Análisis Assassin's Creed II

Sin embargo, podremos tomarnos todo el tiempo que queramos, ya que por el camino nos cruzaremos con multitud de misiones a hacer. Mientras que en el anterior, la mecánica de juego consistía grosso modo en subir atalaya, asesinar, volver a la base y volver a empezar, ahora nada vuelve a ser igual. Sí, siguen existiendo las atalayas, pero ya no es ni necesario subirse, ya que puedes hacer las misiones igualmente, ahora bien, en el minimapa no verás nada. Y además, aparte de las misiones principales encontraremos las misiones secundarias para alargar la vida del juego.

Estas misiones secundarias podemos dividirlas en dos tipos, unas que podemos llamar optativas y que nos darán dinero (cosa que también dan las principales) y otras que podríamos denominar de recolección. Las primeras, las optativas, recogen una amplia diversidad de misiones: echar una carrera por la ciudad, entregar documentos, dar palizas a maridos infieles… Éstas carecen de sentido, salvo por el dinero que nos dan, que nos permitirá hacer varias cosas que analizaremos a lo largo del análisis.

En cuanto a las misiones de recolección consiste básicamente en recoger cosas: las 100 plumas (con las que obtener la capa de los Auditore), encontrar los 20 glifos (y resolver el jeroglífico que oculta y desvelar con él algo más de la historia), encontrar las 6 tumbas de asesinos (para desbloquear la armadura de Altair), encontrar las páginas del códice (algo que en determinado momento de la historia nos obligarán a hacer) o encontrar los tesoros (que contienen en su interior dinero). ¿Qué ocurre con estas misiones secundarias? Que puede que a la larga te aburran un poco, igual que pasa con otros sandbox, y según las ganas con las que te coja, te apetece más o menos hacerlas. Ahí ya entra en juego los gustos de cada uno. Sin embargo, el juego también tiene ciertas pinceladas (pinceladas con brocha gorda) de rol.

¿En qué aspectos? En detalles como el tener ahora un pequeño abanico de armamento y equipo. De esta forma, con el dinero que vayamos ganando, podremos comprarnos nuestras armaduras (que además se irán rompiendo con las batallas y habrá que reparar), comprar medicinas (para curarnos cuando estemos malheridos), comprar armamento (balas para la pistola o cuchillos para lanzarlos), teñir nuestras ropas de unos colores pre-establecidos, así como otras cosas no tan relacionadas con la batalla, como el comprar un mapa para que se nos aparezcan en el mini-mapa los tesoros y páginas del códice o el comprar cuadros para nuestra villa (aspecto que se detalla debajo).

Entre estas nuevas características, se encuentra también el sistema de notoriedad. Éste es un indicador (para cada ciudad) resultante de todas nuestras acciones, de tal manera que según la forma en la que juguemos (por ejemplo si robamos a la gente, matamos, llamamos mucho la atención…) los guardias estarán más atentos a nuestras acciones. Así, que si el indicador está muy elevado, a la mínima se nos echarán los guardias encima. Para reducir este indicador tendremos principalmente tres vías: pagar a los heraldos para que hablen bien de nosotros, arrancar carteles de las paredes y matar a un determinado tipo de guardia que nos indican en el mapa. El otro añadido es el dinero que tiene múltiples usos que nos salvará de más de una durante el juego.

El dinero nos permitirá (aparte de lo ya comentado del armamento), distraer a los soldados mediante 4 formas: contratando a unos ladrones para que roben y los guardas vayan detrás de ellos, contratando a mercenarios para que se enfrenten a los soldados contratar a cortesanas para que embauquen a los guardias o tirar dinero para que la muchedumbre se pelee por unas monedas. Estas son cosas que nunca se nos deben olvidar, ni tanto para ir con sigilo como si queremos ir espada de mano. Ya que si contratamos a cortesanas, éstas nos seguirán a donde vayamos y formarán un círculo entorno a nosotros para pasar inadvertidos. En lo que respecta a las habilidades, encontramos con un amplio abanico de movimientos, que nos permitirán hacer las misiones con sigilo o echándole valor y matando a todo el que se cruce por el camino.

De forma que tendremos una pequeña pistola, unas dagas envenenadas, lanzar cuchillos, espada corta y larga, etc… Así como diferentes movimientos: desarmar a los enemigos y quedarnos con su arma, lanzar bombas de humo para huir/matar entre el humo, etc… Habilidades que al igual que pasaba en el título original, nos irán enseñando en un pequeño escenario de combate, al que podremos acudir en cualquier momento para practicar. Ahora sin embargo, nuestro proveedor de armas será el propio Leonardo da Vinci que construirá las armas a partir de las páginas del códice que vayamos ganando a medida que avancemos en el juego. Nuevos añadidos que harán que en nuestra etapa cumbre como asesinos tengamos múltiples formas de matar a los soldados. Por último, creo la última gran novedad es Monteriggioni, nuestro campamento base que podremos mejorarlo poco a poco.