Defiance

Solos o en compañía, non grata o no

Si bien se puede jugar por cuenta propia, sin necesidad de hacer grupos, la experiencia es mucho más disfrutable en compañía. Si vas solo, las cosas no encajan tan equitativamente. Advertiremos cada bala gastada, pues el número de enemigos es en ocasiones abrumador. Hay una posibilidad de revivir (una y no más), y después de eso volveremos al campamento base más cercano cuando muramos. Incluso con la capacidad de generar un quad en cualquier lugar o momento nos sera insuficiente, las rachas de muertes pueden llegar a ser frustrantes. Es más difícil de lo últimamente ha recibido el género, para bien y para mal. Hay mazmorras diseñada para equipos de pocos jugadores (cuatro) de desarrollo algo más lineal y cerrado, centradas en la acción por encima de todo lo demás, muy a lo 'DC Universe Online'. En estas secuencias, más difíciles de lo que acostumbramos a encontrar, colaborar y preparar tácticas con nuestros compañeros será esencial.

Además del modo cooperativo tendremos también una modalidad competitiva llamada Shadow War. Si bien en principio el juego es un pseudo-MMO en el que se premia la experiencia cooperativa, ir completando misiones relacionadas o no con la historia en compañía de diferentes amigos con los que ganar experiencia y objetos nuevos, también estará esta modalidad PVP (jugador contra jugador), algo que no podía faltar. Shadow War nos sitúa en inmensas batallas por equipos en las que se ve el lado más shooter del juego. Dos bandos tratan de dominar un punto intermedio. Una mezcla de dominación y duelo a muerte por equipos. Este modo es realmente frenético y francamente adictivo. Divertido y variado, debido a todas las opciones jugables que se nos ofrecen, son otros adjetivos que no podemos olvidar mentar.

Sobre el apartado audiovisual puede decirse que todo tiene en 'Defiance' tiene un aspecto futurista a la par que post-apocalíptico. El apartado gráfico es gratamente sorprendente para tratarse de un juego de esta índole. Destaca sobre todo por su ciclo día/noche. El juego tiene la clásica estética colorista, que premia el apartado artístico por encima de la potencia bruta. Hay efectos y texturas simples y, a cambio, una fluidez de agradecer. Entre PC y consolas, como siempre, hay una notoria diferencia en resolución y gráficos. No impresiona, pero tiene una orografía que hace que merzca la pena recorrer sus parajes. Los jefes y los enemigos en general tienen un diseño muy imaginativo. La banda sonora estará compuesta a su vez por Bear McCreary e imbuirá de epicidad y aires de grandeza las batallas multitudinarias, cambiando a acordes más melódicos mientras recorremos los escenarios sin acción de por medio.