Desde que Nintendo confirmase su desarrollo, allá por marzo del pasado año, son muchos los rumores que estamos leyendo sobre qué es, qué podría ser o cuándo saldrá
¿Qué ha incitado a pensar en esta posibilidad? Antes de su fallecimiento, el señor Satoru Iwata (con el beneplácito de la junto directiva) inició una campaña de remodelación total en la forma de trabajar a la hora de desarrollar hardware. Para maximizar todo el potencial de los diferentes equipos, Nintendo invirtió una gran suma de dinero en la creación de un nuevo edificio para la rama I+D y fusionó los estudios de hardware de sobremesa y portátil. Desde que la compañía se adentrase en el mundo del videojuego, ambos estudios han ido por libre y cada uno ha hecho, hablando claro, lo que le ha dado la gana y sin pensar en la posibilidad de que ambos sistemas fuesen parecidos para así compartir juegos. Super Nintendo y Game Boy (Super Game boy no cuenta); Nintendo 64 y Game Boy Color; Game Cube y Game Boy Advance; así hasta la actual generación.
¿Qué comparten estos sistemas? Que llevan el nombre de Nintendo, más allá de eso la interacción es prácticamente inexistente. Evidentemente, no es una crítica ya que la tecnología no lo ha permitido, hasta ahora. La fusión de los dos equipos de desarrollo más importantes de Nintendo da que pensar, ¿podría estar buscando la compañía una forma de ensamblar dos sistemas en uno? El movimiento y las declaraciones que hizo Satoru Iwata en su momento bien podrían servir para pensarlo, de eso no hay duda. Crear un sistema híbrido 2 en 1 sería una de las soluciones al problema que tiene Nintendo a la hora de crear software. Pese a la gran cantidad de estudios que tiene, la compañía japonesa no ha sido capaz de satisfacer la demanda en Nintendo 3DS o Wii U. En el caso de la portátil, los dos últimos años están siendo nefastos por parte de Nintendo, poco y de calidad discutible.
Por supuesto, también serviría para compactar la rama de negocio del software, lo cual supondría un ahorro de tiempo y dinero bestial. Además, la rama de hardware quedaría unida y también supondría un ahorro considerable a Nintendo. No es lo mismo crear dos dispositivos autónomos completamente independientes que crear dos autónomos pero que interactúan entre sí. ¿Os imagináis las posibilidades de crear un sistema así? Todo serían facilidades para el usuario, aunque no va a ser fácil desarrollar un sistema así. Nintendo va a tener solventar muchas papeletas en el supuesto caso de que apueste por un sistema híbrido. ¿Qué tipo de obstáculos, desde el punto de vista del usuario, debe sortear Nintendo? Pues vamos a verlos, que no son pocos.
Apostar por un sistema híbrido sería un gran adelanto en el mundo de las consolas. Nadie ha apostado nunca por ofrecer un ecosistema que aunase consola de sobremesa y portátil, ya sea en pack (lo ideal) o por separado. No obstante, esto entrama muchos riesgos y Nintendo no está precisamente para hacer locuras con el tema del hardware. Visto el desastre de Wii U y el bajo nivel de Nintendo 3DS, Nintendo va a tener que trabajar mucho en diversas áreas:
Nintendo tiene varias opciones para montar un sistema híbrido con arquitectura similar, aunque la opción más plausible y la que más papeletas tiene para ello es AMD. Los chicos de Sunnyvale tienen la tecnología necesaria para ensamblar dos dispositivos compatibles entre sí: APU para sobremesa y tecnología ARM para portátil; en ambos casos hablamos de 64 bits. AMD se perfila como la compañía perfecta gracias a estos componentes.
Por supuesto, que AMD tenga esto entre manos no quiere decir que Nintendo se decante por ella. Si hay algo que hemos aprendido con los japoneses es a no esperar nada de lo que imaginamos. AMD Sería la opción más plausible para diseñar el concepto de consola híbrida y crear un ecosistema funcional compartido para software y que, a su vez, pueda servir para que los desarrolladores no tengan problemas en adaptar a X un juego que se hace en Y. Este problema lo comentó Nintendo en su momento y querían darle solución.