Análisis How to Survive

No es otro estúpido juego de zombis

Y es que eso es lo que tienen las modas: que propician propuestas que tratan de diferenciarse, de ir contracorriente. Y hay que reconocer que la moda de la temática zombi ha sido especialmente recalcitrante en los últimos años, tanto en el mundo de la literatura como el del celuloide o, como en el caso que nos ocupa, el de los videojuegos. Y del maremágnum de shooters sobre zombis emerge alguna propuesta que intenta diferenciarse, que propone una jugabilidad distinta o un punto de vista que no se ha tocado a pesar de esta gran cantidad de juegos. Un soplo de aire fresco que muchos pueden perderse por simple saturación de la temática.

Eso es lo que ha intentado EKO Software, una empresa francesa prácticamente desconocida en el panorama internacional pero con muchos juegos descargables a sus espaldas. Han trabajado en muchas plataformas y su calidad está más que contrastada, de modo que cuando anunciaron un nuevo juego de temática zombi captaron sin despeinarse la atención del público. Fue entonces cuando mostraron los puntos diferenciadores de su proyecto: elementos RPG, supervivencia y un ligero toque cómico. La receta tenía buena pinta; tocaba esperar que se cocinara a fuego lento en las oficinas de EKO.

El resultado este 'How to Survive', cuya historia se inicia sin hacerse de rogar. Lo primero que tendremos que  hacer es elegir a uno de los tres protagonistas: Kenji, un chico con las habilidades muy equilibradas, la fémina Abby, con más energía que fuerza, y Jack, un chico duro pero poco ágil. Tras esta elección, todo comienza con una comunicación por radio: una embarcación que pide ayuda. No se sabe dónde está, ni qué le sucede, solo que está en grave peligro...y así, despierta nuestro personaje en la playa de una isla paradisíaca. No sabe por qué está ahí ni qué está sucediendo en la isla, pero tampoco necesita explicación.

Otro superviviente nos da algunas directrices para comenzar a movernos por el juego, hasta que encontramos a Ramón, un viejo que está en la playa al otro lado de la isla. Ahí comenzará un largo tutorial que nos introducirá en el juego, y que nos presentará la situación: estamos atrapados en un archipiélago repleto de zombis y otros monstruos de ultratumba. Lo único que podemos hacer es tratar de sobrevivir el tiempo suficiente para reunir los elementos necesarios para reparar una barca y poder huir de nuevo en dirección a la civilización. Y ya; no hay más que explicar de la historia.

Y es que la trama no sorprende en ningún momento. Sí que es cierto que se inicia con una propuesta que podría ser interesante: un superviviente que no sabe de dónde viene y que está en una isla que no sabe dónde está situada. ¿Por qué está ahí? ¿Qué causa la plaga zombi en las islas? Preguntas que podrían haber dado para una trama interesante, y que sin embargo quedan diluidas en un desarrollo extremadamente aburrido. Al final, toda la historia se resume a tratar de escapar consiguiendo, uno a uno, todos los objetos necesarios para reparar el bote y poder cruzar el océano. El clásico síndrome del mensajero videojueguil.

Los elementos que dan algo de color a todo el desarrollo se vertebran a través de las guías de supervivencia que encontraremos a lo largo de la aventura principal. Son obra de Kovac, el único personaje que no es más plano que un papel de fumar y protagonista indiscutible de la aventura, a pesar de ser un secundario. Este peculiar superviviente nos va dejando pistas sobre cómo sobrevivir a la pandemia zombi. Lo que prometía ser una divertida versión jugable de 'Zombi - Guía de supervivencia', la obra de Max Brooks, ha acabado siendo un ejemplo de cómo hacer un divertido tutorial; nada más.

Porque a pesar de la gran recreación de esa guía y lo delirante que resultan tanto sus descripciones como sus ilustraciones, no deja de ser una guía para saber qué hacer en 'How to Survive'. Muy guiado, muy escalonado; demasiado limitado como para considerarse una guía zombi que tenga justificación más allá del propio juego. Una oportunidad perdida, aunque no es la única. En general, la propuesta podría haber dado para crear un mundo interesante y único, y al final se ha quedado en una aventura que no despierta ningún interés. Es más, ¿Por qué una isla? ¿Por qué estos tres protagonistas, mudos todos ellos y sin trasfondo ni diferencias? ¿Por qué...todo? Con un mínimo esfuerzo, EKO Software podría haber redondeado mucho más la obra en este aspecto, ya que otros cojean de forma evidente.

El último superviviente

Algo similar sucede con la propuesta jugable. Lo que se propuso en un principio es que este juego tuviera una jugabilidad clásica de los RPG de acción, es decir, seleccionar armas y armaduras  y luchar machacando botones contra todo lo que se pusiera delante. Dentro de lo que es este género, obviamente, existiría la opción de mejorar el personaje, aplicando puntos de experiencia para conseguir habilidades únicas. Y esa es la base de la jugabilidad en realidad, pero el aspecto diferenciador lo encontramos en la supervivencia.

Durante el juego, el protagonista que elijamos tendrá una serie de necesidades básicas que tendrá que cubrir para poder rendir bien durante los combates. Estas serán el hambre, la sed y la energía, que se suplirán, como es obvio, comiendo, bebiendo y durmiendo respectivamente. Para lo primero, tendremos que conseguir alimentos como frutas de la selva o carne de animal, que tendremos que cazar usando nuestras armas. También habrá que buscar hogueras para cocinar esta carne, pues comerla cruda significará la muerte en un entorno tan contaminado. La sed se soluciona bebiendo agua de pozos o llenando botellas vacías para el camino, y para dormir solo tendremos que encontrar un lugar seguro y resguardado de los zombis.

Pero a la hora de la verdad, ni la jugabilidad de Action RPG ni el apartado de supervivencia tienen la profundidad que podría pensarse cuando uno se inicia en 'How to Survive'. Las opciones para mejorar nuestro personaje son escasas, escenificadas en un árbol de habilidades bastante pequeño, con poco más de 10 mejoras para el o la protagonista. Es difícil llegar a completar todo el árbol, pues no depende de los puntos conseguidos sino que cada nivel nos otorgará un solo punto, y el avance el lento y tedioso. La mayoría de habilidades tampoco suponen una ventaja crucial, y se limitan a aumentar resistencia, hambre o potencia. Es un apartado escaso en opciones.