirt era la IP perfecta, adictiva y terriblemente divertida si nuestro propósito era disputar unas carreras de increíble espectacularidad y con el mayor número de disciplinas posibles. Dirt Rally por el contrario se convirtió, con permiso a From Software, en el “Dark Souls” de los juegos de conducción. Tan variopinto en cuanto a etapas y vehículos como complejo y difícil; un juego desafiante en su estilo pero que se ganaba al usuario precisamente en ese campo, exigir hasta dominarlo. Con esas dos variantes perfectamente diferenciadas, Codemasters sólo tenía por delante afrontar Dirt 4 como una ampliación aún más grande si cabe de Dirt 3. El resultado ha sido notable en cuanto a calidad, de eso no cabe duda, pero nos deja esa sensación de tener entre manos un Dirt Rally apto para todos los públicos, algo que no terminará de convercer a los fans clásicos de la IP. 

No obstante, el producto de Codemasters se ganará a los usuarios que se quedaron con ganas de más tras Dirt Rally o simplemente quieran un título que, en esta disciplina, sea capaz de ofrecer dos experiencias (arcade y simulación), opciones infinitas de duración gracias al creador de etapas y algo más de variedad.

8

Lo mejor

Posibilidades infinitas gracias al editor de etapas

Se adapta a cualquier tipo de jugador

En el campo del rally cumple con creces...

Lo peor

...pero se echan en falta otras disciplinas

Cierta pérdida de la esencia Dirt original

Gráficamente es muy justito

¿Cómo analizamos?