¿Qué es lo que desean los fans de Marvel y de los videojuegos? Pues está claro: juegos protagonizados por nuestros personajes favoritos de la Casa de las Ideas.
Además de esta mejora de los atributos mediante la experiencia, se pueden ampliar las habilidades base del personaje mediante los Genes X, que cuentan con el atractivo de ser muestras de los genes de los mutantes más famosos del Universo X-Men (lo que se traduce en poderes que ya conocemos), y que se pueden aplicar a ataque, defensa o utilidad. Dependiendo de dónde lo apliquemos, y de las mejoras que vayamos haciendo con los puntos de experiencia que ganamos, el personaje irá adquiriendo una serie de habilidades que pueden ir desde ser más rápido o más fuerte, hasta poder realizar cierta clase de movimientos especiales. Esta es, sin duda, una de las partes más atractivas del juego, que nos llevará a recorrer todos los escenarios de cabo a rabo para encontrar todos los Genes X ocultos y así poder mejorar al personaje.
Lo peor de todo, y por varias razones, es que esta sensación de que falta algo se traslada a lo que nos vendían como la gran característica del juego: la posibilidad de elegir el destino de nuestro personaje, de cambiar el futuro, de evolucionar en el juego según nuestras decisiones afectando a lo que nos rodea y al curso de la historia. Todo esto, atrayente a priori, se reduce a meras decisiones a la hora de seleccionar una misión para el bando de los X-Men o para el de la Hermandad. Y salvo alguna imagen distinta o algún cambio en los diálogos, el resto permanecerá igual ,ya que la misión es prácticamente la misma y el enemigo final será el mismo.
Lo mejor
Aparecen los X-Men
Los Genes X
Lo peor
No está doblado al castellano
Las ralentizaciones
Es repetitivo