Muerte, a dos pantallas

Un juego que cumple en el apartado jugable

Sin duda este es el apartado más importante para un juego de lanzamiento de Wii U, y mas aún para un título que llega con varios meses de retraso con respecto a otras plataformas, ya que la jugabilidad que aporta el Wii U Gamepad es posiblemente una de las mayores razones para hacerse de nuevo, o por primera vez, con este título. 

Debemos decir en este sentido que Darksiders 2 cumple, pero que no sorprende ni lo intenta. 

Vigil Games no ha sido arriesgada ni imaginativa con este juego. No se ha parado a pensar en formas originales de utilizar el mando o en nuevos items que hagan uso del mismo, por ejemplo. 

No obstante, y pese a esta falta de originalidad, debemos reconocer que las previsibles mejoras que aporta el mando de Wii U al título son muy positivas. 

Para empezar podremos utilizar el sensor de movimiento del mando para realizar algunas acciones. Mover grandes bolas para solucionar puzzles, y expolear a nuestro caballo son solo dos de ellas. Estas acciones también podremos realizarlas sin utilizar el movimiento, con controles tradicionales. 

Pero la mejora más interesante que aporta Darksiders 2 en Wii U a nivel jugable es el acceso constante al menú y al inventario sin tener que pausar la partida. 

Puede parecer algo sin importancia, pero Darksiders 2 es un título que “abusa” de los objetos. Te encuentras cofres con nuevas armas y equipo cada 30 pasos, los enemigos dropean toda clase de objetos... vamos, que a los 30 minutos de partida ya tienes 20 o 30 items entre los que elegir. 

Poder gestionar nuestro inventario sin parar la partida simplifica muchas acciones, y nos permite incluso hacer cambios rápidos entre armas y aprovechar mejor sus características, como las probabilidades de crítico o los efectos secundarios. 

Por otro lado existen varios tipos de armas secundarias con dos valores principales; ataque rápido y ataque lento. El acceso directo al inventario nos permite realizar cambios instantáneos entre estos dos grupos de armas, y adaptarnos en el acto al enemigos que tenemos ante nosotros.