Deus Ex: Human Revolution

En lo que se refiere a la acción el juego tampoco pasa desapercibido en ese apartado. El surtido de armas a nuestra disposición es más que considerable, pero he de avisar de que casi todas son de corte realista, pistolas, escopetas o ametralladoras, nada de arma láser o cosas así. Las mejoras para las armas, desde acoplar accesorios a mejorar estadísticas también tienen presencia. No es lo mismo una pistola de 9mm normal que una con mira o silenciador.

Pero a la hora de combatir cobran especial importancia las mejoras tecnológicas que podremos instalar en nuestros aumentos. Por una elevada cantidad, visitar sitios más que recónditos o completar suficientes misiones recibiremos "puntos de praxis" que son destinados a mejorarnos. Y esto afecta al combate, obviamente.

No es lo mismo saltar desde el techo, caer, levantarse e iniciar la pelea con algo menos de vida que caer sin perder ni un ápice de ésta e incluso dando un golpe que aturda a los enemigos cercanos. Ser inmune a las granadas de humo o cegadoras, poder hacernos invisibles a nuestro antojo o disponer de capacidades sobrehumanas son algunas de las estrategias a elegir al combatir. Nace aquí el toque más rolero. Deberemos decidir bien que mejorar. Ni existen puntos para todo ni todo se adapta a nuestra forma de jugar.

Para nosotros, los jefes finales, que tanta controversia han creado, los pocos probados nos han parecido acertados, no imprescindibles, pero si acertados. Dejan el espectáculo cinematográfico por el que optan muchos en busca de la magia del realismo. Tienen un tono de acorde al juego. Metal Gear Solid es el juego con malos más parecidos, pero aquí si que no tenemos duda, los jefes finales de la obra de Hideo Kojima están varios pasos por encima.

Con esto concluímos la tanda de ejemplos. No le hace justicia al juego compararlo con nadie, porque es fresco e innovador como él solo en su campo, más que "beber" de los demás... éstos lo hacen de él. Y lo harán en un futuro. Toda situación en posible en el juego. Incluso Mirror's Edge tiene similitudes, encontradas tras dedicarnos a saltar por los tejados.

Uno de los detalles más llamativos del juego es su rejugabilidad. Nunca repetir una misión por haber muerto ha dejado indiferente al jugador, que al cabo de un tiempo se cabrea, bien con la consola bien con su habilidad. Y esque cada experiencia puede ser totalmente diferente de querer uno. La variedad del juego no basa sólo en las situaciones planteadas sino en la cantidad de opciones que se le dan al jugado. Investigar un lugar protegido hablando con las personas adecuadas o manteniendo intensos debates, entrar por uno de los pongamos cinco caminos disponibles (con bifurcaciones) o usar nuestras mejoras para abrirnos paso combatiendo... Nada es igual. Incluso en los trofeos o logros queda patente, al asignarse a veces más de dos trofeos a la resolución de una misma misión.

Sólo un apartado técnico que no llama a las puertas de los referentes, un desarrollo demasiado largo, una trama que acabe "flojeando" o los tiempos de carga pueden impedir a Deus Ex ser lo mejor que hemos jugado este 2011.

Y aquí concluímos estas extensas impresiones. Nos queda mucho que decir del juego, pero será en su análisis, con la historia más que completada, cuando lo hagamos. De lo que no cabe duda es de la sensación tan maravillosa que deja Deus Ex al jugarlo.

La sensación de estar jugando a algo fresco, original, que da motivos de sobra para ser jugado. Un juego en el que te sientes participe del dramático estado de la sociedad bien por las misiones bien por la ambientación. Del que deseas formar parte o disfrutar continuamente.

El juego no es ni un Fallout por su exploración, ni un Mass Effec por los diálogos, ni Borderlands por los amplios lugares a nuestra disposición, ni Splinter Cell por el sigilo, ni CoD por la acción, ni Metal Gear Solid por los jefes, ni shooter, ni rol, ni sanbox, ni infiltración...

...es Deus Ex. Único e inigualable. El primer gran título sobresaliente de la recta final de 2011 ha llegado tanto a Ps3 como a Xbox 360 con ganas de hacer honor a su nombre.