Satoru Iwata. Visión, trabajo y sacrificio en Nintendo

Reportaje

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14/07/2015 14:05
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Una visión de futuro única en el sector

Pero lo más importante del trabajo de Iwata es su legado, lo que queda de él tras su muerte. Lo primero que debemos valorar es, lógicamente, unas cuentas saneadas en la empresa que dirigió. Como ya hemos explicado consiguió sacar a Nintendo de un pozo económico del que no era sencillo salir, y por si fuese poco lo hizo garantizando un colchón que les permite a día de hoy cometer errores. Este es uno de sus mayores logros, algo que seguramente muy pocas personas habrían sido capaces de conseguir.

Pero por encima de eso Iwata ha sido un hombre capaz de entender el sector en el que Nintendo vende sus productos. Supo alejarse de la imagen romántica del jugador, esa imágen que si bién queda perfecta en el papel, supone el fín de cualquier compañía que desea continuar vendiendo hardware y software en este sector.

Consiguió sacar a Nintendo de un pozo económico del que no era sencillo salir, garantizando un colchón que les permite a día de hoy cometer errores

Iwata supo ver que el sector de los videojuegos es un sector pasional, auspiciado por las sensaciones de los usuarios, y que por muy bién que hagas las cosas, a veces el destino te puede sonreir y otras no. Es decir, a veces puedes obtener buenas ventas con tus juegos y consolas, y otras veces caerse con todo el equipo. Cuando Iwata entendió esto, supo que no podía dejar el destino de Nintendo en manos únicamente de una rama de negocio, no podía jugarse cada 6 años su suerte a dos cartas, una sobremesa y una portátil. En ese momento surgió el objetivo de diversificar la empresa.

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Fué criticado por ello, pero esta parte de su legado es la que puede conseguir que Nintendo se mantenga viva durante otros 100 años, y él siempre lo tuvo claro, diversificar para poder seguir siendo, pase lo que pase, la fábrica de sueños del sector de los videojuegos. Tres fueron las decisiones de Nintendo en este sentido; en primer lugar la vuelta de la empresa “al juguete” con las figuras amiibo, aprovechando la imágen de sus personajes más icónicos para lanzar unas figuras que además tienen utilidad en sus videojuegos. No solo se trató de una gran genialidad, sino también de una idea muy lucrativa. Desde su lanzamiento los amiibo son un producto muy buscado; se llegan a pagar auténticas barbaridades en la segunda mano, y a nadie se le escapa de que está siendo un filón económico para Nintendo.

Expandiendo Nintendo a otros mercados

En segundo lugar Iwata entendió que Nintendo no podía limitarse solo a sus plataformas propias. Sus personajes y sus sagas pueden ser aprovechados en otras plataformas, y además ayudar a que se conozcan más, a introducirlos en la memoria de millones de usuarios, lo que a la larga puede ser un punto que fomente las ventas de sus propias consolas y juegos. Por esa razón decidió llevar sus franquicias a los terminales móviles (teléfonos y tablets). Pero una vez más supo reconocer sus limitaciones, y no puso a los estudios de Nintendo a trabajar en ello, sino que llegó a un acuerdo con DeNa, una de las empresas más importantes de Japón en este mercado, para que se encargaran de dicho trabajo.

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Y en tercer lugar la calidad de vida. Con Wii y DS Satoru Iwata supo ver que los videojuegos tenían una relación directa con la calidad de vida de las personas, y por primera vez salud y ejercicio. Recorrió este camino hasta entender que existe una tecnología que puede mejorar la forma de vida de las personas, y quiso que Nintendo fuese una referencia también en ese sector. Esta es la parte de su diversificación que menos conocemos, pero seguro que dará alegrías a la compañía en el futuro.

Otros logros podrían situarse en aumentar de la participación de Nintendo en muchas de sus empresas subsidiarias, comprando de hecho en algunas mucho más porcentaje; o la mejora de las relacionas con las editoras de videojuegos third party gracias a la cesión de algunas de sus franquicias para realizar títulos secundarios, una decisión que de nuevo cubriría una gran necesidad de la empresa, agobiada por la cantidad de desarrollos internos y el poco personal.

 Iwata supo cuáles eran sus limitaciones, rodeándose de gente más experta que él, que pudo ayudarle y asesorarle

Y sí, Iwata no hizo todo esto solo, contó con cientos de trabajadores, asesores, colaboradores y directivos que le fueron guiando y ayudando en su camino. Él era programador, no economista; está claro que no pudo sacar a Nintendo del pozo solo con sus manos. Pero aquí está posiblemente su mayor logro, un logro que muy poca gente valora, una actitud de la que muy pocos pueden presumir cuando dirigen una empresa, y sin duda la clave del éxito: Iwata supo cuáles eran sus limitaciones, y supo rodearse de gente más experta que él, que pudo ayudarle y asesorarle. Esta es la habilidad más importante de un líder, la clave del éxito de Iwata y de Nintendo.

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Hasta siempre Iwata-san

Solo hay una cosa que Iwata no respetó de la antigua filosofía de Nintendo, el significado de su nombre en japonés ("Dejar la suerte al cielo"). Iwata nunca dejó la suerte al cielo; confió en su trabajo y en el de todo su equipo, repartido por todo el mundo, y por esa razón se ha marchado dejando un legado empresarial muy difícil de igualar.

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