Resident Evil 7

Resident Evil 7: Reinventarse para volver a las raíces

Grata sorpresa nos hemos llevado tras la primera sesión de juego realmente amplia con 'Resident Evil 7' a la que hemos tenido acceso; después de poder haber jugado en los meses anteriores algunas experiencias muy limitadas como para enteder qué estaba tramando Capcom con su saga de terror, por fin hemos podido crearnos una opinión más completa. Hemos podido jugar a nuestro ritmo las 3 primeras horas de contenido de una versión que lucía ya muy cercana a lo que veremos en nuestras consolas y PC el próximo mes de enero, cuando llegará a las tiendas Resident Evil 7, incluso con el doblaje al castellano ya implementado.

Con el anuncio de Resident Evil 7: Biohazard en el pasado E3 2016, donde también se anunció su lanzamiento para 2017, muchos de nosotros nos llevamos una impresión algo extraña, pensando que quizás todo era demasiado prematuro. La nueva perspectiva en primera persona hizo el resto y nos terminó de descolocar, ¿a qué estaba jugando Capcom? ¿Quizás se estaba buscando recoger el testigo del fenómeno P.T./Silent Hills? Lo cierto es que los siguientes meses la información relativa al juego se ha distribuido de una forma muy estratégica, con la distribución de demos y vídeos con un objetivo claro: introducirnos poco a poco en las nuevas claves de Resident Evil 7, pues los cambios son enormes. 

Lo que sí se ha tratado desde un principio es dejar claro que la saga quiere volver a sus orígenes, rescatando unas señas de identidad que, como hemos comprobado tras jugarlo, siguen siendo perfectamente válidas aún a día de hoy. Survival horror en la industria del videojuego son palabras mayores, y es ahí precisamente a donde ha vuelto Resident Evil 7, un camino que se abandonó con una formidable cuarta entrega numerada, pero que a la larga le ha pasado gran factura a esta saga de terror. El giro hacia la acción terminó por desvirtuar la saga y hacer que perdiera gran cantidad de adeptos; varios experimentos posteriores no han hecho más que empeorar las cosas, salvo en el caso de la notable subsaga Revelations, que precisamente comenzó a volver a la senda en la que hoy se reestablece Resident Evil 7.

La familia Baker, nuestros nuevos "Némesis"

Aunque todavía desconocemos qué conexiones guardará la nueva entrega con la trama clásica de Resident Evil y personajes como Leon, Chris, Claire o Jill -si es que las hubiese-, por lo demás ya identificamos claramente los que serán los pilares de esta séptima entrega: atmósfera terrorífica y opresiva apoyada en la iluminación y el sonido, exploración y resolución de puzles, diseño de niveles clásico en estancias cerradas, recursos limitados para sobrevivir y recuperación del concepto "Némesis" (jefes carismáticos que nos perseguirán durante todo el juego y con los que a priori no podemos acabar). ¿Dónde queda el cambio a la perspectiva en primera persona? Parece que Capcom ha tomado esta decisión para sumergirnos más directamente en este ambiente opresivo, pudiendo jugar mejor con el sonido. Lo cierto es que aunque se haga raro no ver la espalda a nuestro personaje, la nueva perspectiva funciona realmente bien y ya es todo un estándar en los juegos de terror.

Pero centrémonos, ¿cuál es el punto de partida de Resident Evil 7? Nos ponemos en la piel de Ethan Winters, un nuevo personaje de la saga, que se ve forzado a seguir los pasos de su mujer tras dejar de saber nada de ella. Mia desapareció en la casa encantada Dulvey, en Louisiana, y tras ir en su busca acabamos nosotros también presos, bajo la custodia de la extraña y sádica familia Baker. Desesperados sin saber qué está ocurriendo, intentamos escapar para empezar a buscar pistas, pero poco a poco nos iremos dando cuenta que algo muy siniestro ocurre con los Baker, que comienzan a tratarnos como un miembro más de la familia, tomándose realmente mal que intentemos escapar de la casa. Por mucho que intentemos defendernos nos daremos cuenta que incluso las armas de fuego no son demasiado efectivas con estos sádicos, que nos perseguirán durante todo el juego y volverán a ponerse en pie pase lo que pase, recuperando el espíritu de Némesis, el recordado antagonista de la tercera entrega. Nuestra experiencia con los Baker nos es suficiente para aseguraros que son una familia realmente carismática que no olvidaremos fácilmente.

Resident Evil 7: Bioharzard es un auténtico viaje a los inicios de la serie, entre otras muchas cosas, por una inmensa casa en la que nos encontramos presos y que tendremos que explorar -junto con sus alrededores- para averiguar qué está pasando con la abominable familia Baker. Como en la entrega original -y otros juegos como 'The Evil Within', que han rescatado este recurso-, nos vamos a encontrar un complejo laberíntico lleno de puertas cerradas que nos impiden el paso y que marcan nuestro avance. Tendremos que explorar cada rincón de esta enorme casa sureña para encontrar todas y cada una de las llaves y mecanismos necesarios para poder tener acceso a cada zona cerrada. Como en los viejos tiempos, el diseño de niveles es magnífico por lo que hemos podido ver y todo se ha construido para que nuestra continua exploración de adelante a atrás -llena de backtracking- tenga sentido y sea satisfactoria. La casa "encantada" es un personaje principal más.

Recuperando las señas de identidad clásicas

En nuestra desesperante aventura vamos a encontrarnos de nuevo con los elementos más clásicos de la serie -que muchos opinan nunca debieron desaparecer-, como la salud regenerable por objetos, que tendremos que recuperar con hierbas y con la combinación de objetos, munición bastante escasa y un inventario que se llenará sin que nos demos cuenta. Como es habitual en la saga, tendremos que hacer uso de los pocos arcones que encontremos en la casa para almacenar objetos y no quedarnos sin hueco, pudiendo en estas habitaciones guardar nuestra partida en unas grabadoras de audio (adiós a las cajas de tinta). A pesar de la ausencia de guardado automático, nos hemos encontrado ciertos checkpoints en el desarrollo del juego.

En cuanto a la dificultad, parece que el juego va a volver a suponer un reto importante en su versión final, y que en gran medida ésto tendrá relación con la cantidad de objetos que encontremos a nuestro paso, como las hierbas y munición. Para poder avanzar todo lo posible y no morir demasiado, el modo predeterminado al que hemos tenido acceso nos permitía jugar en modo fácil, aunque hay que decir que a la hora de la verdad no nos han sobrado las balas. Aunque la familia Baker conseguirá que gastemos mucha munición evitando que nos den caza, no hay que olvidarse de las abominaciones biológicas que vamos a encontrar en la casa -éstas sí podremos pararlas-, y a las que como siempre hay que disparar apuntando a la cabeza. En este sentido el sistema de apuntado en primera persona funciona bastante bien y no resulta demasiado tosco, una de nuestras preocupaciones, tanto disparando como usando armas cuerpo a cuerpo.

La experiencia que nos ha transmitido Resident Evil 7: Biohazard nos ha hecho remontarnos casi 20 años atrás, con los inicios de la serie, con esa sensación de tensión constante por saber qué nos esperará detrás de cada puerta y esa sonrisa de alivio y seguridad al entrar en cada habitación de guardado. La sensación es de continuo agobio al encontrarnos de repente a cualquiera de los Baker en un pasillo y darnos cuenta de que sólo podemos huir o intentar retrasarles. Por otro lado el ritmo narrativo del juego se muestra bastante ágil en las primeras horas, siempre dando vueltas sobre el misterio detrás de la casa, con momentos de exploración pausada y con picos de adrenalina en situaciones límite de vida o muerte llenas de sadismo -casi siempre protagonizados por los miembros de la familia-. 

Resident Evil 7 quiere dar la campanada en 2017

Los japoneses han conseguido crear una atmósfera tétrica y cargante, con cierto toque de película slasher, que no da tregua al jugador, con momentos en los que las pulsaciones se nos dispararán, sintiendo que no estamos seguros en ningún sitio; sin embargo, la fórmula no opta tanto por el terror psicológico como otros títulos del género ni tampoco por los sustos gratuitos -aunque alguno sí que vamos a encontrar-. Para lograr esta ambientación decadente Resident Evil 7 toma mucho prestado de la iconografía de la América sureña, presentándonos unos escenarios que buscan el fotorrealismo gracias al nuevo motor de Capcom creado para la ocasión; la notable iluminación y el sonido envolvente, sumado a la nueva perspectiva en primera persona hacen el resto.  

'Resident Evil 7: Biohazard' ya ha mostrado casi toda su mano de cartas a algo más de un mes para su lanzamiento. Nuestras dudas iniciales se van despejando poco a poco, y lo cierto es que esta última prueba antes del análisis nos ha ayudado mucho para entender mejor el puzle en el que está trabajando Capcom. Sin hacer mucho ruido, los japoneses tienen en su mano devolver a esta saga tan querida el brillo perdido tras esta última década, pero para ello todavía tenemos que despejar muchas incógntas con la versión final que llegará el próximo 24 de enero; ¿qué duración total nos vamos a encontrar? ¿Cómo va a conseguir Capcom relacionar esta séptima entrega con la trama universal de Resident Evil? ¿Se va a desarrollar todo el juego en la casa de los Baker y las cabañas del pantano en Louisiana? ¿Qué fue de los personajes clásicos?