PS5 y Xbox Scarlett: ¿Qué esperamos de la nueva generación de consolas?

Reportaje

PS4 y Xbox One están cerca de cumplir los seis años de vida y las campanas que anuncian el cambio generacional ya se oyen en la lejanía. ¿Qué aspectos deben mejorar PS5 y Xbox Scarlett?

28/02/2019 16:14
La octava generación de consolas está cerca de capitular y dar paso a nuevos sistemas con mejores especificaciones técnicas. Qué ofrecerán Sony y Microsoft con las sustitutas de las actuales PlayStation 4 y Xbox One es algo que desconocemos en estos momentos y, salvo vagos rumores, parece que no hay visos de ofrecer información relacionada con ellas a corto plazo. Detalles como especificaciones técnicas, precios de salida, fecha de lanzamiento, diseños y otros aspectos tendrán que esperar un tiempo, aunque eso no nos impide realizar algunas peticiones sobre cómo deberían ser las nuevas consolas.
Charly

PS4 Pro y Xbox One X

PS5 y Xbox Scarlett: La nueva generación llama a la puerta

Cinco años lleva la octava generación de consolas en marcha, cinco años en los que hemos podido disfrutar de cosas muy buenas, pero también de otras que no han estado a la altura de las exigencias, de políticas que no han gustado a los jugadores y de algunas decisiones a mitad de ciclo completamente inesperadas y, por supuesto, no muy bien recibidas por la comunidad de usuarios. Podemos decir, abiertamente y sin temor, que está siendo un ciclo atípico y que seguramente muchos jugadores no querrán repetir por lo que ha supuesto para el bolsillo. A pesar de ello, la aún vigente generación ha ofrecido experiencias para todos los gustos: desde títulos completamente nuevos, pasando por muchas (pero muchas) remasterizaciones, hasta remakes de juegos clásicos. Pero claro, todo llega a su fin.

2019 será el año en el que los modelos estándar de PS4 y Xbox One cumplan seis años de vida (en noviembre para ser exactos) y, a pesar de que tenemos a PS4 Pro y Xbox One X en liza, ya va siendo de pensar en los futuros sistemas. Desde hace unos meses, tanto Sony como Microsoft han dejado caer que ya se encuentran perfilando a las sucesoras de estas consolas, por lo que todo apunta a que este año tendremos información sobre ellas. Cómo llegará esa información es algo que aún está por verse; Sony Interactive no irá al E3 2019, por lo que es muy posible que la compañía esté planeando un PlayStation Meeting, como el emitido en 2012 para presentar PS4, y algunos juegos, al público.

Sony y Microsoft trabajan desde hace tiempo en las sucesoras de sus consolas actuales: PS4 y Xbox One

Microsoft sí irá al E3 2019, un lugar idóneo para presentar hardware, sobre todo si tenemos en cuenta que el gigante norteamericano no tendrá la sombra de Sony planeando sobre él. Por supuesto, ninguna de las compañías ha compartido su hoja de ruta al respecto, así que todo esto es pura especulación. Mientras esperamos a que ambas compañías compartan información sobre las que serán las sucesoras de las consolas actuales, por nuestra parte hemos querido elaborar un pequeño texto para tratar algunos de los puntos que tanto Sony como Microsoft deberían tener en cuenta para sus futuros sistemas. Algunas de las medidas/exigencias tomadas no han sido del agrado de los jugadores y muchos exigen un cambio, sobre todo cuando ello implica tener que gastar más dinero.

Artículos

PS4 Pro

Sistemas capaces de aguantar toda la generación

Uno de los aspectos que menos ha gustado a los jugadores de esta generación es el lanzamiento, a muy pocos años del estreno de los sistemas estándar, de consolas con mejores especificaciones técnicas. En 2016, Sony puso a la venta una consola llamada PS4 Pro, que contaba con una tarjeta gráfica más avanzada, más velocidad de CPU (sin cambiar el modelo) y un ligero aumento en el ancho de banda de la memoria GDDR5 (sin aumentar la cantidad). En total, un sistema capaz de desplegar un rendimiento en coma flotante de 4.2 Teraflops. A pesar de las mejoras, no muchas compañías han sabido/querido sacar partido a la consola y se han limitado a lo fácil, es decir, aumentar resolución y poco más. En resumen, sistema desaprovechado y gasto poco menos que inútil.

Un año después, en 2017, Microsoft hizo lo propio y puso a la venta Xbox One X, que sí presentó un cambio sustancial respecto al modelo base. Este sistema ofrecía una GPU más avanzada, la misma CPU con un aumento en la velocidad de reloj y, lo más importante, 12GB de memoria GDDR5 así como un diseño minimalista y refrigeración híbrida. A pesar de todo lo genial que puedan sonar las mejoras, tanto de este modelo como el homólogo de Sony, muchos se preguntaron si ambas compañías no pudieron haber apostado por ambas desde un principio. No todo el mundo puede permitirse (o quiere) cambiar de consola cada tres años, sobre todo si las desarrolladoras no van a sacar partido a lo que ofrece más allá de vender la resolución 4K (en algunos casos real y en otros simulada).

PS4 Pro y Xbox One X han llegado a mitad de generación para ofrecer una mayor calidad de imagen

Con esta experiencia, muchos jugadores piden que los modelos iniciales tengan las capacidades necesarias para aguantar todo un ciclo, como ha sido toda la vida. En generaciones anteriores, tirábamos hasta el final con un mismo hardware, sin cambios y no pasaba nada. Si bien es cierto que la tecnología avanza cada vez más a pasos agigantados y a una velocidad endiablada, también lo es que las compañías deben prever con antelación qué ofrecer. Evidentemente, el hecho de que ambos sistemas hayan tenido cierta aceptación juega en contra de la comunidad ya que las compañías habrán tomado buena nota. No obstante, queda para la esperanza que ambas sepan (o quieran) montar un hardware capaz de contentar las exigencias de los desarrolladores.

Charly

CPU AMD Ryzen

Menos hincapié en los 4K; corregir errores gráficos/visuales

Cada generación de consolas ha traído algo nuevo en lo que a materia gráfica/visual se refiere, siendo un aspecto común en todas ellas el aumento en la resolución de imagen. Desde el inicio de la era HD –séptima generación-, las compañías nos han intentado vender (con éxito todo sea todo dicho) los 1080p de resolución, teniendo que cambiar nuestras antiguas televisiones de tubo por paneles HD. Eso sí, a pesar de todas las bondades, las consolas no han cumplido con la promesa establecida inicialmente de ofrecer Full HD. En la octava generación sí hemos podido ver juegos a esta calidad, pero no siempre. Ahora nos quieren vender el 4K como sea, y yo me pregunto: -“¿es que no hay otros aspectos más importantes que la resolución?”-.

La respuesta, evidentemente, es sí. Ya en esta generación, concretamente con PS4 Pro y Xbox One X, las compañías han intentado colarnos un gol con los 4K (que se ofrece en muy pocos juegos) y han dejado de lado otros aspectos más acuciantes. ¿De qué me vale a mí un juego a 4K si sigo viendo screen-tearing, texturas borrosas y cargas a destiempo, aliasing, pop-in, juegos por debajo de los 30 frames, animaciones robóticas y más errores que deslucen la experiencia? De nada. Por ello, antes de pensar en ofrecer más resolución, tanto Sony como Microsoft deberían centrar sus esfuerzos en crear sistemas capaces de ofrecer un verdadero cambio a nivel gráfico/visual, más allá de apostar únicamente por la resolución 4K. Quizás estos modelos han servido de prueba…

Hay problemas más acuciantes por resolver antes de estandarizar la resolución 4K: tasas de frames bajas, screen tearing y más

Todo esto estará en manos de las desarrolladoras, quienes deberán decidir (salvo exigencias) a qué parámetros dar prioridad: si el plano técnico o el visual. Al ser una nueva generación entendemos que habrá un salto de calidad constatable, por lo que quizás no haya que lamentar recortes solo para ofrecer resolución 4K. Otra opción posible, aunque lleva más trabajo, es ofrecer configuraciones alternativas, algo que ya hemos visto en algunos juegos de esta generación. Hay título que permiten a los jugadores elegir entre una mayor resolución, sacrificando el aspecto técnico, o apostar por los 1080p y mejoras en tasa de frames, texturas, iluminación, anti-alias, etc. Un buen ejemplo es Shadow of the Tomb Raider. Evidentemente, verlo en unos pocos no es lo ideal; deben estar en todos.

Charly

Retrocompatibilidad de Xbox One

Retrocompatibilidad con los sistemas anteriores

Las consolas de octava generación un sufrido un cambio radical en su arquitectura interna, dejando de lado el Power PC de IBM para pasar a algo más estandarizado y similar a los PC’s que podemos encontrar en los hogares. Como todos sabéis, tanto PS4 y Xbox One, así como los modelos avanzados, hacen uso de un chip APU (CPU-GPU en un mismo SoC) de AMD. Esto ha provocado que sea más fácil programar para ellas y facilitar el porteo de PC a consola y viceversa; por el contrario, ha generado que la retrocompatibilidad sea más complicada. A día de hoy solo Xbox One, gracias al excelso trabajo de Microsoft, ofrece retrocompatibilidad con sus antecesoras (vía software); PS4 no. Muchos usuarios aún valoran esta opción y nunca está de más ofrecerla, ya sea más tarde o más temprano.

Es de esperar que los nuevos sistemas sigan apostando por la misma arquitectura que PS4 y Xbox One, es decir, una placa APU de AMD personalizada

Es de esperar que los nuevos sistemas sigan apostando por la misma arquitectura visto los resultados de PS4 y Xbox One, es decir, una placa APU de AMD personalizada. Qué tipo de especificaciones presentarán eso ya es otro cantar, aunque ardemos en deseos de saberlo para ver cómo será el salto. En principio, aunque se trata de un rumor, PS5 contaría con una CPU AMD Ryzen de ocho núcleos (arquitectura ZEN+, una de las más modernas) y una GPU de la gama Navi; en cuanto a la futura Xbox, cuyo nombre en clave del proyecto es Scarlett, no se sabe nada. Hay un rumor que dice que Microsoft podría apostar por dos modelos: uno básico a un precio menor y otro más avanzado y de mayor precio.

Sea cual sea la apuesta de ambas compañías para con sus futuros sistemas, ya no hay excusa para dejar la retrocompatibilidad de lado, salvo por cuestiones de políticas internas. El tiempo dirá si tanto Sony Interactive como Microsoft (esta última no lo dudamos), apostarán por ofrecer retrocompatibilidad en las sucesoras de PS4 y Xbox One. Los jugadores saben valorar los esfuerzos y agradecerán poder seguir disfrutando de los juegos adquiridos en las consolas pasadas en las nuevas. No todo el mundo mantiene el sistema anterior al dar y salto, o tiene la desgracia de ver cómo se avería y no merece la pena arreglarlo.

Charly

PS Now, servicio por streaming de Sony

Modelos alternativos para servicio digital

Streaming o contenido digital. Cada vez que oímos estas palabras algunos nos echamos a temblar. El formato físico nos ha acompañado durante generaciones y, aunque no parece que tenga pensado abandonarnos a corto plazo, están surgiendo otras opciones. Los juegos en formato digital cada vez están más arraigados en el sector y los jugadores, sobre todo por comodidad, no dudan en usarlo. Pero este formato no es el único que ha surgido, pues también debemos tener en cuenta los servicios por streaming. A pesar de que no están tan extendido en videojuegos, el streaming suma cada vez más adeptos y es cuestión de tiempo que lo veamos bien arraigado en este sector. Cuándo es algo que aún no nos atrevemos a vaticinar.

Los servicios por streaming y las descargas digitales son una realidad; ambos han nacido para quedarse y ser una alternativa

Sony Interactive tiene en marcha desde hace tiempo PlayStation Now, que por una cuota mensual nos permite acceder a multitud de juegos vía streaming. Microsoft está trabajando en el Proyecto XCloud de cara al futuro, por lo que la apuesta es cada vez más fuerte. Ambos han nacido para quedarse. En este aspecto, tanto Sony como Microsoft podrían ofrecer modelos de consolas más económicos destinados únicamente al ámbito digital, desechando los lectores de discos. Este modelo, además de ser más barato, tendría un menor tamaño y sería perfecto para cualquier centro multimedia. Por supuesto, apostar por un dispositivo así obligaría a ofrecer mayor capacidad de almacenamiento, algo que no es problema hoy día. Por supuesto, solo como alternativa a los modelos estándar y nunca en sustitución de.