Impresiones
Vientos de nostalgia
Dos mundos, un héroe. La nueva aventura de Link está a punto de empezar, te contamos algunas de sus claves antes de su lanzamiento
Tras un bella imagen de la espada maestra insertada en su pedestal, iniciamos con emoción el nuevo ‘A Link Between Worlds’, contemplamos su introducción histórica y aparece Hyrule en su visión cenital, la perspectiva que tendremos a lo largo de todo el juego. Y es aquí donde aparece el logotipo del juego, con esa espectacular trifuerza y su lado oscuro.
Comprobamos más adelante que la pantalla de título nos ofrece una visión general de la zona en la que nos encontrábamos en la última partida, brindándonos la posibilidad de vislumbrar algún secreto que en nuestro afán aventurero pasamos por alto, un gran detalle.
Tras esto, al fin empezamos, con una pesadilla premonitoria, Link es despertado abruptamente por el hijo del herrero, que nos tiene que hacer un encargo urgente, no sin antes hacer referencia a lo dormilones que somos.
El encargo consiste en llevar al capitán del ejército su espada, que se la ha dejado olvidada. Apenas minutos de juego y ya tendremos en nuestro poder una espada, aunque no tenemos permiso para usarla, así que la llevamos envainada.
Así, el destino hará que nos encontremos con el malvado y perfeccionista Yuga, capaz de convertir a personas en cuadros, poniendo en jaque la estabilidad de Hyrule, y amenazando, cada vez con un poder mayor, la seguridad del mundo.
Si por algo me ha llamado la atención en sus primeras horas de juego es su ritmo sin pausa, muy bien adaptado al formato portátil. En un período muy breve de tiempo, tendremos una equipación digna de un héroe, ya habremos hablado con personajes claves de la serie, y estaremos ya explorando Hyrule como si lo conociéramos como la palma de nuestra mano.
A esta sensación de buen ritmo contribuye en buena medida Ravio, un curioso comerciante que nos ofrecerá todo tipo de objetos en alquiler, muchos de ellos muy conocidos en la saga.
El hecho de poder disponer de tantos desde el principio hace que podamos avanzar en muchas direcciones en la historia, rompiendo por completo la linealidad y ofreciendo siempre alternativas cuando un camino se nos complica y lo dejamos para más adelante.
Si unimos que el juego se mueve a 60 FPS incluso con el 3D activado, entonces podemos decir que estamos ante el juego que mejor explota esta característica hasta el momento. Es una característica técnica que mejora ostensiblemente la fluidez y el ritmo de juego, además de la sensación trepidante que transmite. Por favor, que nadie juegue con el 3D apagado.
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