Los videojuegos ni tan siquiera llegan a los 50 años. Es un arte, y se ha demostrado con hechos
Intento recordar casos similares en el mundo de los videojuegos...y no consigo hacerlo. Siempre intento (y no soy el único) equiparar el mundo de los videojuegos al del cine. Se debate mucho sobre que el ocio electrónico es algo muy establecido, con mucha trayectoria, y con productos de una calidad que iguala o supera al mundo del celuloide. No cabe duda de que han pasado por nuestras manos títulos que nos han contado unas historias épicas, profundas, bellas, y siempre solemos decir que son mejores que en el cine. Que también es arte y que merece el mismo respeto. Que se puede equiparar, vaya.
No seré yo quien diga que no es bien merecido ese respeto, pero esta industria es tan joven que aún no hemos echado de menos ha nadie. Miyamoyo sigue vivo, Molyneux sigue con su hype, Warren Spector sigue sorprendiendo con sus ideas, Jordan Mechner hace sus pinitos aquí y allá, Kojima sigue con su cinefília, Sakaguchi sigue tan épico como siempre...en resumen, aquellos creativos que han marcado la vida de tantos y tantos jugones a lo largo de estos 40 años (aproximadamente) de historia de los videojuegos, siguen mayoritariamente en activo. Eso me hace pensar en que a veces, queriendo defender la industria del videojuego, despreciamos la cinematográfica. El cine existe desde hace más de un siglo. Los videojuegos ni tan siquiera llegan a los 50 años. Es un arte, y se ha demostrado con hechos. Seguir apoyando a este arte para que crezca con los años y, dentro de algunas generaciones, se equipare a otros, es tarea de los que hoy en día gozamos con lo que este mundillo nos puede dar. Paciencia chicos; gozaremos de la aceptación que pedimos. Al cine le pasó lo mismo.