Análisis God of War: Ragnarok

Artwork oficial de God of War Ragnarok

Análisis de God of War Ragnarok

Creo que no es la primera vez que lo menciono, pero para empezar con la verdad por delante, tengo que reconocer que nunca fui fan de los God of War originales. Quizás por el género al que pertenecían (nunca se me han dado bien los hack&slash) o por la brutalidad que emanaban, ha sido una saga que en su concepto base no terminaba de llamarme. 

Sin embargo, todo esto cambió en el E3 en el que se mostró el nuevo God of War, ya que pese a que no fui uno de los muchos fanáticos que gritó de emoción al ver a Kratos con barba apareciendo entre las sombras, lo cierto es que este título en su momento consiguió algo que no había logrado ningún otro: llamar mi atención. 

Es por ello que cuando salió en 2018, no tardé demasiado en hacerme con God of War, dando con ello pie a que pudiese vivir una historia que me atrapó por completo junto a Atreus mientras recorría no solo los Reinos de la mitología nórdica, sino que también los iba conociendo, ya que, si por algo se han caracterizado los tiempos modernos es por darle un gran protagonismo a los mitos vikingos, cogiéndole bastante ventaja a otros como los griegos o egipcios. 

God of War Ragnarok es el desenlace de la mitología nórdica

Bajo esta premisa, el desenlace del anterior título debió hacer que más de uno arquease la ceja pensando en la dirección que estaba tomando esta nueva saga, ya que era obvio que se avecinaba otro apocalipsis divino, aunque en este caso con una mayor documentación de por medio debido a que la mitología nórdica vaticinaba su final. Y es justo aquí donde entra en juego God of War Ragnarok. 

No por nada, el final del anterior juego trajo consigo diferentes consecuencias, como una nevada perpetua que es conocida como el Fimbulvetr, así como la promesa de un épico enfrentamiento con el Dios nórdico más famoso, por lo que todo apuntaba a que íbamos a ver a Kratos y Atreus en una épica aventura con el fin de enfrentar a los grandes dioses del norte, sobre todo porque Santa Monia Studio ya ha confirmado que este título es el final de la saga nórdica de God of War. 

Dicho todo lo anterior, he tenido la gran fortuna de poder disfrutar de God of War Ragnarok durante estos días, habiendo podido completar el juego y conociendo ya el desenlace de Kratos y Atreus. Ahora bien, en este caso no voy a hablaros de esto, ya que considero que es algo que cada uno debería descubrir por sí mismo. Por el contrario, me centraré en hablaros de mi experiencia y lo que ofrece el título con el fin de resolver una duda libre de spoilers: ¿merece la pena God of War Ragnarok?

El épico enfrentamiento entre Thor y Kratos

El Fimbulvetr invade los Nueve Reinos

Sé que he dicho que no hablaré de la historia de God of War Ragnarok, pero antes de entrar de lleno en los personajes y las demás mecánicas del juego, creo que es necesario que sepáis cual es la sinopsis oficial de la nueva aventura de Kratos y Atreus, ya que en este mismo juego podemos ver como la derrota de cierto dios nórdico en la anterior entrega provocó el inicio del Fimbulvetr, siendo este el preludio del Ragnarok. 

Es justo aquí desde donde parte el título, dándonos de esta forma una nueva imagen de los reinos conocidos, los cuales están sufriendo las consecuencias de este mismo Fimbulvetr de diferentes formas, permitiendo con ello que si bien en Midgar haya un invierno eterno que ha obligado a sus habitantes a adaptarse a la nueva climatología, en los restantes existan diferentes variantes del desastre ambiental que no hace más que darle a cada localización del juego una personalidad propia. 

Eso sí, el Fimbulvetr no se limita a afectar a los Nueve Reinos, sino que también hace mella en los personajes principales y secundarios, ya que cada uno afrontará de diferente forma el Ragnarok, lo que lleva a que existan conflictos que permiten avanzar a la trama de diferentes formas. Y todo esto lo hace a partir de un prólogo que es de lo mejor que hemos tenido en la industria del videojuego, el cual, si bien decae un poco porque es imposible mantener ese nivel de epicidad, lo cierto es que logra enganchar de principio a fin. 

La evolución de Kratos y Atreus en Ragnarok parte del anterior God of War

Kratos y Atreus logran evolucionar su relación paternofilial

Hablando de los personajes, hay que decir que estos han conseguido evolucionar respecto a la anterior entrega de la saga, dando pie con ello a que podamos ver no solo a un Kratos más cercano a su hijo, pero que no baja la guardia a la hora de prepararle y entrenarle para lo que está por llegar, sino que también vemos a un Atreus que ya no va tan de la mano de su padre. 

En ese sentido, Atreus y su papel en el Ragnarok es la revelación del juego, ya que el joven consigue ganar una mayor personalidad e identidad propia en esta entrega, siendo aún más importante tanto en la historia como en el combate, destacando en especial el uso de diferentes habilidades como las flechas para abrir el camino. 

Ahora bien, esto no se limita únicamente a los dos protagonistas, sino que se expande mucho más allá con personajes como Brok y Sindri, que siguen siendo el alivio cómico a la par que nuestros fieles aliados y tenderos, mientras que otras incorporaciones como Thor y Odín consiguen superar con creces a sus equivalentes griegos al tener inquietudes que van más allá de luchar contra Kratos. 

Kratos enfrentándose a un nuevo enemigo

El combate de God of War Ragnarok ha ganado en profundidad

Dejando a un lado la historia de God of War Ragnarok, es la hora de centrarse en los que son sus otros dos elementos claves, siendo estos por un lado el combate y por otro lado la exploración. Empezando por el primero, hay que decir que se ha notado una evolución respecto a la anterior entrega gracias al hecho de que ya desde un inicio contamos con las Espadas del Caos y Leviatán, siendo esto algo que, como explicaré más adelante, permite nuevas opciones en el movimiento.

Esto a su vez viene de la mano del hecho de que desde un inicio contemos con el elemento hielo y fuego en nuestro poder, pudiendo así derrotar a los enemigos con diferentes cambios de estado o formas de combatir, ya que, a fin de cuentas, podemos observar que Leviatán es mucho más poderosa, pero no permite enfrentar a grandes grupos a la vez mientras que su lanzamiento, pese a llegar más lejos, requiere que la llamemos de vuelta. 

Leviatán y las Espadas del Caos desatan todo su poder

Por el contrario, las Espadas del Caos barren el campo de batalla pero a no ser tan eficaces a la hora de hacer daño, estando limitadas en su lanzamiento a aquellas zonas a las que lleguen sus cadenas, pero con la ventaja de que las tendremos siempre con nosotros para atacar rápidamente. 

Es de esta forma que el título consigue otorgar diferentes formas de combatir a fin de que se adapten no solo según la situación, sino que también cada jugador puede optar por un estilo de combate u otro, haciendo de ello cada encuentro todo un espectáculo visual, siendo así que todos los encuentros sean únicos. 

Kratos enfrentando a un Elfo en God of War Ragnarok

Los elementos RPGs permiten mejorar a nuestros personajes

Ahora bien, Leviatán y las Espadas del Caos no son las únicas armas que podremos usar en el combate, ya que Kratos podrá usar su escudo para atacar y desestabilizar a los enemigos, de la misma forma que nuestro compañero hará uso de las flechas para ir dañando o afectando a nuestros enemigos, lo que conducirá o bien a su derrota o bien a un posible aturdimiento que nos permita hacer un gran daño. 

A esto habría que sumarle además un sistema de mejoras que nos permite ya no solo hacer que nuestras armas sean más fuertes, sino que además podremos otorgarle diferentes movimientos especiales a través de las reliquias y encantamientos, lo que nos puede sacar de más de un apuro en el caso de que estemos entre la espada y la pared y nuestro enemigo esté a nada de caer debilitado. 

God of War Ragnarok hace gala de varios árboles de habilidad

Por otro lado, no podemos pasar por alto que estas capacidades para mejorar a Kratos y Atreus no se limita únicamente a las armas, sino que además podremos mejorar las armaduras y el equipamiento que tengamos junto a las habilidades, de forma que esto vaya más allá de simplemente poner la mejora correspondiente en cada caso y listo, ya que existen diferentes parámetros y características que debemos tener en cuenta, tales como Rúnico, Reutilización, Vitalidad, entre otros. 

A esto también se le suma la posibilidad de usar la experiencia conseguida en mejorar nuestras Habilidades a nuestro gusto, siendo así que la importancia de combatir con todo lo que se mueva tiene una doble finalidad, ya que por un lado podremos obtener experiencia a la par que algunos enemigos sueltan recursos necesarios para todas estas mejoras mencionadas.

Kratos en el trineo tirado por los lobos

La exploración es clave en God of War

Dicho todo lo anterior, una vez hayamos pasado por todos los combates que nos esperan, hay que señalar que nos tocará viajar por los Nueve Reinos, los cuales quizás pequen en un principio de ser lineales según cada caso, pero que tienen como principal característica el hecho de ocultar toda clase de secretos, siendo esto algo que podremos ver nada más llegar a cada zona o región descubierta, ya que el número de coleccionables es abrumador. 

Esto no se limita únicamente a los ya clásicos Hallazgos, Cofres de las Nornas, entre otros tantos, sino que, además, nuevos coleccionables se unen al plantel, siendo así que algunos los iremos desbloqueando según vayamos avanzando en la trama, por lo que conviene siempre revisar el estado actual de cada reino con el fin de poder completarlos al 100%, siendo este el objetivo final que nos elevará a lo más alto como los Dioses de la Guerra que somos. 

En ese sentido, no solo nos debemos limitar a los coleccionables que no hacen más que ayudarnos a alcanzar ese 100%, sino que, además, muchos de estos pueden ser muy beneficiosos de cara al jugado, ya sea porque sirvan para mejorar las estadísticas de Kratos o sirvan para ser vendidos y conseguir así más recursos. 

Tyr en God of War Ragnarok

Obtener recursos para mejorar nuestro equipo es clave

En ese sentido, hay que señalar que no solo tendremos que preocuparnos por encontrar estos coleccionables, sino que también conviene que nos hagamos con Plata, la moneda de cambio de God of War Ragnarok que nos permitirá acceder a mejores armaduras y a mejorar las que ya tenemos. 

Para ello, gozarán de gran importancia las Espadas del Caos, las cuales gracias a sus cadenas nos permiten acceder a zonas elevadas, otorgándole así una mayor verticalidad al mapa y a su mundo, lo que a su vez abre un amplio abanico de posibilidades. Eso sí, podéis estar tranquilos, ya que la mayoría de caminos vienen señalados por runas en las paredes. 

Asimismo, el hecho de completar misiones secundarias nos ayudarán a que obtengamos grandes mejoras en Kratos en forma de esta ansiada experiencia, aunque esto tiene un lado negativo, ya que prácticamente solo se nos permite desviarnos del camino antes de entrar en un nuevo reino, de forma que si queremos conseguir más cosas, tendremos que esperar a llegar a nuestra base antes de ir a un nuevo destino. Eso sí, a modo de consejo, es mejor dejarlo todo para el final a fin de que tengáis todas las herramientas necesarias para abrir todos los caminos.

Freya en God of War Ragnarok

El apartado técnico es espectacular a todos los niveles

Para ir concluyendo, es hora de hablar de todo el apartado técnico, empezando en primer lugar por los gráficos, dando con ello pie a que God of War Ragnarok haga gala de un increíble mundo a nivel visual, siendo así que hasta el más mínimo copo de nieve se ha visto espectacular en mi PS5. No obstante, sí que debo darle un pequeño tirón de orejas, ya que, en ocasiones, he notado algún que otro fallo en la iluminación, concretamente en sombras que vienen y van según como nos movamos en sitios cerrados, siendo esto algo que imagino que ya vendrá corregido con el parche del lanzamiento. 

Por otro lado, algo que no decepciona en God of War Ragnarok es su banda sonora, siendo así que si ya de por sí los temas principales del título son épicos, los que acompañan a las batallas no hacen más que hacer vibrar la pantalla, sobre todo cuando se trata de un jefe, momentos en los cuales se puede sentir la tensión del momento. Un trabajo sencillamente magistral por parte de Santa Monica Studio. 

Mención aparte merece además el doblaje del juego al castellano, el cual solo nos ha decepcionado debido a que, por motivos argumentales y de evolución de personaje, Rafael Azcárraga ya no repite tantas veces el famoso Chico. No obstante, tanto el actor de doblaje gallego como su compañero Ramón de Arana, consiguen echarse a los hombros a dos leyendas de PlayStation de forma sobresaliente junto con el resto del reparto español. 

God of War Ragnarok se aproxima a las 30 horas para ser completado

Asimismo, en lo que se refiere a la duración del título, como ya he mencionado, la enorme cantidad de misiones y tareas secundarias pueden llevar perfectamente a las 50 horas de forma especulativa, ya que aún no me he puesto al día, pero la historia principal os llevará entre 25-30 horas dependiendo de lo que os perdáis por su mundo.

Por otro lado, la dificultad es algo que no debería preocuparos, ya que el título cuenta con diferentes modos que van desde los paseos para disfrutar de la historia como el mismísimo infierno hecho videojuego. No obstante, en caso de que seáis como yo y siempre pongáis el nivel normal, tendréis una aventura exigente que os dará bastante satisfacción de completar.

Artwork y portada de God of War Ragnarok

Conclusiones finales: ¿merece la pena God of War Ragnarok?

Siendo bastante directos con este punto, no puedo más que dejar una cosa clara desde un inicio, y es que God of War Ragnarok es uno de los mejores títulos que he jugado este año, teniendo serias dudas de si dejarlo en el top 3 o darle automáticamente el primer puesto que se merece con creces. 

Tengo que decir que no lo ha tenido fácil, ya que, a fin de cuentas, es un título que viene con unas expectativas muy altas, ya no solo por el hecho de ser el cierre de una de las mejores sagas de PlayStation, sino que, además, cuenta con el beneplácito de ser el gran baluarte de PlayStation 5 en estas Navidades, siendo estos requisitos unos que cumple de forma sobresaliente. 

Si bien es cierto que tiene sus defectos,, como todos los juegos, no me cabe la menor duda de que será un juego del que se seguirá hablando en unos años, siendo de esos títulos que cuando acabe la generación estarán dentro del podio de la consola. Por todo ello, no puedo más que reafirmar que God of War Ragnarok es el mejor juego de PS5 a día de hoy, siendo una obra que todo poseedor de la consola y amante del género y/o la mitología nórdica debería tener. Y es que, pese a ser un cascarrabias, Kratos se deja querer.