Análisis Cursed Mountain

Miedo psicológico es lo que se busca inyectar al jugador, objetivo que puede conseguir únicamente en sus primeros compases para después transformarse en misterio por saber lo que ocurre y enfatizando acciones tan simples como cruzar una saliente. Sí, has leído bien, y es que lo que en cualquier otro título es algo totalmente habitual y común, Cursed Mountain lo trata desde el punto de vista de nuestro escalador donde atravesar esa simple estrechez en el camino puede acabar con su vida por un simple descuido. Superficies irregulares que repercuten en nuestro personaje en su velocidad de desplazamiento y varias circunstancias más que incluso hacen parecer que subir unas simples escaleras de madera sea todo un acontecimiento.

Planos imposibles, cambios de cámara mientras caminamos (de tenerla tras nuestra espalda nos encontramos caminando hacia ella enfocándonos desde el tejado del edificio que teníamos enfrente) es un recurso frecuente en el título, siempre buscando el plano más espectacular o acorde a lo que ocurre en pantalla, ya sea contemplar un bonito paisaje dejando a Eric en un extremo de la imagen o controlarlo desde una vista cenital que poco a poco toma su posición por defecto. En este sentido, se busca el dinamismo que el desarrollo jugable no alcanza.

Duración

Las 10-12 horas que dura el título son las que necesita. Una longevidad mayor sería excesiva para una base jugable que denota síntomas de cansancio en la parte final, y por el contrario una duración menor no sería bien recibida por lo pausado de su desarrollo. Para el que quiera observar todos los rincones que conforman esta montaña maldita tendrán su recompensa en forma de documentos de texto, ya sean informativos o notas de otros escaladores que han pasado por el lugar.

Conclusión

El título que nos presenta Deep Silver agudiza ese catálogo personal que posee la sobremesa de Nintendo con una estructura fuera de lo común en el género que ocupa, mostrando un desarrollo muy pausado con puntuales momentos de tensión pensado para disfrutar del entorno y ambientación que lo recubre. Un sistema de combate eficaz pero repetitivo y totalmente plano hacen que el resultado global no sea del todo satisfactorio, pero desde luego una cosa está clara: Cursed Mountain puede atrapar desde el primer momento o alejar al usuario en sus primeros compases debido a esa misma focalización de la estructura de juego.

Por potencia visual y ambientación no será, ya que el juego cuenta con un apartado soberbio en más de un aspecto, con sus potentes escenarios y la trabajadísima labor de documentación. La aventura protagonizada por los hermanos Simmons es tan singular como la propia filosofía de la propia Wii, por lo que no agradará a todo el mundo pero que los que sí lo hagan quedarán atrapados en esta montaña maldita.