Repasamos la vida y carrera de Hiroshi Yamauchi, el hombre que revolucionó Nintendo para llevarla hasta los videojuegos y propiciar lo que es hoy
Yamauchi nació en Kioto un 7 de noviembre, en 1927. Sus padres se llamaban Shikanojo Inaba y Kimi Yamauchi. Su madre era la nieta del fundador de Nintendo, y como mandaba la tradición, su marido adoptó el apellido Yamauchi para heredar y continuar con Nintendo, el negocio familiar, dedicado a la fabricación de cartas tradicionales japonesas.
Sin embargo, en 1933 Shikanojo Inaba abandonaba a mujer e hijo, e Hiroshi tendría que criarse con sus abuelos Sekiryo Kaneda, y Tei Yamauchi (Sekiryo adoptaría el apellido Yamauchi para presidir Nintendo).
Este hecho produjo un gran pesar en Hiroshi Yamauchi, que nunca perdonaría a su padre, se dice que fue este drama familiar lo que le endureció el carácter.
Bajo el mandado de Sekiryo Kaneda, en Nintendo no hubo ningún cambio importante, era un buen gestor, y se encargó de mantener las cuentas saneadas y la economía bien administrada, pero desgraciadamente en 1949 sufre una apoplejía que termina con su vida.
La dirección de Nintendo pasaba así de abuelo a nieto, e Hiroshi Yamauchi se convertiría en el tercer presidente de la compañía y en el último con el apellido Yamauchi, la familia fundadora que posee la empresa.
Desde el primer día que entró en Nintendo Hiroshi dejó claro quién mandaba, creó fama de ser un jefe muy exigente, supervisando y influyendo en cada uno de sus procesos, Hiroshi no quería que Nintendo se limitase a fabricar cartas.
Pero esto no le impidió cambiar la manera en que se producían cartas, en 1951 le cambió el nombre por Nintendo Karuta Co., Ltd, algo así como “Juegos de Naipes Nintendo”. Construye una nueva sede para la compañía, y fusiona y reorganiza las fábricas de cartas para optimizar costes.
Hiroshi estaba muy seguro de su principal talento, saber qué productos tendrán éxito en el mercado y cuáles debía rechazar. Así en los 50 Nintendo fue la primera empresa en vender con éxito cartas plastificadas.
En 1959, Yamauchi conseguiría un acuerdo con Walt Disney para fabricar cartas con las imágenes de sus personajes, abriendo así el mercado al público infantil.