Crisis: El factor multiplataforma

De nuevo frotando mi bola de cristal - robada en un descuido a Michael Patcher, fiable 100% - preveo que Xbox 720 y PS4 no distarán mucho en potencia de Wii U, que los grandes motores (Unreal Engine, Forstbite, Cry Engine, Luminous Engine...) funcionarán con más o menos recortes respecto a los PC de dentro de cinco años y que sus diferencias se orientarán más por lo que ofrezca de exclusiva cada plataforma en cuanto a juegos propios y control.

Las exclusivas volverán a ser la clave… como siempre

Al final las terceras compañías son el alimento diario de las consolas (considerar a Kratos, Marcus o Mario deliciosos pasteles con los que endulzar la comida de vez en cuando). Sus deseos y sus obligaciones suelen ser atendidas nos guste o no, y si ayer fueron los DLC y hoy son las demos de usos limitados o los pases online, mañana serán los bloqueos para juegos de segunda mano. Tienen poder aunque no siempre se pongan de acuerdo, pero por lo general reman a favor de viento y tener en el mercado tres máquinas de prestaciones similares y un perfil no tan alto ayudaría a vender más y producir más barato. Y esto, en la época en la que estamos, puede ser determinante.

Claro que también puede pasar que Sony y Microsoft suban un par de peldaños la potencia respecto a Wii U y volvamos a tener una consola inferior técnicamente que se pierda grandes lanzamientos por no llegar. O incluso que Sony y su Omni sean solo un poco más potentes que Wii U y Microsoft se descuelgue con un maquinón y un precio desorbitado, que también es algo que se ha oído, una jugada que podría salir bien o caer con estrépito por la razón ya expuesta, y es que no sería fácil que las compañías hagan dos o tres versiones de sus lanzamientos de éxito manteniendo la misma calidad en todas ellas.

No quiero olvidarme de otras plataformas que irrumpirán en la escena como Ouya o la Steam Box, cuya arquitectura abierta podría tender un puente a cientos de estudios cuyo acceso al desarrollo de las tres grandes sobremesas les queda lejos y empujaría a Sony, Microsoft y Nintendo a ofrecer más ventajas para trabajar en sus plataformas. La accesibilidad será clave para que cada una tenga suficientes atractivos en su catálogo como para atraer la atención del comprador. 

Sea como fuere, esperamos que para la próxima generación nos sigan sorprendiendo y no solo visualmente, que sigamos viendo juegos que nos conquisten por su originalidad y no todo sea más de lo mismo pero más bonito, que las consolas sepan adaptarse a los tiempos que corren y que la industria del videojuego siga creciendo como hasta ahora, mostrando una salud envidiable pese a la crisis y al poco apoyo de varios sectores de la sociedad.

¡Larga vida al sector!