Análisis Fire Emblem Engage

Artwork principal de Fire Emblem Engage

Análisis de Fire Emblem Engage

A lo largo de los años una de mis mayores "quejas" (remarcando las comillas) de Fire Emblem es el hecho de que los personajes a los que cogemos cariño desaparecen de una entrega a otra, quedando su rol reducido a Super Smash Bros. o Fire Emblem Heroes. En ese sentido hay que decir que esto no es realmente un punto negativo del título, sino más bien un deseo personal de lo que quiero ver en la saga. A fin de cuentas, soy una persona que cada vez que se anuncia un Zelda celebra que vuelvan los Goron y los Zora. 

Es por ello que cuando el pasado mes de septiembre se anunció Fire Emblem Engage celebré el hecho de volver a ver a Lucina, Eirika, Marth, Roy, Byleth, entre otros tantos que me han servido como personajes principales en anteriores entregas. No obstante, no puedo olvidar (y nadie debería), que esta es solo la superficie de este título de Nintendo Switch, dando con ello pie a que su buen desempeño deba ir más allá y ser capaz de funcionar como un título independiente.

Y es justo con esta pequeña introducción con la que os quiero animar a seguir leyendo, ya que puede que penséis que Fire Emblem Engage es la anterior entrega de la saga, pero con otro nombre y con diferentes skins. Y si bien las mecánicas bases están ahí, lo cierto es que Intelligent System ha conseguido que el título cuente con una personalidad propia que lo hace muy diferente a Three Houses, pero similar a otras entregas de la saga. 

Por todo ello, y después de haber podido disfrutar durante horas de este juego, es el momento de que os haga una pregunta que espero responder durante los párrafos posteriores, siendo así que os la lanzo al aire: ¿merece la pena Fire Emblem Engage? Venir a descubrirlo. 

Una historia clásica del bien contra el mal

No me gusta hacer comparaciones, pero creo que esta os puede ayudar a entender mejor lo que vais a poder encontrar en Fire Emblem Engage a nivel argumental, ya que, a fin de cuentas, este título de Nintendo Switch nos cuenta la historia de nuestro avatar, un Dragón Divino al que podremos ponerle el nombre que más nos guste, pero que, en esencia, se llama Alear. 

De esta forma, la historia de este personaje se desarrollará en el continente de Elyos, conformado por varios reinos que son los custodios de los legendarios y sagrados Emblemas, los cuales esconden en su interior las almas y/o personalidades de héroes de otros mundos, siendo esta la forma que tiene el juego de meter a Marth y compañía en el lore del título.

En cualquier caso, es justamente el regreso de Alear y el misterio que esconde su origen, su pasado y todo lo relativo a su persona el que da punto de partida a la trama de Fire Emblem Engage, debiendo para ello enfrentarse a toda clase de peligros en su camino. Y es justo aquí donde podemos ver el que puede ser el primer escollo del título de Nintendo Switch. 

Siendo claros, Nintendo no acostumbra a contarnos historias muy intrincadas, siendo de hecho este un elemento que en bastantes ocasiones han dicho que es lo último que añaden a sus juegos. No obstante, con Fire Emblem Engage tengo un pero, ya que es aquí donde me toca hablar de esta comparativa, siendo así que esta nueva entrega es en el plano argumental un paso atrás respecto a la anterior.

Las dos versiones de Alear

La historia de Alear bebe de los orígenes de la saga

Esto no es que sea algo necesariamente negativo, pero no quita que Fire Emblem Engage beba demasiado de los clichés, dando con ello pie a que podamos ver como Alear despierta como un héroe amnésico, siendo este el recurso narrativo que se usa para explicarle al jugador todo el mundo que le rodea. No obstante, no quita que sea algo que no solo hemos visto en la saga, siendo el ejemplo más claro el de Fire Emblem Awakening, sino que está demasiado mascado en los JRPGs. 

A esto hay que sumarle el hecho de que volvemos a una trama que se basa en el bien contra el mal y la luz contra la oscuridad, lo que le quita esa complejidad argumentativa de la que hacía gala Three Houses, ya que, a fin de cuentas, el hecho de elegir diferentes casas daba la oportunidad de conocer diferentes puntos de vista, lo que también venía de la mano del hecho de que entendías las motivaciones no solo de tus aliados, sino también de tus enemigos hacían lo que hacían. 

Ahora bien, esto no exime a Fire Emblem Engage de tener grandes aciertos en su trama, siendo así que esta al menos va evolucionando con el paso de los capítulos y termina no siendo tan plana como uno podría suponer, pero hasta llegar a este punto puede que se haga bastante pesado, sobre todo porque el título hace gala de cinemáticas demasiado larga.

De hecho, hay una al principio del juego (de la que no hablaré) que pretendía ser emotiva, pero en su lugar acabó provocando que mirase constantemente el reloj para ver el tiempo que había pasado. No obstante, y sin tener la intención de querer empezar este análisis con una visión tan pesimista, no penséis que la historia es decepcionante, solo que esta cumple con su cometido, pero sin llegar a brillar como podría haberlo hecho.

Unidades de Fire Emblem Engage

Fire Emblem Engage cuenta con personajes a mansalva

Ahora bien, siempre se ha dicho que da igual como sea tu historia (con ciertos límites), siempre y cuando tus personajes sean buenos, siendo así que en este aspecto Fire Emblem Engage cumple bastante bien, pero haciendo cierta trampa, ya que si este título tiene algo son muchos personajes, siendo así que en cada capítulo hasta bien avanzada la trama vais a acabar reclutándolos prácticamente de tres en tres.

Y esto es algo positivo y negativo al mismo tiempo, aunque en este caso este punto no destaca tanto, ya que por un lado contamos con un elenco tan amplio que el título te anima de forma indirecta a que vayas cambiando tus alineaciones en los diferentes combates a fin de probar diferentes combinaciones antes o incluso durante las batallas principales de los capítulos, dando con ello pie además a que podamos cogerle un cariño especial a todos. 

Esto es algo que se ve principalmente motivado por el hecho de que estos personajes de Fire Emblem Engage cuentan, en esencia, con roles muy similares uno de otros, hasta el punto de que incluso se podría decir que son skins con diferentes actores de voz, pero lo cierto es que, a su modo, cada uno cuenta con una personalidad si no propia, al menos lo suficientemente dispar para no ver a dos personajes completamente iguales. 

Ahora bien, el punto negativo de esto es que cantidad no siempre es proporcional a la calidad, dando con ello pie a que si bien pueden fácilmente intercambiables, lo cierto es que también provoca que cueste más empatizar con ellos y cogerles simpatía. Esto es algo que no se aplica con todos, ya que, a fin de cuentas, algunos tienen más minutos en pantalla que otros, pero no quita el hecho de que puede que al finalizar la historia no os acordéis de algún que otro nombre. 

Celica es uno de los Emblemas disponibles en Fire Emblem Engage

Los Emblemas son la gran novedad

Ahora bien, no podemos empezar hablando de los personajes que regresan sin llegar a mencionarlos en este análisis, siendo así que la saga tiende siempre a darle el nombre de Emblema a algún elemento de la trama, siendo esto algo que se suele revelar en los últimos compases de la misma. Sin embargo, en este caso podemos ver como Fire Emblem Engage no tarda demasiado en mostrarnos la gran novedad de esta entrega: los Emblemas de los antiguos héroes. 

Estos no son más que anillos que permiten a su portador tomar la fuerza de un personaje conocido de la saga, siendo así que estos podrán ser equipados en cualquiera de los personajes, permitiendo así toda clase de combinaciones a la par que la función de estos Emblemas será la de ayudarles en la batalla con su fuerza. Sin embargo, no se limita solo a eso. 

Y esto se debe a que los Emblemas permiten además fusionar al portador con la entidad que vive en ellos, consiguiendo así no solo que se tenga un incremento de estadísticas, sino también permite tener acceso a movimientos especiales con sus correspondientes animaciones. Eso sí, no penséis que será algo que podáis usar así como así, ya que tendrá un uso limitado por cada batalla a la par que su recarga también llevará lo suyo.

No obstante, sea una escaramuza o un capítulo principal, es muy importante que siempre tengáis a personajes con anillos equipados, ya que no solo podréis tener más posibilidades ya no solo de salir con éxito, sino que también pueden ser una vía de escape en caso de emergencias. Además de todo esto, los Emblemas pueden incrementar la unión con el portador a través del nivel de Lazo, mediante el cual consiguen que algunas Habilidades sean mejoradas e incluso transmitidas a este.

Menú de fusión entre Alear y Marth en Fire Emblem Engage

El crecimiento de los personajes está a la orden del día

Centrándonos ahora en nuestros personajes, hay que decir lo obvio, y es que, con mayor o menor estrategia según cada caso, Fire Emblem es una saga dentro del género de los RPGs, por lo que los combates por turnos y los niveles están a la orden del día, provocando con ello que no podamos meternos de lleno en una batalla a palo seco, sino que es necesaria una planificación tanto antes como durante, siendo aquí donde el título tiene más chicha. 

Para empezar, tan necesario como saber lo que se está haciendo en todo momento y no ir al tuntún es contar con un nivel decente para cada ocasión, dando con ello pie a que todas nuestras unidades puedan no solo obtener mayores beneficios en sus estadísticas, sino que además, llegados a cierto punto, serán capaces incluso de cambiar de clases, optando en este caso por un sistema más tradicional que el visto en Three Houses. 

Para ello, podremos hacer uso de las diferentes escaramuzas y misiones secundarias que nos vayan proponiendo, de forma que estas nos pueden servir para obtener diferentes recompensas a la par que vamos sumando experiencia a las unidades que más nos interesen, siendo aquí donde entra en juego esa versatilidad para cambiar los personajes y probar estrategias. Asimismo, esto también ayuda a obtener diferentes desvíos que amplíen el arco argumental de cada unidad a nuestro mando.

Todo esto lo haremos por un mapa por el cual nos podremos mover libremente, siendo así que se deja a un lado esas limitaciones presentes en la anterior entrega, en la cual solo podíamos luchar en las batallas que ya estaban predefinidas y de forma limitada. De hecho, los que lleven más de una década como yo con la saga verán que se recupera la fórmula vista en entregas como Awakening, Sacred Stones, entre otros tantos. 

Campo de batalla en Fire Emblem Engage

Las batallas pondrán a prueba nuestras dotes estratégicas

Hemos hablado de la historia, los personajes, su crecimiento, el mapa e incluso de otras entregas, por lo que es el turno de darle paso a las batallas, siendo estas las que van a poner a prueba todo lo que hayamos hecho hasta este momento, siendo así que aquí es donde no solo tendremos que usar nuestras dotes tácticas y estratégicas para saber hacia dónde tendremos que dirigirnos y a quién atacar, ya que esto puede provocar que el enemigo se abalance sobre nosotros. 

De esta forma, Fire Emblem Engage hace gala de una serie de mejoras de calidad de vida, tales como indicar qué enemigos pueden atacar a las unidades si se colocan en ciertas casillas, así como una visibilidad más directa al daño que nos puedan provocar, sobre todo a sabiendas de que la opción de muerte permanente se mantiene como una elección del jugador al iniciar la partida.

Sea como fuere, lo cierto es que también hemos podido ver cambios, tales como el hecho de que las armas no se desgastan, por lo que tendrán usos ilimitados, pero con sus correspondientes consecuencias, ya que llevar las más poderosas puede tener un mayor coste en tienda a la par que pueden fallar más a menudo si no contamos con el nivel suficiente. Eso sí, esto no es algo que se aplique a todo, ya que los bastones mantienen los usos.

Por otro lado, no se puede pasar por alto el hecho de que el triángulo de armas, cuan juego de piedra-pape-tijera regresa, dándole esa estrategia propia en la que no solo tendremos que decidir que unidad es mejor para atacar, sino que el arma que esta use también será fundamental.

Eso sí, en el caso de equivocarnos, siempre contaremos con la cronogema para retroceder turnos. Eso sí, todo esto siempre a elección de cada jugador. Como último punto, no se puede pasar por alto, a modo de tirón de orejas, que los escenarios son más sencillos y simples, lo que le resta complejidad a las batallas en cierto sentido.

El Sommiel es la base de Fire Emblem Engage

El Sommiel: más recogido y mejor aprovechado

Dejando a un lado las batallas, hay que destacar la presencia de El Sommiel, siendo esta nuestra nueva base, un elemento que ya se pudo ver en anteriores entregas de la saga como Fates y Three Houses y que, en esencia, nos permitirá movernos libremente en una ambientación 3D para poder explorar y llevar a cabo diversas actividades. 

Eso sí, al igual que pasaba con los títulos mencionados, esta no tendrá disponible todas sus funciones de entrada, sino que poco a poco las irá añadiendo hasta llegar al punto de que será todo un establecimiento vivo gracias a toda la población que se moverá con nosotros gracias a esta isla flotante, la cual tiene mucho más sentido que en Three Houses, donde no encajaba nada conquistar terreno para luego volver a Garreg Mach.

Sea como fuere, lo cierto es que El Sommiel es de lejos la mejor base que nos ha dado la saga hasta la fecha, ya que, pese a ser más pequeña, está mucho mejor aprovechada, dando pie con ello a que muchas actividades no nos requieran grandes desplazamientos que al final obliguen a usar irremediablemente el viaje rápido, siendo en este punto cuando cualquier otra base pierde toda su gracia (y sin ser este el caso).

En cualquier caso, el Sommiel nos permitirá interactuar con los personajes, comprar en las tiendas, tener nuestras propias mascotas, usar funciones de amiibo, entrenar a nuestras unidades entre otras muchas que sin duda servirán como un respiro para que podamos sacarle más jugo al título más allá de la batalla, siendo así todo un acierto para la saga que este elemento haya perdurado.

Marth y Alear luchando juntos

El apartado técnico es visualmente espectacular

Dejando ya a un lado todas las mecánicas jugables, es la hora de tratar todo el apartado técnico y lo que este guarda tras de sí, dando con ello pie a que visualmente sea espectacular, tanto en las batallas en las que con todo lujo de detalles vemos a los protagonistas como en la propia exploración con movimiento libre. Y como es obvia, cuenta además con un estilo anime en sus cinemáticas más colorido, lo que le da cierta personalidad respecto a Three Houses, de corte más serio. 

Por otro lado, no se puede pasar por alto el hecho de que la banda sonora brilla como ya nos tienen acostumbrados, destacando ese tema principal del opening el cual puedo decir sin vergüenza alguna y sin ningún ánimo de ocultárselo a nadie que ha habido momentos en los que he dejado la pantalla de títulos con la consola encendida con el único fin de que vuelva a sonar. 

En lo que a dificultad se refiere, el juego cuenta con diferentes niveles, por lo que esto es ajustable a cada uno. No obstante, la posibilidad de poder disputar todos los combates secundarios que queramos viene de la mano del hecho de que podamos llegar a un punto en el que sobresalgamos a nuestros enemigos.

Finalmente, hay que decir que el título también hace gala de una gran cantidad de logros que cumplir, consiguiendo con esto que la duración de Fire Emblem Engage se extienda todo lo que uno quiera, sobre todo si tenemos en cuenta que completarlo al 100% puede superar perfectamente las tres cifras. 

Alear usando el Emblema de Marth

¿Merece la pena Fire Emblem Engage?

Llegados a este punto, soy consciente de que puedo haber dado una imagen pesimista del título, pero lo cierto es que, como el anillo que lleva a Alear en el dedo, Fire Emblem Engage consigue brillar con luz propia, siendo un título bastante competente que está a la altura de las expectativas de la saga y que sin duda es muy disfrutable por aquellos que amamos la franquicia a la par que su sencillez puede ayudar a que otros le den una oportunidad a la saga, convirtiéndose así en un título para meterse en esta más eficaz. 

Asimismo, hay que señalar que si algo se le puede achacar es que, pese a que los Emblemas supongan una novedad muy interesante, lo cierto es que no arriesga tanto como otras entregas, optando en este caso por volver a una fórmula más clásica que, si bien no está mal a la larga podría provocar que la saga se queme a sí misma. 

No obstante, y a modo de darle una conclusión final a este análisis, no puedo más que decir que Fire Emblem Engage es un indicio de lo prometedor que será 2023 para Nintendo Switch, siendo este el primero de muchos videojuegos que llegarán a lo largo de estos doce meses a la consola con la intención de dejar claro que esta aún tiene fuelle para rato. Por lo demás, solo me queda desearos suerte, ya que la batalla contra el Dragón Caído no será nada fácil.