Análisis Sonic Boom: Fuego & Hielo

Para cualquier jugador que ha visto pasar unas cuantas primaveras sentarse a jugar a un nuevo título de Sonic es algo realmente especial. En su niñez Sonic era uno de los máximos exponentes del mundo de los videojuegos, y cada una de sus nuevas entregas era un evento planetario que exigía la atención constante de público y crítica.

El tiempo no ha tratado como se merece al bueno del erizo azul, pero al menos seguimos recibiendo entregas, y algunas de ellas nos sorprenden. El caso de este ‘Sonic Boom: Fuego y Hielo’ ha sido una sorpresa agradable, aunque ya adelanto que está lejos de lo que cabe esperar de un título de plataformas con el nombre de la mascota de Sega en la caja.

El Dr. Eggman, de nuevo, por la conquista del mundo

La historia que presenta ‘Fuego y Hielo’ resulta, como es habitual, sencilla y directa. El malo de siempre, Eggman (aunque también encontraremos un nuevo villano), quiere hacerse con un recurso llamado ragnio, su poder le permitiría sacar toda su maldad, construyendo su ansiado ejército de robots. Para colmo, el clima está volviéndose violento, y por toda la tierra aparecen fisuras que ponen en peligro al planeta, gracias a los conocimientos científicos de Tails, podremos sacar provecho del poder que emana, algo que será muy útil durante el juego.

Al final de cada fase llegaremos precisamente a una de estas grietas, y deberemos cerrarlas para acabar el nivel y poder pasar al siguiente. La historia se narra con bellas cinemáticas perfectamente dobladas al español, por lo que hay que aplaudir el esfuerzo realizado con el juego en este sentido. Las cinemáticas están totalmente enfocadas a un público infantil, de hecho hay frases como cuando Tails exclama “¡Me encanta la ciencia!”, totalmente encaminadas a fines educativos.

Pese a sus defectos, las cinemáticas redondean el juego, y son agradables de ver. Además los mapeados donde se representan las fases no se limitan a un simple camino con puntos, sino que tienen una bella representación tridimensional, y veremos a Sonic correr por él a buen tamaño, de nuevo otro gran detalle.

Personajes Boom

El aspecto que presentan Sonic y sus amigos en la saga ‘Boom’ ya ha sido objeto de controversia en el pasado, con esos cuerpos alargados y ese aspecto de fuertes (especialmente en el caso de Knuckles), ha habido opiniones para todos los gustos. Cuando pasamos de las cinemáticas al juego en sí comprobaremos que, el apartado gráfico cumple pero sin llegar a la calidad que podríamos esperar de un Sonic, pecando en ocasiones de excesiva sencillez.

Como es habitual, la velocidad está muy presente, y el juego se comporta a la perfección cuando pulsamos el botón de correr. Una nueva habilidad de los personajes les permite derretir el hielo con el poder del fuego o congelar el agua con el hielo, con los botones L ó R podemos alternar entre los estados de fuego y hielo, lo que será una constante. Es especialmente bello el efecto de atravesar un bloque de hielo, los reflejos y el efecto 3D brillarán en esos momentos.

Pese a que tiene sus momentos, no saca especialmente partido del efecto 3D, pese a que se han incluido muchas secciones de cambio de planos o repentinos cambios de perspectiva no impresiona tanto como en otros plataformas de desarrollo en dos dimensiones, por lo que al final es muy probable que optemos por apagar el regulador 3D de la consola.

¡Sale Sonic!, ¡entra Amy!

Su jugabilidad se basa en el cambio constante, según desbloqueemos personajes podremos cambiar entre los cinco disponibles en la pantalla táctil. Cada personaje tiene una habilidad distinta por lo que en ocasiones será imprescindible cambiar para poder avanzar o conseguir uno de los abundantes coleccionables. Sonic tiene una gran velocidad, Amy un poderoso martillo que derriba muros, Tails tiene una pistola además del poder de planear, Sticks posee un útil bumerán y finalmente Knuckles volverá a sacar sus famosas garras. Todo ello se combina con el estado de hielo y fuego al que tendremos que estar siempre atentos, ya que por ejemplo habrá trampas cubiertas de agua, y si saltamos en estado de fuego caeremos en ella, en cambio si somos previsores y cambiamos al hielo el agua se congelará convirtiéndose en una plataforma que nos permitirá seguir avanzando sin perder nuestros anillos.

El diseño de las fases está pensado para invitarnos a volver en múltiples ocasiones, hay una buena cantidad de coleccionables y mini-fases ocultas, y de hecho conseguirlos todos será el verdadero desafío, ya que superar el juego en general carece de dificultad, con constantes checkpoints que nos facilitan la vida en sobremanera. Si no vamos a por los coleccionables el título podría hacerse corto, ya que superar la historia principal tiene escasa dificultad.

El apuntado y ataque automático a los enemigos se mantiene, algo que como es habitual molestará a los más puristas de los juegos de Sonic, deseosos de ser ellos mismos quienes dirigen al héroe hacia los enemigos y no esa especie de imán que provoca que casi cualquier enemigo sea presa fácil
En los primeros compases de juego mi sonrisa era total al ver esas fases con buen diseño, pero por desgracia peca en exceso de la repetición de obstáculos y colocación de plataformas. En ocasiones tendremos la sensación de que hemos vuelto atrás cuando en realidad estamos descubriendo una nueva sección del juego. Por desgracia en detalles como éstos sigue estando lejos de los cracks de las plataformas de la actualidad.

Posibilidades de juego

Para compensar esa monotonía que a veces impregna este ‘Sonic Boom’ se han incluido fases en las que la jugabilidad cambia totalmente. Por ejemplo fases de exploración en un submarino, en la que nos ha parecido original que el mapa está oculto en la pantalla táctil, y para orientarnos tendremos que pulsar para verlo brevemente, memorizarlo y pasar a la acción, ya que el tiempo es limitado. También tendremos otras fases en las que en juego se convertirá en un pequeño shooter.

Los detalles no terminan ahí, estamos ante un juego bien acabado con su compatibilidad con Streetpass, su modo multijugador en el que podremos retar a una carrera a un amigo, o enemigos finales que ocuparán las dos pantallas de la consola, que por lo general tendrán una forma de acabar con ellos bastante guiada y habitualmente fácil, debiendo combinar el poder de dos personajes.

Pese a todos sus buenos detalles, algunos aspectos del juego enturbian el resultado final, especialmente esa monotonía durante las fases, junto a un apartado gráfico que no sorprende. Pese a ello, estamos ante un buen plataformas, lejos del nivel que debemos exigirle a un título que lleva el nombre de Sonic, pero con detalles de exploración y plataformeo muy agradables. Un título bien construído en la mayoría de sus apartados, pero que se queda a las puertas de ser notable.