Análisis Sadame

(3DS)

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El destino de Japón en las manos de cuatro héroes

Rising Star Japan nos ofrece un RPG con elementos hack 'n' slash cargado de criaturas del folclore japonés dispuestas a acabar con todo elemento viviente

Plataforma analizada: Nintendo 3DS
28/03/2016 00:30
Todo Japón se encuentra en problemas, un grupo de demonios gigantes amenazan con destruirlo todo. Ellos siguen órdenes del terrible Nobunaga, quien mutara de su forma original seducido por el gran poder espiritual de las fuerzas malignas. Todos están desesperados y sin esperanza alguna, menos cuatro guerreros: un samurai, un ninja, un monje y una hechicera. Cada uno con distintas características y habilidades que están dispuestos a poner a prueba para combatir el mal y devolver la paz a su tierra.
Sadame

Japón se enfrenta a una de sus peores amenazas, el desequilibrio espiritual

'Sadame' propone un viaje al Japón feudal pero en esta ocasión se encuentra en medio de una guerra muy peculiar. Distintos demonios, dirigidos por el terrible Nobunaga quien ha sucumbido ante el poder de la energía Karma y que lo ha despegado de su verdadero ser, han amenazado con destruir a cualquier objeto viviente así como a todo su territorio para evidentemente, apoderarse de él.

Son cuatro héroes los que han decidido hacer algo algo al respecto y es por ello que reúnen sus fuerzas con la intención de hacer frente a tan maligna amenaza. Un samurái, un ninja, un monje y una hechicera serán los encargados de restablecer el equilibrio espiritual. Así pues, tendrás la oportunidad de controlar a cualquiera de ellos y dominar sus diferentes técnicas de combate.

La historia se divide en cuatro capítulos, cada uno con sus respectivos niveles a la vez que ambientados en zonas diferentes. Por momentos puedes estar en el fragor de una batalla en la inmensidad de un bosque, o bien encontrarte en el interior de un castillo luchando frente a frente contra un objeto de lo más peculiar. Además, cada uno de los niveles cuenta con su respectivo jefe final, generalmente demonios gigantescos con formas variadas que seguramente estén bien descritos en el folclore nipón

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Cuatro formas distintas de defender Japón

Como ya hemos comentado, el juego te permite tomar el control de los cuatro héroes de la historia, cada cual con habilidades y características especiales. Para poder jugar con todos será necesario crear archivos de juego distintos, uno para cada uno, ya que no es posible intercambiarlos durante el desarrollo de una sola partida. En ese caso sólo podrás pedir ayuda del héroe de otro archivo para que te cubra en combate. Aun así es interesante revisitar los escenarios con una jugabilidad diferente.

Todos los personajes cuentan con medidores especiales cargados con distintas energías, las cuales les permiten realizar hechizos que ofrecen ventajas ya sea de forma ofensiva o defensiva. También se podrá hacer uso del Karma o energía que adquieres al momento de derrotar a un jefe final. De esta forma su energía será absorbida por tu héroe y obtendrá una nueva habilidad mágica. Gracias al Karma podrás lanzar relámpagos o recuperar un cierto porcentaje de tu barra de vida.

Al jugar con el samurái tienes a tu disposición dos armas, una katana como arma principal y una S-Blade como arma secundaria. Al combinar el ataque de las dos puedes desencadenar un combo que te permite derrotar a los enemigos de forma más rápida y efectiva. En cuanto a su habilidad especial, cuenta con el Foresight, el cual le permite recibir daño sin afectar a su barra de vida. Éste personaje es perfecto para el combate cuerpo a cuerpo.

Un samurái, un ninja, un monje y una hechicera serán los encargados de restablecer el equilibrio espiritual.

Si tu decisión es controlar al ninja serás capaz de atacar con una cadena con punta afilada como arma principal y como apoyo un Shuriken. El personaje es perfecto para combatir a distancia media y larga, ya que en este caso la cadena te permite golpear a los enemigos más próximos a ti y el Shuriken te permite atacarlos desde lejos. Además este personaje se desplaza de forma mucho más rápida a través del escenario. Su habilidad especial es el poco gasto de energía al momento de realizar los hechizos de Karma.

La forma de jugar con el monje podría ser similar a la del Ninja pero a diferencia de él, el monje puede lanzar una bola de energía que daña a los rivales al mismo tiempo que ataca con una vara que es su arma principal. Éste es perfecto para el combate a media distancia aunque no cuenta con mucha rapidez en su desplazamiento ni en sus ataques. Particularmente y de forma especial, es capaz de dotar a su vara de un aura protectora que la hace más dañina.

Por último, la hechicera es perfecta para el combate a larga distancia ya que cuenta con un arco para disparar al enemigo. No obstante, también tiene una lanza que le permite atacar a los adversarios que se encuentran en un rango más cerca (resulta peculiarmente dañino). Como habilidad especial, sus hechizos de apoyo pueden efectuarse ilimitadamente.

Sadame

Gran capacidad de personalización para que tu héroe se adapte a tu estilo

Elijas el héroe que elijas, una característica interesante es que lo acompañan diversas opciones de personalización que permiten explotar todas sus habilidades y ya solo depende de tu estilo si lo enfocas hacia una configuración más ofensiva o defensiva. La personalización está dividida en distintos aspectos, siendo el primero en la lista el conocido como Gear, donde se controla cada una de las armas y objetos que carga el personaje. Puedes escoger tanto tu arma primaria como la secundaria, tu vestimenta o armadura e incluso algunos objetos extra como amuletos.

En el apartado de Gems, puedes administrar distintas gemas que te encuentras a lo largo del juego y agregarlas a tus armas o partes de tu armadura. Estas gemas añaden valores a tu personaje y bonificaciones que afectan durante el combate. También puedes organizar tus hechizos en la sección de Spell, ahí es justamente donde podrás elegir el hechizo que más se adapte a tu forma de combate. El número de hechizos que puedes utilizar dependerá de la capacidad del arma o armadura que utilices. Por tanto, las habrá que sólo permitan utilizar un hechizo, pero también hay otros elementos que permiten llevar hasta cuatro de éstos.

'Sadame' se presenta como un RPG mezclado con acciones típicas de un hack'n'slash.

Otra de las características o secciones que puedes visitar a lo largo del juego es la de los Karmas, elementos que si recuerdas lo que hemos comentado anteriormente, se obtienen a partir de los jefes finales que hayas derrotado. Puedes escoger hasta un total de cuatro y asignarlos a cuatro botones distintos: A, B, X, Y.

Siguiendo con la personalización, también hay un elemento llamado Go-gyo. Éste es un mapa en forma pentagonal de todas las habilidades de tu guerrero y están divididas en seis secciones: humano, madera, fuego, tierra, metal y agua. Esas características se presentan de forma primaria en el centro del mapa pero con los puntos Discipline que ganas cada vez que subes de nivel, puedes ir expandiéndolo. De esta forma, si decides expandir el factor humano de tu héroe, al seleccionarlo se desglosarán más características humanas de él como la defensa o su habilidad mágica. En cambio, los otros cinco elementos sirven para generar distintos efectos en el adversario en el momento de atacarlo. Para que te hagas una idea, el elemento fuego los paraliza por un momento y les prende fuego que poco a poco les consume puntos de vida.

Sadame

Grandes ideas que se quedan a medias

'Sadame' se presenta como un RPG mezclado con acciones típicas de un hack'n'slash por lo que a priori esperábamos ver lo mejor de ambos géneros, profundidad y un buen combate, pero lamentablemente ninguna de esas dos características resaltan en el juego. Y es que el de juego de Rising Star Japan plantea una historia bastante escueta que pudo haberse aprovechado al máximo utilizando historias alternas. A decir verdad, hay muy poca interacción con los demás personajes, que son pocos y en la mayoría de los casos esa interacción se limita a unos cuantos diálogos. Tampoco hay un desarrollo como tal de los personajes protagonistas, no cuentan con historia propia dentro del planteamiento general.

En lo que se refiere al combate, tenemos que decir que se siente muy limitado. Los golpes sólo pueden ser dirigidos hacia las cuatro direcciones básicas: arriba, abajo, izquierda y derecha; esto ocasiona que en algunos momentos pienses que diriges tus ataques al rival pero en realidad no estás golpeando a nadie. El combo que puedes realizar con tu personaje se reduce a tres golpes continuos con el que se vence a la mayoría de enemigos. Por si esto fuera poco, las batallas contra los jefes finales resultan en sesiones de botonazos y puros golpes sin sentido.

Tras acabar con 'Sadame', podríamos catalogarlo como un juego que en general se queda a medias en todos sus elementos.

En el aspecto visual, el juego cumple pero no va más allá. Los entornos parecen estar bien trabajados, recreando los paisajes japoneses de forma que parecen ilustraciones hechas a mano. Sin embargo, el nivel de los personajes y sus animaciones no terminan de encajar en escenario recreado. Los jefes finales, que resultan gigantes en comparación con el tamaño de los protagonistas, presentan unas animaciones no muy bien definidas, dejando que desear. De igual forma, durante todo el juego son pocas las melodías que nos acompañan y en muchos de los niveles se repite una sola pista por lo que resulta un poco cansado.

Otro aspecto importante es la linealidad de sus niveles. En ocasiones querrás explorar el escenario donde te encuentras pero en más de una ocasión serás detenido por la gran cantidad de elementos que hay en pantalla como árboles o piedras. Así pues, algunas escenas se reducen únicamente a recorrer de forma recta el escenario, como si se de un pasillo se tratara. Además, la dificultad del juego parece estar un poco desbalanceada ya que durante la primera mitad, el juego resulta muy fácil de superar pero conforme avanzan las fases del tercer y cuarto capítulo la dificultad crece de forma abrupta haciendo que repitas desde el principio todo el nivel, ya que no hay checkpoints.

Tras acabar con 'Sadame', podríamos catalogarlo como un juego que en general se queda a medias en la mayoría de los elementos que lo conforman. La mayor parte del tiempo tenemos la sensación de estar jugando a algo muy lineal y poco profundo, aunque no precisamente por su gran capacidad de personalización que termina por enriquecer a nuestro héroe; sino porque el desarrollo de la historia y del combate son muy planos y terminan por decepcionar, puesto que ni RPG ni hack'n'slash son géneros que terminen de explotar como nos hubiera gustado.

7

Lo mejor

Gran capacidad de personalización para cada héroe

Amplia rejugabilidad

Buena ambientación del Japón feudal y sus demonios

Lo peor

Poca profundidad en la historia y en el combate

Linealidad en algunos niveles

Dificultad desbalanceada

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