Animal Crossing: New Horizons: Nuestras impresiones finales antes de su lanzamiento

Animal Crossing: New Horizons. ¿Nuevo imprescindible en el horizonte para Nintendo Switch?

A tan solo dos semanas para el lanzamiento del juego más esperado de Nintendo Switch para este primer semestre, Animal Crossing: New Horizons, hemos podido tener una reveladora toma de contacto con el divertido simulador de Nintendo. Decimos simulador, en general, por lo difícil que es encuadrar Animal Crossing en un género concreto, y más en el caso de New Horizons, que se expande aunando lo mejor de sus predecesores, incluido el spin-off Happy Home Designer.

Como ya sabrás si viste el último Animal Crossing Direct y le sigues la pista al juego, esta vez la aventura nos lleva a tierras lejanas, dejando tierra firme para asentarnos en una isla. Tom Nook se ha liado la manta a la cabeza y ha fundado una empresa (Nook Inc) para buscar nuevos horizontes. Para ello ha diseñado su Plan de Asentamiento en Islas Desiertas; nuestro papel es habitar una de estas islas para construir desde cero una comunidad a nuestro gusto.

New Horizons tiene una escala mucho más grande que cualquier otro Animal Crossing que hayamos probado hasta ahora. Por las dimensiones de nuestra isla (un espacio mucho más grande para nuestras aventuras) y por el enorme abanico de opciones que se nos van abriendo poco a poco a medida que pasan los días. El tamaño de New Horizons es diferente, pero la sensación que hemos tenido al ponernos a los mandos por primera vez es de que todo es muy familiar en esta entrega de Nintendo Switch.

Animal Crossing: New Horizons

Todo el tiempo que dediques, cada pequeña tarea, tiene su recompensa

Aunque las posibilidades que se abren en Animal Crossing New Horizons con el paso del tiempo pueden llegar a ser abrumadoras, lo cierto es que el juego sabe dosificarlas bastante bien. Por lo que hemos podido comprobar, la transición entre lo que nos ofrece la aventura cuando comenzamos y cuando llevamos unos meses jugando es bastante progresiva. Al principio nuestras opciones son muy limitadas (perfecto para familiarizarse con el juego), pero a medida que juguemos se nos abrirá un mundo de posibilidades, tanto que podremos jugar a ser dioses de nuestra propia isla.

Animal Crossing: New Horizons se siente y se juega como recordábamos de nuestra experiencia en otras entregas, la sensación al ponernos a los mandos es muy familiar, pero a pesar de la impresión inicial y su aspecto, no nos dejemos engañar, la saga ha dado un salto jugable enorme. Hay muchas más cosas que hacer que antes y el juego nos facilita al máximo saber a qué podemos dedicarnos en cada momento. Además, se ha trabajado mucho en los pequeñas recompensas para animarnos a seguir jugando siempre un poco más.

Por lo probado hasta ahora, en New Horizons tenemos la sensación de que todo en lo que invertimos nuestro tiempo cada día tiene un incentivo real que nos hace avanzar en la partida. En esto tiene mucho que ver la nueva moneda que se ha introducido (las millas Nook) que podemos conseguir como recompensa haciendo infinidad de tareas y que a su vez nos sirve para comprar todo tipo de ítems y recetas de crafteo para poder construir más objetos. La nueva economía de New Horizons cierra un círculo y a la vez consigue que tareas que en el pasado pudieran terminar por hacerse tediosas con el tiempo (recolectar, plantar, atrapar bichos), ahora tengan una buena recompensa. 

Animal Crossing: New Horizons

Un mundo de posibilidades que se va abriendo, un abanico enorme de tareas que hacer

Nuestra toma de contacto con el juego antes del análisis (que tendréis en unos días) nos ha llevado a probarlo durante tres puntos diferentes de la aventura: tras varios días de juego, después de avanzar una semana y por último, una partida tras un mes de juego. De esta forma hemos podido comprobar cómo va cambiando el aspecto de la isla con el paso del tiempo, cómo nuestros esfuerzos van materializándose, abren más establecimientos y se van desbloqueando nuevas posibilidades de construcción para nuestro personaje.

Al principio comienzas con una simple tienda de campaña, apenas hay vecinos en la isla y Tom Nook es casi lo único familiar a lo que agarrarte, pero muy poco a poco, con el paso de los días ves cómo tu tiempo invertido va dando sus frutos. Comienzan a abrir los primeros comercios, empiezas a hacer de tu nueva casa un hogar decorándola a tu gusto (estamos deseando que probéis el nuevo editor), llegan más y más nuevos vecinos y cada vez puedes explorar más partes de la isla. 

Van pasando los días, ya puedes construir puentes para llegar a lugares inaccesibles y la isla ya no es tan desierta, comienza a llenarse de vida, puedes empezar a comerciar e incluso abre sus puertas un impresionante museo que deja en pañales a lo visto en New Leaf (Nintendo 3DS). Tu inventario ahora es mucho más grande y cada pequeña tarea que llevas a cabo tiene una pequeña repercusión. Eso sí, aquí de nada sirve acelerar las cosas, porque el juego lleva su propio ritmo; como siempre, Animal Crossing valora más que le dediques cada día unos minutos que un día aislado cualquiera inviertas una gran cantidad de horas. 

Animal Crossing: New Horizons

La fórmula de siempre consigue perfeccionarse un poco más

Sin embargo, lo mejor empieza a partir de los primeros meses, cuando ya has dedicado una buena cantidad de horas y por fin puedes acceder a los proyectos civiles, unos grandes “privilegios” que te permitirán cambiar tu isla de arriba a abajo. Podrás modificar el terreno a tu antojo, cambiando el trazado del río que atraviesa tu isla, creando arroyos o elevaciones de tierra (para crear una segunda altura) de la nada o modificando el tipo de suelo por arena, pavimento, tierra, etc. Será a partir de este momento cuando podrás dar rienda suelta a tu imaginación y hacer que tu isla se convierta en algo único, totalmente diferente a la de los demás.

En esta prueba también hemos podido echar un vistazo al nuevo modo multijugador local, que nos permite invitar a un amigo a nuestra isla para explorarla (y trabajarla juntos), siempre con un jugador haciendo de líder, limitando lo que pueden hacer los demás. La cámara sigue exclusivamente al líder, al que tiene que seguir el resto de jugadores (si no, aparecerán junto a él automáticamente). En este modo, solo el líder (cuyo puesto es intercambiable) puede usar su inventario para recoger recursos de la isla; el resto solo puede usar algunas herramientas. 

En definitiva, no podemos más que alabar el trabajo hecho por Nintendo EAD con Animal Crossing: New Horizons, una entrega en la que parece que todo está atado y bien atado y a la que el retraso de unos meses no le haya venido nada mal. Nos queda mucho que explorar de cara al análisis, pero de momento las sensaciones son muy positivas; se ha equilibrado muy bien el sistema de recompensas para que nadie se baje del barco sintiendo que está perdiendo el tiempo. Por no hablar de lo que nos ha gustado el nuevo Nookófono, un smartphone donde de un vistazo tenemos acceso a toda la información que necesitamos, y lo más importante, a qué nuevas tareas podemos dedicar nuestro tiempo.

Animal Crossing: New Horizons