Impresiones Bloodborne

Nueva vuelta de tuerca en la fórmula Souls

En este 2015 ciertamente prolijo para las ambientaciones victorianas en los videojuegos, como demuestran 'The Order: 1886' o 'Assassin's Creed Victory', es el turno de que la nueva IP de From Software vea la luz, justo un año después del lanzamiento de su aclamado 'Dark Souls II'. El estudio nipón se enfrenta a uno de sus proyectos más amibiciosos; dar el salto a la nueva generación sin dejar de convencer, demostrando que la fórmula Souls también puede seguir igual de fresca aunque se varíen algunos ingredientes, como lo que propone 'Bloodborne'. Por otro lado, el reto en esta ocasión es doble, ya que se espera que como exclusivo para PS4 la calidad final justifique el fuerte apoyo de Shuhei Yoshida y Japan Studio a Hidetaka Miyazaki y su equipo.

'Bloodborne' deja de lado los mundos de fantasía medieval de la saga Souls para mostrarnos una ambientación gótica de época victoriana muy diferente, pero por el contrario toda la esencia que hizo tan especial los anteriores trabajos de From Software se mantiene intacta. Nos volvemos a encontrar con enemigos tremendamente agresivos, con pautas de ataque que tendremos que aprender y ante los que seguramente fracasaremos una y otra vez hasta que logremos tener todo bajo control. En ese sentido, unas cuantas partidas sirven para comprobar que 'Bloodborne' mantiene el reto en todo lo alto, y no tendrá compasión con nosotros.

En busca de una cura para nuestra enfermedad

En 'Bloodborne' tomamos el papel de un viajero desconocido que llega a la gótica y lúgubre ciudad de Yharnam en busca de una cura para su enfermedad. Durante años la ciudad ha sido lugar de peregrinaje debido a que se ha extendido que en ella reside una potente cura, que es exactamente lo que andamos buscando. Pero al llegar a la ciudad descubrimos que está afectada por una terrible epidemia que ha transformado a sus habitantes en espantosas criaturas. En ese momento nuestro cometido pasa a ser principalmente la supervivencia.

Encima de este escueto guión se levanta una ciudad realmente bien ambientada, con callejones estrechos y una arquitectura gótica que luce genial corriendo en PS4. El diseño artístico siempre ha sido una constante en los proyectos de Miyazaki y cía; no así su nivel gráfico. En esta ocasión se une a un diseño artístico de gran altura un apartado gráfico con texturas muy realistas y que de verdad aprovecha el hardware de Sony. El estudio nipón se ha puesta manos a la obra tras sus últimos trabajos y ha sabido aprovechar bien las posibilidades de PS4 para colocar el listón gráfico mucho más arriba que lo que logró en su momento con la saga Souls.

Pero por lo que de verdad apuesta en el fondo 'Bloodborne', aparte de mostrar un aspecto visual bastante atractivo, es por mantener intacta la jugabilidad que ha dado a conocer a From Software. En cuanto a las señas de identidad que han hecho grande a la saga 'Dark Souls', aclarar que siguen ahí; los combates siguen estando basados en calcular nuestros ataques al milímetro, teniendo todo bajo control a cada momento, pero lo que de verdad ha cambiado es el sistema de bloqueo como tal, que ha desaparecido. En vez de portar escudos, ahora llevaremos un arma de fuego de corto alcance en nuestra mano izquierda que nos servirá para aturdir a nuestros enemigos justo antes de que nos ataquen. Por sí solos tardaremos muy poco en comprobar que las armas de fuego no sirven de mucho como generadoras de daño; su uso está enfocado en parar en seco los ataques contra nosotros y crear un breve lapso de tiempo para asestar una buena cuchillada en nuestros enemigos. El que aprendamos a usarlas correctamente será vital para nuestra supervivencia.

La mejor defensa es un buen ataque

Los primeros minutos en los que hemos podido adentrarnos en su jugabilidad nos han servido para comprobar que los combates han evolucionado hacia un terreno más visceral, agresivo y mucho menos conservador que antes. En este caso se cumple la regla de "la mejor defensa es un buen ataque", ya que como no podemos defendernos solo tenemos dos opciones, esquivar hacia atrás y rodar quitándonos de enmedio o realizar una acometida a tiempo para quitarnos enemigos de encima. Esta afirmación se potencia cuando comprobamos que si un enemigo nos alcanza, tenemos la oportunidad de recuperar un tramo de nuestra barra de vida perdida si conseguimos golpearle varias veces en un límite de tiempo. El juego premia el atrevimiento y el descaro del jugador en el ataque, aunque siempre con cabeza y sabiendo cuándo asestar nuestros golpes.

Con una defensa tan limitada, se hacía necesario que el tamaño de los escenarios menguara en cierta medida, y así ha sido. Los entornos ha cambiado hacia escenarios más estrechos que favorecen la estrategia y hacen posible enfrentarse a varios enemigos al mismo tiempo. Ante ciertos grupos de enemigos persiguiéndonos, siempre será más inteligente retroceder a ciertos callejones donde evitar ser rodeados, a riesgo de que sino acaben con nosotros en un abrir y cerrar de ojos.

En nuestros primeros pasos en el juego ya hemos podido enfrentarnos a algunas criaturas tras despertar en una clínica después de ser sometidos a una transfusión. Allí será donde comenzarán nuestras pesadillas, teniendo que hacer frente a una criatura sedienta de sangre que acabará con nosotros, ya que todavía no disponemos de equipo. Será la primera vez (una de tantas) que alcanzaremos el Sueño del Cazador, el lugar donde renaceremos una y otra vez en el juego y donde recibiremos nuestras primeras armas, que podremos elegir. Accediendo a la Lápida del Despertar volveremos al juego, donde podremos probar nuestras nuevas armas contra los primeros enemigos. En cuanto a los controles, parece que poco cambia respecto a 'Dark Souls', con dos ataques de hoja con mano derecha de distinta intensidad, círculo para esquivar y rodar y R3 para fijar blanco. La gran novedad la encontramos en los dos estados de las armas de melee; tendremos la posibilidad de extender y contraer la hoja de nuestro arma, cambiando a corto o largo alcance. Conseguiremos ataques más poderosos y lentos o rápidos y leves, algo que hay que aprender a dominar según la situación. 

Comenzando nuestra andadura hemos encontrado varias lámparas diseminadas por el escenario, que hacen las veces de las hogueras de 'Dark Souls'. Al encenderlas, como sabéis, estableceremos un nuevo punto de avance en la zona desde el que podremos continuar si las cosas se tuercen (que se torcerán). Tras los primeros enfrentamientos comprobamos cómo funciona el sistema de viales de sangre, que recogeremos de los enemigos caídos; podremos usarlos para recuperar nuestra barra de vida equipándolos en el apartado de objetos de acceso rápido, una ayuda inestimable para conseguir seguir con vida. De los enemigos caídos también rescataremos ecos de sangre, con los que podremos subir de nivel más adelante y que perderemos si nos derrotan.

Este acercamiento al comienzo de 'Bloodborne' nos ha planteado uno de los primeras decisiones del juego. En un camino una patrulla de enemigos cuyo número hace muy complicado que podamos salir con vida del combate; algunos de ellos con guadañas de medio alcance, otros con armas de fuego a distancia y otros con cuchillos. En la otra punta del camino un orondo gigante armado con un hacha enorme cuyo gran alcance casi no nos permite esquivar sus acometidas. ¿Que camino tomar? Todo depende del jugador; como ocurría en la saga 'Souls', en ocasiones nos encontraremos con retos muy diferentes que nos llevarán al límite y exigirán por que nos equipemos muy bien si queremos tener alguna oportunidad. En sí este tipo de retos son sumamente atractivos y pese a fracasar, nos incitarán a seguir intentándolo continuamente, proporcionando una sensación de satisfacción tan grande como en 'Dark Souls'.

Un acercamiento a nuevos públicos sin perder la identidad

La experiencia de 'Bloodborne' nos ha parecido que raya cuanto menos al mismo nivel de calidad que la de 'Dark Souls', pero creemos que puede resultar incluso más atractiva de cara a los nuevos jugadores que se acerquen al género. Los combates son más directos y aunque el componente estratégico se mantiene intacto, el hecho de llevar mucho más la iniciativa en el ataque y no poder bloquear los hace más gratificantes y adictivos. A falta de tener en nuestras manos el juego final, no descartamos que 'Bloodborne' consiga llegar más lejos aún que 'Dark Souls' en su propuesta, alcanzando incluso a nuevos públicos temerosos de salir vapuleados con este tipo de juegos. Sin duda uno de los exclusivos de más peso en 2015, al que ningún poseedor de una PS4 debería perder de vista.