Reportaje
Comenzaron con lo puesto, pero poco a poco se han ido armando con nuevas características para convertirse en mejores consolas. Repasamos las actualizaciones de la next-gen
Antes de la introducción de funciones en línea dedicadas a un aspecto determinado y de convertir las consolas en algo más que una plataforma de juego, estas venían con lo puesto. Consola, mando, cables de conexión, juegos y adiós. No había más. Ni actualizaciones, ni aplicaciones, ni fallos producidos por estas…, nada. La única preocupación que teníamos en esas épocas era evitar el castigo sin consola clásico de nuestros padres. Pero claro, conforme avanza la tecnología y las consolas aumenta su potencia y rendimiento vemos como las empresas se empecinan en meter más y más cosas. Las consolas actuales han pasado a ser un completo centro multimedia, donde jugar es solo una opción más. Es la principal por supuesto, pero no es la única oferta. Ver películas, navegar en internet o hacer capturas de los juegos son otras de las opciones disponibles.
Por supuesto, dentro de todas estas funciones entra cierto aspecto competitivo. Las empresas se afanan en ofrecer a sus usuarios fieles y clientes potenciales un gran número de aplicaciones, mostrando un producto más completo que el del rival. Sean necesarios o no eso importa. Si la competencia mete cinco, yo meto diez. Si este hace esto, yo hago lo otro y viceversa. Todo sea por captar la atención de los usuarios y conseguir un mayor número de compradores. Claro que a la hora de la verdad, dichas promesas se han quedado aparcadas y la realidad es muy diferente. Hay casos en los que la antecesora de dicha consola tiene más funciones que la nueva. No hay nada más que ver a PlayStation 4 y su inoperancia a la hora de reproducir vídeos de forma externa.
Las plataformas que hay en el mercado, y pertenecientes a la octava generación, han llegado en pañales en cuanto a aplicaciones o compatibilidad se refiere. Toda consola de nuevo cuño sufre del mismo mal, algo que con el paso del tiempo se va corrigiendo gracias a las constantes actualizaciones de firmware. A lo largo del ciclo de vida de una máquina vemos con su versión inicial aumenta en términos numéricos. Algunas actualizaciones solo sirven para mejorar la estabilidad del sistema, otras sirven para añadir un leve retoque a las aplicaciones ya existentes y luego tenemos las “grandes actualizaciones”. Precisamente estas queremos tratar en este breve artículo. Actualizaciones que han añadido funciones a Wii U, PlayStation 4 y Xbox One de cierto o gran interés para el usuario de una de estas consolas, o de todas por supuesto.
Empecemos por la más veterana de la octava generación, ya que fue la primera en abrir el fuego de una nueva batalla: la sobremesa de Nintendo. Dejando de lado la situación actual de Wii U en relación a las ventas, donde Nintendo está poniendo todo su buen hacer, lo cierto es que la compañía sigue trabajando en la mejora del rendimiento de su consola, ofreciendo nuevas funciones a los usuarios. En los dos años que llevamos viendo la cara a Wii U, hemos visto cómo Nintendo ha añadido una serie de funcionalidades de cierto interés. Es menester comentar que Wii U es muy diferente de lo que ofrecen las otras plataformas. A nivel de actualizaciones y aplicaciones la consola de Nintendo está bastante por debajo de sus rivales. Y es que Wii U es jugar y solo jugar.
De centro multimedia poco, de consola de juegos mucho. No obstante sí han llegado algunas funciones para la máquina. Sin duda, la más importante de todas es la que se recibe nada más comprar la consola. Aquellos que se arriesgaron en 2012 a comprarla recordarán que era obligatorio actualizar la consola a la versión 2.0.0E. Tras un buen rato descargando, funciones clave como Miiverse, navegador de internet, Wii U Chat, transferencia de datos de Wii a Wii U, lista de amigos o Nintendo eShop pasaban a formar parte de la plataforma. Esta actualización pasó a la historia en meses posteriores ya que Nintendo incluyó de serie todas estas funciones. Una molestia menos para los nuevos usuarios de la consola. No saben todavía de qué se han librado.
La siguiente gran actualización de Nintendo fue la 3.0.0. Con este lanzamiento, la compañía japonesa añadía a Wii U funciones en modo reposo. Gracias a esta opción, no hay que preocuparse de buscar actualizaciones para los juegos ya que la propia consola es la encargada de hacerlo de forma automática. Es una función de interés general ya que evita perder mucho tiempo. Además sirve para que Wii U pueda actualizar su propio firmware. Otra de las novedades de esta actualización estaba relacionada con Miiverse y la eShop. Tras su descarga, ambas aplicaciones permitían el uso de otros mandos para navegación, como el Wii U Pro Controller o el Wii Mote. A nivel de borrado y transferencia de datos, Wii U añadía la opción de pasar contenido de un dispositivo USB a otro.
En este nuevo update, la plataforma Wii U nos ofrecía a través de spotpass el poder descargar de forma directa demostraciones de una serie de aplicaciones. Cabe resaltar que esta medida está muy poco explotada, ya que las aplicaciones procedentes de terceros que tiene Wii U son bastante pobres. No obstante, la actualización 4.0.0E guardaba alguna que otra novedad de bastante peso, sobre todo para aquellos que usan el navegador de la consola. Desde aquel día Wii U permitía la lectura del formato PDF en su navegador, además de guardar credenciales tales como nombres de usuarios y contraseña, poder retroceder y avanzar en los vídeos visionados con el navegador pulsando L o R en el Wii U Gamepad. La función más llamativa fue la de ofrecer herramientas de desarrollo web.
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