Thief

Para los que no estéis familiarizados con la saga, 'Thief' es un juego básicamente orientado hacia el sigilo en primera persona originario del mundo de los compatibles. Desde su estreno en PC en 1998, la saga de Eidos ha llegado a los jugadores a través de tres entregas, cuya última, 'Thief: Deadly Shadows' también vería la luz en Xbox en 2004. No hemos tenido noticias de Garrett desde hace casi una década, pero lo cierto es que nos alegra la idea de poder ponernos en el papel del maestro ladrón a partir del año que viene en un reinicio que se une a la lista de sagas clásicas occidentales que Square Enix ha decidido devolver a la vida en los últimos años, como es el caso del Agente 47 en 'Hitman Absolution' y el mucho más exitoso reboot de 'Tomb Raider', que a día de hoy sigue copando los primeros puestos en la lista de ventas británicas (aun siendo un juego lanzado en marzo de este año). 

En 'Thief' nos ponemos en la piel de Garrett, el experto ladrón que ha vuelto a su lugar de origen después de mucho tiempo ausente en 'La Ciudad', una  urbe ficticia basada en el mundo victoriano y que junto con el propio Garrett será la principal protagonista del juego. En su retorno se encontrará con un lugar regido por un tirano llamado El Barón e infestada por una plaga que diezma a los menos favorecidos; todo ello en los prolegómenos de una irreversible revolución social que tiene como portavoz a un personaje llamado Orion. Mientras todo esto ocurre, los ricos se llenan los bolsillos; bolsillos que nuestro protagonista aprovechará para desvalijar. Garrett, por tanto, aparece como un personaje que aprovecha lo que ocurre en su entorno para sacar tajada y conseguir los más preciados bienes ajenos.

Una ciudad que "crecerá" a nuestro paso

Como decidmos, la ciudad es uno de los elementos fundamentales del juego. Podremos elegir en cada momento el camino que más nos apetezca, dentro de las zonas que hayamos desbloqueado previamente. Las áreas de la ciudad que podremos visitar se irán ampliando según vayamos completando las misiones que nos proporcione nuestro turbio "socio" Basso, que tendrá varios encargos preparados para nosotros. Al aceptarlas, podremos activar un seguimiento de posición a modo de GPS y llegar fácilmente a través de los callejones. Ello será posible gracias a un planteamiento totalmente libre, eligiendo el orden de las misiones a nuestro antojo y pudiéndonos mover por cualquier callejón tratando de encontrar la mejor ruta posible que no pase por delante de los ojos de ninguna patrulla nocturna.

Tratándose de un juego de sigilo, y más en el caso de 'Thief, 'el único enfrentamiento que deberéis buscar con vuestros contrarios es golpearles por detrás sin que os vean, ya que si os descubren irán en grupo a acabar con vosotros, enfrentamientos en los que Garrett no se desenvuelve tan bien como pasando desapercibido en la oscuridad. Tanto las patrullas como los transehúntes se alertarán con nuestra presencia si nos exponemos a la luz, así que habrá que tener mucho cuidado echando siempre un vistazo a nuestro HUD donde tendremos una esfera que se iluminará y apagará según la luz que nos bañe y que llevamos utilizando desde la primera entrega, aparecida en 1998 (lo que inspiró a varios juegos posteriores como 'Splinter Cell').

En el HUD de Garrett no solo tendremos información sobre nuestra visibilidad, sino que también tendremos un medidor de vitalidad (que sigue sin ser autorregenerativa) y un medidor de cantidad de focus. Activar este último modo, llamado focus, nos servirá para descubrir con mayor facilidad lo que se esconde en nuestro entorno. Será muy útil para hacernos con todos los tesoros que pueblan cada rincón y mejorar nuestra economía, algo que será vital para luego hacernos en la tienda con mejoras para nuestras armas o paquetes de vitalidad. Como comentábamos antes, 'Thief' se mantiene impasible ante la extendida costumbre de esta generación de incluir vitalidad que se regenera tras el paso de unos segundos. "La letra con sangre entra" es un refrán que 'Thief' aplica en los jugadores sin compasión, castigando sus errores. Si dejamos que nos descubra una patrulla y decidimos enfrentarnos a ellos, pasarán dos cosas: o bien saldremos vivos de milagro con la barra de vitalidad casi a cero o directamente veremos una vez detrás de otra el temido Game Over. Tras varios intentos fallidos, aprenderemos a pasar desapercibidos en las sombras.