"Kinect Rush: Una aventura Disney Pixar" llega a Madrid

Durante la presentación se nos pretende enseñar cuatro mini demostraciones, de unos cinco minutos de duración cada una, de cuatro de las cinco películas que pondrá a nuestra disposición el título. Por desgracia los niveles de Up no estan incluídos en la versión que se nos muestra. Las demostraciones representan un tercio de la duración total de uno de los tres capítulos que componen el apartado de cada película. De ese modo, y con un calculo rápido nos hacemos a la idea de que, aproximadamente, el juego podrá ser completado en 10 horas. Nuestros presentadores no tardan en corroborárnoslo y aseguran que a uno de los expertos del estudio le ha llevado entre 10 y 15 horas conseguir el 100%, por lo que se espera que la duración estimada para el usuario medio oscile entre las 15 y las 20 horas, una cifra nada despreciable.

Técnicamente nos encontramos ante un título que, sin estar exento de fallos y sin ser un referente dentro del catálogo de la consola, acaba siendo resultón y muy llamativo. Atraerá y acaparará muchas miradas por intentar parecerse a la técnica y genialidad de las obras de Pixar. Obviamente no estamos viendo un trabajo similar a las películas, ni mucho menos, pero si un aspecto bastante más depurado de lo que Kinect suele ofrecer. Si bien no hemos podido corroborar ni atisbar la calidad del apartado sonoro, se nos ha prometido que las voces y las melodías corresponderán serán sacadas de las películas y contaremos con los mismos dobladores y sonidos que en éstas.

El juego destaca por su apartado jugable, muy intuitivo y directo. De ese modo para andar bastará con mover los brazos como si hiciéramos marcha, para correr mover al mismo tiempo los pies, mover los hombros para girar y para saltar, escalar, o agarrarnos a algún saliente, hacer los movimientos correspondientes con nuestro cuerpo. Si bien no existe una correspondencia 1:1, el personaje reacciona rápido a nuestras órdenes y de forma acertada con asiduidad. El único pero que le hemos encontrado es el hecho de que no existe un movimiento para girar 360º a nuestro personaje, y hacer ésto se vuelve tosco y lento. Sea como sea, hemos de reconocer que nada más ponernos delante de la pantalla sabemos cómo tenemos que jugar y nos sentimos cómodos y muy metidos en la aventura.

El desarrollo de los niveles suele tomar forma de persecución, el escenario no se cae a nuestro paso, no tenemos un límite de tiempo y una imperiosa necesidad de perseguir al elemento que se nos plantea, pero sí que está pensado para que nos desplazemos con agilidad y rapidez. Los escenarios cuentan con múltiples caminos y monedas que recoger así como algún que otro coleccionable. Si ésto ya eleva la rejugabilidad del título, el saber que podremos ir desbloqueando gadgets para, por ejemplo, planear por medio de una capa, dispara dicho elemento. Repetiremos una y otra vez las mismas fases bastante más tiempo del habitual antes de aburrirnos o caer en una tónica repetitiva.

Los niveles jugados nos ponían entrando y esquivando las defensas de una fábrica en Los Increíbles, ayudando a un juguete que se ha caído de un coche a volver al vehículo en Toy Story, en una vertiginosa persecución por las alcantarillas en Ratatouille y en una carrera contra un presumido fórmula 1 por las calles de Tokio en Cars. Especialmente llamativa era ésta última escena al consistir en una jugabilidad totalmente distinta, pues era un coche al que encarnábamos, y no a un ser bípedo. A pesar de eso, los elementos en común en la jugabilidad son quizás demasiados y el cambio acaba siendo únicamente de ambientación.

Para entrar a cada nivel nos situamos en un parque de juego en el que un niño o una niña, en función del sexo de nuestro personaje, nos preguntaba si queríamos jugar con él/ella e inmediatamente nos transformaba a nosotros y a nuestro alrededor en parte del universo de una de las franquicias. Aunque no hemos podido probar el modo cooperativo, se nos ha asegurado que también estará ahí, y se ha demostrado al acompañarnos en todo momento un segundo personaje (en este caso manejado por inteligencia artificial).

Al terminar la presentación, además, tuvimos la oportunidad de hablar tanto con David Dedeine como con Jay Ward. David nos habló sobre cómo se concebió el juego, y sobre cómo adaptaron ciertos detalles para que la jugabilidad y la experiencia fueran de lo más sobresaliente. Kinect Rush se planteó desde un principio para aprovechar al máximo las posibilidades que ofrecía el reconocimiento de movimiento del periférico y tanto Pixar como Asobo trabajaron de manera conjunta a la hora de recoger todo tipo de ideas que poner en práctica.