Microsoft continúa escuchando a la comunidad. Si hace unos meses ésta pedía a gritos la retirada de cualquier tipo de conexión obligatoria, los seguidores de la marca sabían que tan solo faltaba el que Kinect dejara de ser indispensable para jugar.
Dicho y hecho. La compañía de Redmond ha confirmado a través de Marc Whitten en IGN que Xbox One no necesitará Kinect para poder disfrutar de la consola. Así lo aseguraba el propio ejecutivo para el medio:
Como el online, la consola seguirá funcionando aún estando Kinect desconectado, aunque no va a poder aprovechar las funciones y experiencia que ofrece este sensor de movimiento.
Tienes la opción de apagar completamente el sensor. En esta función, el sensor no va a recopilar ninguna información. Cualquier funcionalidad que requiera voz, vídeo o gestos no va a funcionar. Puedes volver a activar el sensor desde opciones, o en juegos que lo necesiten (como Kinect Sports Rivals por ejemplo), recibirás un mensaje preguntando si te gustaría activarlo o continuar.
Eso sí, el que Kinect no tenga que ser obligatorio para el uso de la consola no influye a su precio; la consola mantiene su precio de 499€. No es la primera vez que Microsoft recula con algunas de las características a priori pensadas para Xbox One, y puede que tampoco la última.
Fuente: IGN





