La arqueóloga más ambiciosa

Pese a la importancia del arco, esta es menor que en la primera entrega. En esta ocasión nos hemos visto obligados a hacer mucho más uso de la escopeta, el fusil de asalto y la pistola, muchas veces por una cierta inefectividad del arco, aunque es importante comentar que el sistema de apuntado de las armas de fuego sigue teniendo los mismos problemas que en la primera parte: es muy tosco y bastante primitivo, algo que se acentúa en esta entrega. Por otra parte con Lara tendremos que hacer uso constantemente de objetos arrojadizos, tanto para atacar a los enemigos como para despistarles; los escenarios están llenos de botes, piedras y botellas que podremos usar para fabricarnos cócteles molotov y granadas.

Un sistema de coberturas anecdótico

En el cómputo general, los combates son el apartado más flojo de 'Rise of the Tomb Raider'. No han evolucionado prácticamente nada respecto a la primera entrega, salgo por el sigilo, que precisamente no es algo que vayamos a usar demasiado. El sistema de coberturas es el punto más negro; no nos ha parecido nada bien resuelto, pues Lara se pega automáticamente solo a ciertos obstáculos, pero no a las esquinas, por lo que casi siempre quedamos expuestos, obligándonos el juego constántemente a salir cuerpo a cuerpo a partirnos la cara con los enemigos, esquivando y moviéndonos. La IA de los enemigos no ayuda, pues es muy básica siempre siguiendo un patrón fijo que le resta interés a estos momentos.

'Rise of the Tomb Raider' vuelve a darle una importancia enorme al crafteo de armas y la mejora de habilidades desde varios puntos de control que nos encontraremos en el desarrollo de la aventura: las hogueras. Allí podremos utilizar los puntos de experiencia ganados en la aventura para desarrollar las habilidades de Lara a través de tres árboles diferentes: Matona (enfocado en las habilidades cuerpo a cuerpo), Cazadora (centrado en la recolección, el saqueo y el sigilo) y Superviviente (relacionado con la creación de explosivos, la fabricación y la sanación de heridas). Podremos mezclar mejoras de las tres ramas para adaptar a Lara nuestra forma de jugar; es un sistema de personalización sencillo de utilizar y muy similar a la primera entrega. 

La fábula de la hormiguita recolectora

Por otro lado vamos a poder desarrollar nuestro arsenal para lograr fabricar armas mucho más letales y precisas que lo que en un principio tendremos (estas mejoras afectarán al aspecto visual de las armas). Para lograr las piezas necesarias tendremos que recolectar materiales durante toda la aventura, buscando cajas esparcidas por todos los niveles, cazando todo tipo de animales y saqueando los cadáveres de los enemigos. 'Rise of the Tomb Raider' tiene un gran componente de looteo que será dificil obviar si no queremos quedarnos sin munición o material de sanación. Necesitaremos cazar, recolectar y saquear para proveernos de todo tipo de ítems que aprenderemos a fabricar sobre la marcha.

El componente de recolección de materiales cobra un especial significado sobre todo en los amplios mapeados que nos vamos a encontrar en esta nueva entrega. No es que 'Rise of the Tomb Raider' sea un juego de mundo abierto; el desarrollo sigue estando dirigido hacia un destino fijo en cada nivel, pero ahora nos encontraremos de vez en cuando zonas más amplias en las que habrá muchos secretos por explorar y en las que tendremos bastante libertad. Estas zonas, como poblados o bases militares, se entremezclan con corredores montañosos estrechos o cañones por los que escalar. En estas nuevas zonas abiertas encontraremos la presencia de pequeños desafíos y misiones secundarias que nos propondrán algunos personajes. 

No hay que olvidar que 'Rise of the Tomb Raider' está repleto de coleccionables y tesoros antiguos que descubrir, expresamente colocados para los jugadores completistas que quieren alargar mucho más una aventura muy generosa ya de por sí. Habrá numerosas piezas antiguas que recolectar y grabados en lenguas antiguas que al principio no podremos descrifrar; tendremos que mejorar nuestro nivel en cada lengua progresivamente para más tarde volver gracias a los puntos de viaje rápido del juego. Todo está ahí colocado por Crystal Dynamics para que nuestra experiencia de exploración y arqueología junto a Lara sea rica y profunda, más allá de su guión principal. 

Respecto al apartado técnico, 'Rise of the Tomb Raider' desde luego entra por los ojos visualmente, aunque no está exento de algunos problemas. La resolución del juego se ha establecido en 1080p, mientras que las cinemáticas se han reducido a 900p; con esto se consigue que no presenten demasiados tirones, pero la diferencia de resolución se nota en los cambios entre una sección y otra. Los parajes siberianos, tanto de interior como sobre todo de exteriores que ha diseñado Crystal Dynamics están muy conseguidos, destacando sobre todo la recreación de la nieve y el hielo (al mejor nivel actualmente en los videojuegos) y el teselado de los escenarios y las ruinas antiguas, a un gran nivel. No se queda atrás el modelado de los personajes, destacando lógicamente la propia Lara, que luce genial, con un cabello y rostro muy realistas. La iluminación raya a buen nivel en general, como los reflejos de las bengalas y el sol en la nieve, o las antorchas en las catacumbas, pero donde no convence tanto es en los interiores y los escenarios de baja luminosidad; entendemos que es donde la potencia gráfica de Xbox One no puede llegar.

Dejando el tema puramente visual, del que poca queja se puede tener, comentar que hemos detectado ciertos problemas de rendimiento en cuanto a tasa de imágenes por segundo, que en ciertos momentos se desploma debajo de lo aceptable, como en los momentos de huidas con un peligro acechándonos. La tasa de cuadros no es todo lo estable que nos hubiera gustado, con frecuentes bajones en Xbox One, un precio que el juego paga por una calidad y definición visual muy altas; sin embargo no descartemos que estos problemas se puedan paliar con el parche de lanzamiento que ya ha sido anunciado. En cuanto a las animaciones, los movimientos de Lara y los enemigos pueden resultar algo robóticos en algunas ocasiones, con pies que se deslizan de repente, saltos algo exagerados, movimientos de escalada poco naturales o fintas y ataques cuerpo a cuerpo que no son todo lo realistas que nos hubiera gustado. 

El juego presenta en general un doblaje de calidad, a la altura de las mejores producciones, como viene siendo costumbre en Square Enix, y los efectos de sonido acompañan perfectamente a la espectacular ambientación que se ha recreado, como el rugir del viento, los piolets clavándose en la roca, nuestros pasos en la nieve, el tensar la cuerda del arco o las continuas explosiones. La banda sonora es de gran factura, a la altura de un gran proyecto como este, y se adapta muy bien al tono de aventura del juego, aunque no consigue superar el nivel del 'Tomb Raider' de 2013, cuya BSO nos sorprendió más en su momento.

Una aventura de peso que refuerza el catálogo de Xbox One

'Rise of the Tomb Raider' es una apuesta conservadora respecto a lo que vimos en 'Tomb Raider' en 2013, con una trama que no consigue engancharnos del todo, pero con una "ensalada jugable" llevada a cabo con mucha eficacia y que consigue proporcionarnos momentos de verdadera diversión con el mando en las manos durante su más que generoso desarrollo. Visualmente es una delicia, pese a ciertos problemas de rendimiento, haciendo un gran uso del hardware de Xbox One, consola a la que el lanzamiento le hace un gran favor de cara a este final de año, todo hay que decirlo. 'Rise of the Tomb Raider' es una aventura notable, que no arriesga demasiado con unas mecánicas conocidas por todos (de más que comprobada eficacia), pero que sabe llevar lejos con ideas frescas y sin dejar que el juego caiga en la repetición. En conclusión, una apuesta más que segura por la diversión, que sin embargo se queda a las puertas de ser un videojuego con mayúsculas precisamente por no atreverse a arriesgar más en lo jugable.