GameFreak asoma la cabeza fuera del universo Pokémon.
Lo cierto es que ha pasado mucho tiempo (ocho años) desde la última vez que vimos el logo de GameFreak en un producto que no lleva el nombre de la serie 'Pokémon' en su título. Concretamente desde 2005, año en el que se produjo el lanzamiento de un quizás no muy bien recibido (al menos en ventas) 'Drill Dozer', que demostró que la creatividad del conocido estudio no terminaba en la n de 'Pokémon'.
Por suerte para los jugadores (y a buen seguro para unos desarrolladores algo quemados de la franquicia de Nintendo), esta nueva década ha traído debajo del brazo un nuevo sistema de trabajo en la empresa gracias al cual se escuchan las ideas de todos los integrantes del equipo y, de contar alguna con el apoyo suficiente, se llevan a cabo entre varios.
Debido al mismo ha nacido 'HarmoKnight', un pequeño proyecto en el que han trabajo aproximadamente 25 personas (el diseñador británico James Turner a la cabeza de ellas) que ha servido para romper la rutina y dejarse llevar por la creatividad, la imaginación y los sueños nunca hechos de sus colaboradores.
Así pues es hora dea analizar y desgranar todo lo que ofrece el primer fruto de la reinvención de GameFreak, una mezcla de 'Maestro Green Grover', 'Bit Trip Runner' y 'Rhythm Paradise'.
Haced hueco en vuestras tarjetas SD, que el juego ocupa la nada despreciable cifra de 2116 bloques (y a modo de curiosidad, decir que tiene una única ranura de guardado).
¡Empezamos!
Lo mejor
Accesible y adictivo.
Apartado audiovisual muy competente.
El modo que permite jugar las fases a velocidad rápida.
Los niveles extra.
Lo peor
La historia en sí.
La ausencia de evolución jugable.
No se aprovechan las posibilidades de Nintendo 3DS.
¿Mundos a medio hacer?
Más corto de lo que parecía en principio.
El simplón sistema de puntuación, que recorta la rejugabilidad.
Los personajes secundarios.
La banda sonora no es tan memorable como cabría de esperar.