Análisis Donkey Kong Country Returns 3D

Mirando atrás

Donkey Kong fue la gran mascota de Nintendo cuando Mario no tenía ni su actual nombre. diseñado por Shigeru Miyamoto en 1981, haría su primera aparición en una máquina recreativa que llevaba su nombre.

En ella Jumpman (aún no era Mario) debía salvar a su novia Pauline de la garras de Donkey Kong, que hacía el papel de malo. Se trata de un juego que ha pasado a la historia y cuya popularidad traspasa fronteras.

El éxito de esta recreativa fue catapultó a Nintendo a la gloria, pronto se vendió merchandising, se realizó una serie de animación y conversiones para las principales consolas de la época, como Atari 2600 o Colecovision.

Pero los planes de Nintendo iban más allá de las recreativas y conversiones, pronto se lanzaron GAME&WATCH protagonizadas por el simio, nuevas entregas con Donkey Kong Jr. para su NES ó Game Boy.

Son embargo, pronto aparecerían Mario, Bowser y la princesa Daisy, lo que arrastró a un segundo plano a Donkey Kong, al que parecía que sólo veríamos en cameos como su aparición como personaje jugable en ‘Super Mario Kart’ de SNES.

Sin embargo, la empresa Rareware pronto devolvería el protagonismo que merece a Donkey Kong. Utilizando tecnología Silicon Graphics, que de aquella se hizo muy popular por emplearse en la película Parque Jurásico.

Rare usó las estaciones de trabajo Silicon Graphics para crear modelos en tres dimensiones de los personajes de un videojuego, los cuales serían posteriormente trasladados al hardware de las consolas domésticas como gráficos bidimensionales; a este proceso se le acabaría bautizando con el nombre de “renderización”.

Nintendo quedó tan impresionada con este trabajo que compró el 25% de Rare y le cedió la licencia Donkey Kong. Para crear el que sería el primer título del simio en el que no intervendría Shigeru Miyamoto, su creador original.