GameStop: la crónica de una muerte anunciada

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GameStop cierra el chiringuito en España y cede parte de su red de tiendas a la cadena GAME, pero curiosamente la comunidad jugona no ha respondido con excesiva sorpresa

20/09/2014 09:00
Tras algunos años de especulaciones, de rumores y de ríos de tinta al respecto, ha sucedido lo que tenía que suceder: la cadena de tiendas de videojuegos GameStop cesa su actividad en España de forma definitiva. Aunque algunas políticas de la empresa han podido precipitar el hecho, quizás sea un preludio de la crisis que se puede avecinar a causa del formato digital. Un factor que se une a la piratería, que siempre ha dado guerra y que en nuestro país es especialmente doliente, y que puede decantar el equilibrio en la lucha entre lo físico y lo digital.
Miguel

Un cierre que viene de largo

"Cese de actividad". "Proceso de despido colectivo". "Reducción de operaciones en España". Esos y otros eufemismos han sido utilizados desde la sede central de la cadena GameStop, en Texas, para explicar al público el cierre definitivo de las tiendas de la marca en territorio español. Un cierre bien vendido desde la compañía, que apela a concienzudos estudios de mercado y a oportunidades de negocio rentable lejos de la piel de toro, un "no eres tú, soy yo" que da una sensación casi de éxito. Pero nada más lejos de la realidad: GameStop hace las maletas para siempre porque no ha podido con una competencia mucho más implantada, más fuerte, por los motivos que sea.

Cuando más se reduce el mercado en algunos campos, más encarnizada es la competencia: es cuestión de sentido común.

No es la primera vez que ocurre, ni en el sector del videojuego ni en el mercado más global. En España hemos visto como el sector del alquiler y venta de películas para uso doméstico iba perdiendo terreno en la mayoría de cadenas y pequeños negocios en pos del gigante 'BlockBuster', que se convirtió en monopolio antes de caer también. Lo mismo sucedió con otros negocios, como los cibercafés o incluso las tiendas de música, ahora rara avis en nuestro país, casi museos de culto a este arte. Cuando más se reduce el mercado en algunos campos, más encarnizada es la competencia: es cuestión de sentido común.

Podemos intentar ser buenos y no juzgar a la empresa, no hacer leña del árbol caído y despedir con honores a una cadena que ciertamente tuvo su público en España. Pero sin duda el hecho merece ser analizado. Siendo un poco malos, pero no demasiado, podemos comentar que quizás su política de precios, tanto nuevos como de segunda mano (donde, por cierto, fueron en parte pioneros en nuestro país), unido a algunas técnicas de venta no demasiado acertadas, pueden tener algo que ver con todo esto. No se tenía una imagen excelente de GameStop; a pesar de ello, ha habido, como en todo, cosas bien hechas, y no es momento de criticar por criticar y hacer la burla fácil.

GameStop

GameStop cierra sus puertas en España para siempre, tras unos últimos años dubitativos

Algo habría cuando tantas veces se ha especulado con este cierre. Algo se movería en las entrañas de GameStop. Los trabajadores comentaban, en confianza, que el ambiente estaba enrarecido y que les llegaba la inseguridad desde arriba en ese sentido. Pero la realidad es que casi nadie se ha sorprendido de la decisión. Unos con más mala leche que otros, pero todo el mundo ha dado por sentado que el cierre era el único fin de la filial española. Algo habría, sí señor, pero no solo desde dentro. Hay algo que afecta a la cadena, al negocio en sí, desde fuera.

¿El destino de GameStop es el destino de las tiendas físicas?

La competencia directa, la cadena GAME, se ha visto claramente beneficiada con este movimiento. Se quita de un plumazo a uno de sus competidores directos (aunque ciertamente la que más daño puede hacerle es MediaMarkt), y además, se queda con unas cuantas tiendas y sus respectivos empleados y clientes. Tiendas estratégicamente situadas para que GAME amplíe aún más su mercado. Pero seguro que también hay una parte que preocupa: ¿Sufrirá a la larga esta tienda el mismo destino que su competidora?

Y es que sigue habiendo esa preocupación por el avance imparable del formato digital. No se puede negar. Cada vez hay menos tiendas físicas, porque cada vez el pastel por el que luchar es más pequeño. Abrir un pequeño negocio de videojuegos es casi una quimera. Al asedio de la piratería se suma ahora este formato de negocio que parece ir a más en los últimos años. Los usuarios pagan menos, las empresas pagan menos, y todos están más contentos. Lo único que separa al formato digital de la victoria es esa brecha digital causada por el ancho de banda de las distintas zonas y la costumbre del usuario a tener el producto en sus manos, a tocarlo.

Miguel

Ahora GAME se queda como casi única fuerza en España, ¿suficiente para asegurar el futuro?

El juego en la nube y las descargas legales parecen estar ganando un terreno importante, especialmente en el mercado del PC (mercado que, curiosamente, parecía abocado al fracaso antes de la popularización de lo digital). GameStop ha pagado el pato por ser, posiblemente, la más débil de las que quedan por repartirse los restos lo que parece carroña a punto de agotarse. Claro está que lo físico no va a desaparecer, al igual que no ha desaparecido en el cine o la música; pero parece ser que la tendencia es a la baja. Puede que, en unos años, una tienda de videojuegos sea casi un templo del jugador más que lo que es hoy en día. Será así casi seguro, a no ser que los minoristas cambien el rumbo de lo que se hace hasta ahora, que no incide demasiado en las ventajas de lo físico y las da casi por hecho.

Gracias GameStop por lo ofrecido, y por aportar tu granito de arena a un sector que entre millones de españoles estamos intentando poner en valor en el mercado, por una parte, y en el sector cultural por otro. Gracias también por hacer una digna despedida, asegurando en la medida de lo posible la continuidad en el empleo de muchos trabajadores en un gesto que no debe tomarse a la ligera en el panorama actual. Ahora le toca el turno a los supervivientes, que deberán decidir si mantener el negocio como hasta ahora o aprender de la (mala) experiencia de GameStop. Voto por lo segundo, claro está.