Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado

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Dragon Quest VII: Un mundo por recorrer, un mundo por descubrir

Os contamos lo que nos ofrecerá la reinvención de uno de los títulos más emblemáticos de Square Enix tras años de espera desde su lanzamiento en Japón

18/08/2016 11:40
Corría el año 2000 cuando el mundo conoció por primera vez Estarda, esa isla perdida de la mano de Dios que era tratada por los adultos como el único rastro terrenal de ese planeta invadido por una gran masa acuática. No obstante, los jóvenes soñadores no querían creer que estaban solos, lo que les condujo a buscar respuestas de donde fuese, todo con el único objetivo de encontrarle un sentido a aquella situación. Fue de esta forma como nuestro protagonista, el príncipe Kiefer y Mariel comenzaron la que sería la aventura de sus vidas, la aventura que dio inicio a Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado.
Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado

La reinvención de un clásico que ahora se hace portátil

A lo largo de estos cinco años, Nintendo 3DS ha recibido remasterizaciones y remakes de títulos emblemáticos, trayendo consigo o bien la posibilidad de volver a jugarlos o bien la oportunidad de probarlos de una forma más accesible y contemporánea. Sin embargo, si por algo se caracteriza esta versión de 'Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado'es por no sólo aportar una mejora en las texturas, sino que ha supuesto todo un rediseño gráfico y sonoro del título, pasando de ofrecer un mundo bidimensional colmado por los sprites a un auténtico escenario tridimensional invadido por personajes, tanto NPC como enemigos, que beben directamente de la firma de Akira Toriyama.

Es por ello que, al contrario de lo que podremos apreciar en la remasterización del octavo título de la saga, también programado para lanzarse en nuestro territorio, podemos decir que estamos ante un título que no ha sufrido un mero lavado de cara, sino que ha sido rehecho desde los cimientos, manteniendo al argumento como estructura central e inalterable de la obra. Respecto a éste, y sin entrar en demasiados detalles, podemos decir que estas primeras horas de juego no han llegado a ofrecernos una trama de giros argumentales ni momentos que nos dejarán con la boca abierta, siendo esto algo lógico teniendo en cuenta que estos  acontecimientos estarán reservados para una vez hayamos avanzado más en el juego.

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Descubriendo los secretos de un mundo misterioso

No obstante, esto último no equivale a que el título nos muestre un prólogo insulso, sino que la premisa que éste promete no hace más que alentar a seguir avanzando para descubrir la verdad de todos los acontecimientos que se presentan. De esta forma, la historia comienza con un cliché típico de los RPG de hoy en día, pero que para la fecha de lanzamiento original no estaba tan explotado, presentándonos a un joven isleño y a sus compañeros de travesía, los cuales, en contra de las órdenes dadas por los adultos, deciden embarcarse en una aventura con tal de desentrañar los misterios que giran en torno a un mundo aparentemente pacífico, pero que colisiona con el hecho de que únicamente exista una isla en el inmenso mar.

Sin embargo, la historia no es el único aspecto en el que destaca el título, y es que, como buen RPG que se precie, el título nos presenta escenarios que, ante todo, rezuman un encanto especial en su diversidad de ambientaciones. Y es que, al contrario que otros títulos del género, 'Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado'  deja de lado los grandes mundos abiertos para ofrecernos pequeñas zonas que, no obstante, no se quedan para nada cortas, permitiendo que pasemos de un bosque a un volcán sin suponer esto una contrariedad geográfica.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado

Con los diseños de Akira Toriyama

No obstante, no podemos olvidar que un escenario, por muy cuidado que esté, no será más que una botella vacía si no tiene elementos en su interior que le den vida, siendo así que esta posición la ocupan los personajes con los que cuenta el título, ya sea enemigos o los habitantes de los diferentes pueblos que pueblan esta mundo. Y respecto a estos últimos, hay un detalle que no se puede pasar por alto debido a lo llamativo que resulta, y es que, ya sean personajes de importantes (sin contar a los protagonistas) para la historia o simples NPC, los habitantes de 'Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado'  parecen sacados del mismo laboratorio que la oveja Dolly. 

Uno de los más destacados en este aspecto, es Jraño, el sabio que nos guiará al inicio de la aventura y cuyo diseño es idéntico al del resto de ancianos presentes en el título. Al principio, esto puede parecer una falta de esfuerzo y ganas de trabajar.  No obstante, sabiendo de que época viene el título, se agradece que hayan mantenido este guiño, a fin de que con ello ayudan también a que la llegada a un nuevo pueblo nos resulte más familiar.

Por otro lado, no podemos olvidarnos de los enemigos que nos encontraremos en el juego, los cuales beben directamente de la obra de un Akira Toriyama ya no tan basados en los Dioses de la destrucción ni en los conflictos intergalácticos, sino en esa época añeja que dio inicio a su obra cumbre, mostrándonos enemigos agradables y carismáticos, entre los que se incluye el ya emblemático limo.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado

Asimismo, el método con el que haremos frente a estos enemigos es doblemente ventajoso para aquello amantes de los combates por turnos. Por un lado, se agradece que no hayan modificado este aspecto como lo están haciendo en el remake de ‘Final Fantasy VII’, ya que rompería con su esencia.

Por el otro lado, el título lucha de una forma muy inteligente con algo muy común en los RPG y que ha provocado más de un quebradero de cabeza: los combates aleatorios, ofreciendo en su lugar a los enemigos en el escenario tal y como los veremos en el combate, de forma que, en caso de que queramos enfrentarnos a ellos, sólo tendremos que ir hacia ellos o dejar que nos alcancen.  Se acabó ir con miedo a que los murciélagos te ataquen en las cuevas.

Combates por turnos sí, pero no aleatorios. Tú decides si acercarte a los enemigos.

Asimismo, para hacerles frente tendremos a nuestra disposición dos métodos para hacernos fuertes ante las adversidades, siendo el primero de ellos el entrenamiento y subida de nivel, fundamental en todos los RPG, y, por el otro lado,  la personalización de nuestros personajes, pudiendo otorgarles armaduras, armas, entre otros elementos para aumentar sus parámetros.

Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado

Finalmente, debemos de hablar del toque de exploración que ofrecerá el título, ya que en cada rincón se esconderá toda clase de secretos, como mejoras de nuestro equipamiento, monedas, entre otros extras. No obstante, estos elementos quedan en segundo plano ante el verdadero meollo: los fragmentos de tablillas. Estos fragmentos, los cuales serán necesarios para avanzar en la historia, podrán recogerse en las diferentes localizaciones, siendo así que, para hacernos la tarea menos ardua, contaremos con un objeto especial que nos permitiría no encontrarlos a la primera de cambio, pero si indicarnos si elegimos el camino correcto. Y es que, a fin de cuentas, ir a ciegas no supondría una mayor dificultad, sino una mayor pesadez.

El panorama que rodea hasta el momento a 'Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado'  sin duda nos presenta como premisa principal una gran aventura por delante, en la cual esperamos vivir grandes momentos. Y es que, a fin de cuentas, estamos ante uno de los títulos mejor valorados de la franquicia.