Konami demostró lo que es realmente importante de los juegos deportivos: su jugabilidad
La edición del 97 había quedado redonda a todas luces (de hecho, las versiones de 16 bits tuvieron el sobrenombre “Gold Edition”), mejorando su jugabilidad, el número de opciones y ligas disponibles, pero los jugadores correspondían a la temporada de fútbol anterior y no a la del año actual. Pero destacando por encima de todo el cambio sufrido en las versiones “mayores” y sus jugadores poligonales con unas animaciones totalmente convincentes basadas en la captura de movimientos realizada por la portada del título: David Ginola. ¿Más novedades? La inclusión de comentaristas hacía que la experiencia de juego fuese casi la de un partido retransmitido por televisión (algo por lo que ISS ya había apostado) ; la franquicia estaba a punto de vivir su mejor momento hasta la fecha…
Pero antes de que eso ocurriese, Electronic Arts quiso aprovechar el tirón del lanzamiento de la nueva y esperada sobremesa de Nintendo con un título “exclusivo” entrando así en la política del Dream Team que se pretendía promover. Aprovechando la versión de las 32bits de FIFA 97, se lanzó al mercado con un lavado de cara esta versión puliendo algo más su apartado visual pero demostrando que jugablemente la saga no podía rivalizar con el producto que Konami había lanzado también de primera hornada.
Un título que pasó desapercibido y que únicamente sirvió como entrenamiento para pulir el producto que llegaría unos meses después.