Análisis Rhythm Thief y el Misterio del Emperador

(3DS)

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Plataforma analizada: Nintendo 3DS
13/04/2012 20:00

Así pues, todas las pruebas musicales que vayamos superando se añadirán a una lista en el menú principal para que podamos rejugarlas cuantas veces queramos. ¿Por qué querríamos hacer tal? Pues porque en cada minijuego se nos puntuará con un rango que variará entre clase E y clase A, con lo cual conseguir la clase A en todas las pruebas será un verdadero reto a completar. De todos modos no debemos negar la evidencia, y es que la dificultad general de estas pruebas es bastante baja (salvo algunas excepciones donde pegan un subidón bastante brusco).

Pero no todo puede ser positivo, y es que llegados a cierto punto nos topamos ante un pequeño fallo que lastra un poco la experiencia de juego, ya que en algunas pruebas se hace uso y abuso del sensor giroscópico de la consola (momento en el que el efecto 3D se desactiva automáticamente por sí solo). El problema radica básicamente en que en estas pruebas el giroscopio no responde tan bien como podría. No me ha parecido el método de control más adecuado ni el más cómodo para jugar a un minijuego donde predomina el ritmo, pero se le perdona dada la escasez de este tipo de pruebas que por otro lado, superaremos sin problemas con un poco de práctica.

Pese a que como dije anteriormente, los minijuegos no suponen un reto demasiado estricto, SEGA ha pensado en todos y para todos, y antes de cada uno podremos acceder a la tienda para comprar objetos que reduzcan la dificultad de los mismos, ya sean objetos que penalizan en menor medida nuestros fallos o que nos “resuciten” ante un Game Over. También podremos comprar desafíos que nos exijan superar el minijuego de forma perfecta, sin tener ni un solo fallo. Al ser completados estos desafíos se nos recompensará con una corona dorada que indicará que hemos completado ese minijuego de la mejor forma posible. Un plus para los jugadores más avezados, completistas y exigentes.

Es curioso también la forma en que SEGA ha vinculado los minijuegos a la historia. Básicamente cada minijuego tiene una razón de ser para con el argumento del juego, salvo obviamente, los minijuegos extra que desbloqueemos aparte.

Rhythm Thief & The Emperor's Treasure

Por último, y dejando de lado los minijuegos, no puedo finiquitar este apartado sin destacar el componente explorativo del juego. Además de medallas para comprar y discos de música que nos premian con la BSO del título, también tendremos que coleccionar sonidos (un total de 60) que iremos grabando con nuestra grabadora mientras exploramos los escenarios. Estos sonidos a su vez, podrán ser usados en pleno juego para resolver ciertos “puzzles” o solucionar ciertos problemas de algunas personas, amén de para completar un instrumento maestro cuyo premio no voy a ser tan cruel de spoilear. Y no nos olvidemos de la Partitura de Phantom, una partitura musical dividida en 18 partes y que tendremos que ir recopilando durante todo el juego (de forma completamente opcional) a base de explorar dando punterazos en los mapas. Completar todas estas “subquests” tendrá su merecido premio, de eso podéis estar seguros.

En definitiva, estamos ante un título largo (unas 10 horas para terminarlo, y unas 20 si queremos completarlo al 100%) que ofrece una gran cantidad y variedad de pruebas rítmicas, así como muchísimas misiones secundarias extra que alargan aún más la vida del juego, eso por no mencionar su jugosa rejugabilidad.

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8.1

Lo mejor

El argumento. Simple pero bonito e interesante hasta el final.

Supone la unión brillante de dos géneros.

Rejugable, divertido y largo (unas 10 horas), con gran cantidad de misiones secundarias.

Las escenas anime que relatan la historia en 3D.

Los desafíos rítmicos, variados y entretenidos a más no poder.

Gran apartado sonoro, como cabría esperar en un juego de esta índole.

Lo peor

El giroscopio de la consola en los minijuegos que lo requieren no responde tan bien como debería.

Las opciones multijugador son un tanto limitadas y un ránking online le vendría de perlas.

Le falta dificultad. Pese a que tiene algunos minijuegos complicados, terminarlo no supone ningún reto.

¿Cómo analizamos?