La evolución de ‘Tomb Raider’

Tomb Raider III (1998)

En la época de oro de las aventuras en tres dimensiones, ‘Tomb Raider’ seguía siendo dueña y señor de aquel género que tanta diversión nos ha dado a los jugadores. 

Una vez más, Playstation se quedaba con la exclusividad en consolas de las aventuras de Lara Croft que se veía envuelta en otro viaje en busca de un nuevo artefacto misterioso.

La introducción de la tercera entrega nos muestra la imagen de hace millones de años con la llegada de un meteorito hacia la Tierra, que impacta en la Antártida provocando un tremendo cráter.

Con un argumento más bien flojo, Lara Croft es encomendada hasta la búsqueda por todo el mundo de cuatro extraños artefactos que activan un complejo mecanismo enterrado en la mismísima Antártida. A partir de aquí nos encontramos con la posibilidad de elegir en el orden que queramos los diferentes lugares que nos propone el juego, siendo una de las novedades más interesantes de ‘Tomb Raider III’. Al terminar el nivel de la India, lugar donde comienza el juego, tendremos Londres, Nevada y el Pacifico Sur para visitar. El orden que elijamos no influye en la historia, aunque al finalizar todos los niveles acabaremos sin elección en la Antártida donde finaliza la nueva aventura de la Señorita Croft.

Fue una de las entregas más criticadas de la franquicia, el factor de “juego anual” también existía en aquellos tiempos, pero en algunos casos no funcionaba como se esperaba, y mientras en la actual época sagas como ‘Call of Duty’ venden juegos como rosquillas, ‘Tomb Raider’ iba decayendo a cada entrega que lanzaban a pesar de tener un comienzo único en la industria.

Otras novedades en la tercera entrega nos dejaba entrever una mayor cantidad de polígonos en Lara Croft y en los escenarios, pudiendo observar un mayor logro en las facetas de la protagonista, o los enemigos que te obligaban a utilizar algún tipo de antídotos como cuando por ejemplo éramos atacados por una picadura de serpiente.

El juego alcanzó los 6 millones de unidades en todo el mundo.