Konami demostró lo que es realmente importante de los juegos deportivos: su jugabilidad
Y llegó la entrega añorada por todo el mundo, el título que dio a conocer la franquicia más si cabe y potenciando su fórmula de juego un paso más allá. Comenzando por su remozado aspecto visual, mejorado en las 32 bits y potenciado y suavizado en N64, hasta la mejora de las versiones inferiores donde incluso el horrible scroll de las anteriores ediciones para SNES había sido suavizado y despidiéndose para siempre de las máquinas de 16 bits, esta vez si si había motivos de alegría para los usuarios.
Modos de juegos añadidos y potenciados, plantillas reales, jugablemente mucho más pulido que sus antecesores acercándose algo más a la simulación, incluyendo el exitoso fútbol sala y un completo editor de futbolistas no eran más que la punta del iceberg. El motivo que realmente hizo que esta entrega de la saga sea tan recordada y conocida por todos fue sin duda su extraordinaria labor comercial, sobretodo en las máquinas más potentes. Y es que la carátula del juego era propia para cada país, aquí tuvimos a Raúl, el más que memorable tema de Blur y por encima de todo: los comentaristas del juego habían sido doblados a una cantidad de idiomas considerables. Manolo Lama y Paco Gonzalez marcaron un hito difícil de repetir y que a día de hoy son una seña de identidad de la saga inigualable.
Lástima que tanto esta versión como el resto que se lanzaran para N64 se quedara sin su doblaje al español debido a la falta de espacio de los cartuchos y sus altos costes de producción para distribuir una versión específica para cada país.