Análisis Bit. Trip Runner

Gracias a esto, los juegos retro han vuelto a la vida, productos que tienen reservado un hueco especial para cualquier jugador que lleve varios años siguiendo esta gran industria y la saga Bit Trip es todo un homenaje tanto para esos usuarios como para aquellos que se acaben de incorporar a esto de los videojuegos. Basándose en la jugabilidad directa y el ritmo musical, esta cuarta entrega de la aclamada serie para Wiiware llega dispuesta a convertirse en todo un referente de su género, esta vez el de las plataformas.

Gráficos

¿Imaginas uno de aquellos juegos pixelados a los que les dedicabas tantas horas? Pues Bit Trip Runner no es más que aquel apartado visual tan cuadrado y rígido pero totalmente tridimensional, haciendo del título todo un alarde de originalidad y frescura. Personajes y escenarios creados a partir de cubos simulando los vetustos pixels que cobran vida como nunca antes, sin ningún tipo de formas curvas, el apartado gráfico del título es un homenaje los productos que inundaban nuestra juventud pero adaptados a los tiempos que corren gracias a la fuerza visual que les proporciona esa tridimensionalidad. Color y viveza en estado puro.  

Commander video, nuestro protagonista, no está dispuesto a cambiar y continúa con su plano y monocolor cuerpo unido a sus limitados frames de animación. Sólo toma color cuando su nivel de ánimo es máximo, dejando tras de sí una estela de colores al más puro estilo arco iris que cubre parte de la pantalla. Pero para un mayor acercamiento a esos títulos clásicos, las fases de bonificación serán totalmente bidimesionales proporcionando al título de un valor añadido, demostrando que esa apariencia puede resultar más que eficaz incluso a día de hoy.

La serie ya tiene un estilo visual marcado, más próximo a la apariencia utilizada hace 20 años que a la de los actuales juegos, pero es precisamente esa característica la que le permite resaltar. Una apariencia que sólo es posible en la descarga digital.

Jugabilidad

Saltar, saltar y saltar. Mientras Commander Video avanza automáticamente a su destino, nosotros como máximos responsables de que cumpla su cometido, principalmente saltaremos para evitar los obstáculos que se interpongan en su camino. Con el mando de Wii en horizontal, cual mando de NES, pulsaremos los botones en el momento adecuado si no queremos que nuestro protagonista comience de nuevo su recorrido. Y es que en lugar de morir todo se ha simplificado al máximo para que la experiencia de juego sea lo más directa y atractiva posible.

Si topamos con algún obstáculo, nuestro corredor retrocederá en apenas un segundo al principio del nivel para intentar superarlo de nuevo. Este pequeño pero importantísimo detalle hace que no nos importe morir una y otra vez ya que sin darnos cuenta estaremos de nuevo frente a ese obstáculo imposible de superar y subiendo el nivel de adicción hasta cotas altísimas.

Un ritmo de juego rápido y dinámico en unos niveles ingeniosamente diseñados en los que además de saltar podremos realizar otras acciones como golpear, deslizarnos y aprovechar trampolines, permitiéndose el lujo incluso de homenajear a títulos anteriores de la saga. Estos escasos, en apariencia, movimientos pondrán a prueba los reflejos de los jugadores cansados de la sencillez de los títulos actuales ya que esta nueva entrega continúa con el espíritu retro de la franquicia haciéndolo realmente duro para usuarios noveles. Pero esto es precisamente lo que pone a prueba lo estudiados que están los niveles, cada uno de los metros que recorremos, cada uno de los obstáculos que evitamos y cada uno de los objetos que recogemos con precisión milimétrica.

Y es que además de intentar llegar al final del recorrido, para los jugadores que quieran retarse a sí mismos podrán recoger unos brillantes lingotes de oro que nos proporcionarán más puntos y unas rosadas cruces que harán que obtengamos más puntos por cada objeto a recoger, representándolo visualmente por la estela arco iris antes mencionada, provocando incluso cambios en la música.