Reportaje
Se acaba 2011, uno de los mejores años de los últimos 6 o 7 años del sector. Un año en donde hemos podido disfrutar de una nueva consola portátil de Nintendo, o el anuncio de la próxima consola de sobremesa de casa Mario, aunque no ha estado exento de dificultades, problemas y, por desgracia, desastres que no podemos controlar, pero que dejan marca por muchos años.
Repasemos todo lo que ha dado de si este 2011, lo bueno y lo malo.
Comenzamos el año con muy buen pie. El 26 de febrero llegaba al mercado japonés la nueva consola portátil de Nintendo, presentada el pasado E3, incluyendo más potencia, funciones multimedia y una pantalla capaz de realizar el efecto 3D sin la necesidad de utilizar gafas especiales. Tras unas dos o tres semanas de ventas bastante buenas, el terremoto que asoló Japón hizo que sus ventas descendieran, así como provocar el retraso de algunos juegos para ella.
De esta forma, el comienzo de Nintendo 3DS no fue nada bueno por parte de Nintendo, ya que tras un par de buenos juegos de lanzamientos, las compañías third-party no daban con la tecla del éxito en la portátil. Llegaban pocos títulos en sus primeros meses, y muchos de ellos de una calidad cuestionable, por lo que las ventas se vieron afectadas.
El precio tampoco ayudaba, siendo en Japón 25.000 yenes, algo más cara de lo esperado, y un precio que pocos podían afrontar debido a la situación del país.
El pasado 11 de marzo fue un día fatídico para el pueblo japonés y para todos aquellos que simpatizamos con su cultura o parte de su cultura, ya sean cómics, películas o videojuegos, una parte de nuestro corazón se vio afectado.
¿Pero qué tiene que ver esta desgracia con el mundo de los videojuegos? Tras el terremoto de 9 puntos en la escala sismológica de Richter, y el posterior tsunami de olas de hasta 40 metros de altura que asoló ciudades y pueblos enteros, además de provocar una crisis nuclear que aun continúa, diversas industrias japonesas se derrumbaron.
Se disminuyó el crecimiento esperado del país, industrias como la pesca o telecomunicaciones se vieron claramente afectadas, al igual que otras industrias relacionadas con la tecnología. Entre ellas el sector de los videojuegos.
El interés por los juegos inminentemente después del desastre descendió de forma importante, algo natural por otra parte. Se registraron decenas de cancelaciones y retrasos de juegos, además de retrasos de ferias y anuncios previstos (como MH3G), lo que influyó directamente en el devenir de la industria y algunas consolas, como Nintendo 3DS, que acababa de salir en dicho país.
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