España, el país más caro para comprar videojuegos

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Un reciente estudio demuestra inequívocamente que España es el peor país para comprar videojuegos, con precios casi siempre por encima de la media internacional

25/10/2014 14:30
El medio generalista El Confidencial se ha hecho eco de los datos recogidos por Otogami sobre la venta y los precios de videojuegos en España respecto a otros países, y la conclusión es realmente desalentadora: en España, los juegos cuestan más caros que en ningún otro país de nuestro entorno. ¿Cuáles son las causas de esta desigualdad? ¿Tienen algo que hacer las tiendas ante este panorama? Los usuarios conocen sus alternativas, pero, ¿cabe esperanza para apoyar la industria española y a la vez ahorrar algo de dinero en nuestras compras?
Miguel

No es país para juegos

Muchos nos hemos quedado petrificados ante los datos emitidos por Otogami, que demuestran que España es el país más caro de su entorno para comprar videojuegos. Es algo que quizás muchos sospechábamos, pero que así, demostrado con datos y con esos gráficos de barras que difícilmente se pueden rebatir, pues nos plantan de lleno ante una dolorosa certeza. Excepto en PlayStation 4 y PlayStation Vita, plataformas en las que incomprensiblemente se igualan o se mejoran las condiciones, cualquier juego de cualquier plataforma será más caro aquí que en otros países.

Los motivos parecen ser las reglas de juego establecidas por la principal cadena de venta de videojuegos del país, que ha implantado un monopolio donde los precios los marcan ellos. Es curioso, porque cuando había más opciones de calado en el mercado esto sucedía igualmente; de hecho, lleva sucediendo muchísimos años. Además, las distribuidoras miman en exceso a la grande y castigan a las pequeñas con precios elevados y la obligación de tener que hacerse con juegos de poco calado para comprar los mejores. Algunos pequeños comercios incluso reconocen tirar de importación en lugar de distribución por los precios.

Miguel

Esos son los motivos esgrimidos, aunque quizás si consultáramos a los dueños de las cadenas o a las distribuidoras, alegrarían otra cosa. El caso es que aquí sucede, y en otros países no. Algún elemento habrá que causará la diferencia, alguien se beneficiará o alguna ley estará mal hecha. Sea como sea, al final el consumidor es el principal perjudicado, y desde luego es difícil tratar de hacer entender lo perjudicial que es la importación en estas condiciones. Se está convirtiendo en la principal forma de compra de los más avezados usuarios, y si no se utiliza más es por dos motivos: el desconocimiento de las ventajas de la importación por parte del gran público y el bloqueo regional que inteligentemente se aplica.

Los responsables de esta desigualdad hacen oídos sordos a las peticiones: los juegos venden y venden bien

Quizás ahora los responsables de esta desigualdad hacen oídos sordos a las peticiones: los juegos venden y venden bien, facturando igual o mejor que otras industrias poderosas en nuestro país como el cine y la literatura. Pero la masa social cada vez entra más en el mundo del videojuego, y es inevitable que tarde o temprano se den cuenta de que comprar un juego de salida e importarlo desde Reino Unido, por poner un posible origen, es bastante más barato que comprarlo aquí aunque sumemos el coste de envío. Es posible que cuando estos responsables se percaten de que el usuario no es tonto, ya sea demasiado tarde.

¿Cambiará esa situación?

Parece una situación que muy difícilmente se va a revertir en nuestro país. Las condiciones están establecidas para que los precios estén como están, y ninguno de los agentes que intervienen en ellas parece dispuesto a dar su brazo a torcer. Pero tenemos la esperanza de que la situación alguna vez les obligará a replantearse sus políticas, o al menos esperamos que así sea por el bien de todas las partes implicadas. Queremos poder comprar con garantías y buenos precios en nuestro país, en formato físico y en tienda, ya que es la forma de que la industria nacional crezca y que cada vez sean más los títulos que no solo se localicen al castellano, sino que también gocen de doblajes de calidad. Obviamente, será la forma de que esas joyas niponas que nunca llegan aquí puedan hacerlo algún día.

Miguel

Las grandes cadenas tienen poder para cambiar las cosas, pero todo empieza por las distribuidoras

Nos guste o no, es la única forma de que recibamos esas ventajas; comprar juegos en nuestro país. Pero no se nos puede pedir ese esfuerzo (económico, entendemos) si los responsables de la distribución y la venta no ponen también de su parte. Y es que no solo son más caros los precios de salida, sino también más escasas las ofertas y más lenta la bajada progresiva del precio. Estamos deseosos de recibir ventajas en nuestras tiendas nacionales que nos hagan ir en masa a ellas tal y como muchos acuden a las tiendas online y de importación. Es más cómodo, más nostálgico incluso, pero claramente nos supone una desventaja frente a los que compran por internet. Las tiendas pequeñas no pueden hacer nada para competir con las grandes, de modo que ya sabemos a quién corresponde esta decisión. Sony, Microsoft y Nintendo también deberían intentar aportar cordura en ese sentido, al igual que el resto de compañías y distribuidoras.

Veremos si este estudio llega a las grandes compañías y deciden la estrategia necesaria para que los precios en España sean justos, o al menos, adecuados para los sueldos de un país cuyo salario mínimo es un referente europeo...a la baja.