Análisis Super Fantasy Zone

Aterrizas para intentar aclarar tus ideas y al ver que en vez de tren de aterrizaje tienes un par de piernecitas, ya no te cabe duda, eres Opa Opa y estas en…Super Fantasy Zone. Super Fantasy Zone Consola virtual Wii 900 puntos  Año 623X, la vida transcurría con normalidad en Fantasy Zone, (todo lo normal que pueda ser la vida en un planeta que esta habitado por seres con apariencia de nave espacial con alitas), hasta que una fuerza extraña perturba su universo.

Un equipo de científicos decide ir a investigar la anomalía que esta atormentando sus tranquilas vidas cuando de repente se ven sorprendidos por tropas militares capitaneadas por el maléfico Dark Menon que lo único que ansía es conquistar y destruir Fantasy Zone.

O-Papa, padre de nuestro protagonista, y parte de la armada de Fantasy Zone decide terminar con la fechorías de semejante villano, pero les tienden una emboscada y O-Papa sale gravemente herido con daños irreparables.

Ahora todas las esperanzas están puestas en Opa Opa, el es el único que puede poner a raya a las tropas de Dark Menon y al propio Dark Menon, y ahí es donde entras en juego tú. Después de una intro que te sumerge perfectamente en la trama-, (quizá demasiado épica para lo que viene después, aunque tiene su encanto), nos encontramos con el que es considerado el mejor Fantasy Zone de la saga.

El juego vio la luz allá por 1993 de la mano de Sunsoft y rompe con la idea que teníamos del ya mas que trillado “mata marcianos”. Las pantallas son cíclicas, ósea que terminas por un lado y apareces por el otro, en plan comecocos, y lo que hay que hacer, además de esquivar infinitos puntitos amarillos para no morir, es destruir unos enemigos que no son otra cosa que nidos de donde salen mas enemigos, en plan Gauntlet.

Cuando ya no queda ninguno entonces se pasa al monstruo de final de fase. Los enemigos de final de fase son de lo mas pintoresco, una calabaza gigante, una especie de sol maligno rodeado de cañones, un pez titánico que te absorbe impidiéndote hacer nada (DIOS como lo ODIO!!!) …y muchos mas. Al abatir a los enemigos estos explotan dejando monedas, hay que recoger todas las que se pueda porque cada cierto tiempo aparece el globo de la tienda.

Una vez dentro puedes comprar un montón de cosas que nos ayudaran en nuestra aventura como, ítems que nos permitirán ir mas deprisa, otros que nos otorgaran mayor potencia de disparo, armas especiales para ocasiones especiales, ítems específicos que facilitan algunas fases e incluso vidas extra, aunque el precio de estas subirá exponencialmente cada vez que compremos una, así que con moderación. 

El scroll no nos atormentara siguiéndonos y no dejándonos volver, esta saga se caracteriza por tener total libertad de movimiento ya no solo hacia delante y detrás, si no también hacia arriba y hacia abajo ya que esta provisto de scroll vertical.

Los gráficos son simpáticos y coloristas, al igual que los escenarios, aunque no os dejéis engañar, bajo esa apariencia totalmente inofensiva se esconden unos seres capaces de hacer que gastéis toda la batería de vidas de tacada. El apartado sonoro cumple con creces su cometido, al poco de estar jugando te sorprenderás tarareando las cancioncillas de las diferentes fases, la de los bosses e incluso la de Game Over (esta ultima la tengo grabada a fuego).

Los efectos de sonido suenan un poco a lata, pero decidme un solo juego de naves de aquella generación que el incesante sonido de disparo del arma básica no te perfore el cerebro. Para terminar hoy también tengo unas pocas curiosidades asi que ahí van: En la tercera fase de Super Fantasy Zone hay un “nido” de enemigos que es un barril que flota…¡un momento! ¿donde he visto yo eso? eso es, en cualquier juego de la saga Donkey Kong.

No es por continuar con la cosa pero en este juego TAMBIÉN hay un enemigo que es una seta, SEGA y su fijación por las setas, ni que fueran micólogos. Y por ultimo una que no tiene que ver con esta antigua rivalidad si no mas bien es una curiosidad cinéfila, ¿os recuerda este bicho al robot de Robocop o es cosa mía?

En fin, si queréis un juego divertido, frenético y con una dificultad endiablada (tres constantes en un buen arcade) no lo dejéis escapar. Nos vemos!